Fuente: archivo El Eco.

Autor: Juan R. Castelnuovo (1935-2022).

En marcha los trabajos tendientes a dotar a Tandil de agua corriente, allá por 1913 -según hemos señalado en capítulos anteriores- se estimó el ingreso por cobranza del servicio a los usuarios. El mismo ascendía a 9.106,61 pesos mensuales, cuya percepción debía comenzar cuando se librara la obra al uso público.

Ese importe, que incluía tanto las fincas de mayor consumo como el servicio municipal de riego y el impuesto de cañerías a los terrenos baldíos, debía establecerse mediante medidores domiciliarios y surgía de aplicar un 6% del capital invertido, más gastos de conservación y administrativos.

Las conexiones domiciliarias debían efectuarse por cuenta de los propietarios.

En cuanto a los gastos de explotación y combustible, lubricantes, reparaciones de máquinas, personal del servicio, administración, etc., se estimaban en la suma de 544.000 anuales.

Se consideraba, asimismo, que a medida que aumentara la edificación y la población dentro de la planta urbana, las condiciones de rentabilidad se presentarían más favorables, puesto que las instalaciones presupuestadas permitirían un servicio de agua doble del calculado sobre la renta inicial, sin aumento apreciable de gastos de funcionamiento.

Todo estaba previsto y las obras fueron licitadas en agosto del año 13; sin embargo, debieron aplazarse más tarde, por cuanto el monto de las propuestas presentadas, elevaba en mucho a la partida de cinco millones de pesos en títulos de deuda que había autorizado la Legislatura, con destino a salubridad y aguas corrientes en varias ciudades.

Interrumpida así la iniciación de la obra y postergado de tal manera un anhelo de la población largamente acariciado, la misma pudo concretarse recién 27 años más tarde.

Corría el año 1940, en efecto, cuando con un presupuesto de1.903.247,93 pesos, se daba por terminada la obra, con capacidad para abastecer a una población futura de 50.000 personas, a razón de 300 litros diarios de agua por habitante. La administración de William Leeson la había posibilitado, llevando a cabo empeñosas tramitaciones ante los gobiernos provincial y nacional.

Existía a la sazón y existe, como ya hemos señalado, un desnivel del terreno, entre los extremos norte y sur, de 30 metros. Fue por ello que a efectos de la distribución del agua, la planta urbana fue dividida en dos zonas -alta y baja-, las cuales fueron alimentadas por dos tanques superpuestos -los mismos que están ubicados ahora en la plaza Martín Rodríguez- de 400 mts. cúbicos el superior y de 1.000 mts. cúbicos el inferior. Sostenidos ambos por una torre monumental de 35 mts. de altura, construida en albañilería de ladrillos, sobre un basamento revestido con piedra granítica de la región y revocada en la parte superior con imitación piedra.

Esta torre era, a la sazón, la edificación más sobresaliente de la Ciudad.

El establecimiento de Obras Sanitarias fue ubicado donde sigue estando, en una franja de terreno comprendido por la avenida Del Valle y el comienzo de los caminos a De la Canal y La Patria, cuando no existía la Ruta 226. Contenía en su recinto 5 pozos semisurgentes, perforados a 50 mts. de profundidad, con sus correspondientes maquinarias de bombeo y edificios protectores. Además, una estación eléctrica de transformación que suministraba la energía necesaria para la impulsión y elevación del líquido desde los pozos hasta los tanques y una cañería de impulsión entre éstos, de 0,500 mts. de diámetro. También se construyó una casa habitación para el encargado, un edificio para depósito, taller y alojamiento de aparatos y otras obras accesorias.

La zona a servir abarcaba aproximadamente 340 has. del radio urbano más poblado, alcanzando la red de cañerías maestras y distribuidoras una longitud total de 61.000 mts. La misma estaba compuesta de caños de hierro fundido, con diámetros variables entre 0,606 mts. y 0,400 mts.

Concretada finalmente la obra -era presidente de la Nación entonces el Dr. Ortiz- el viernes 14 de junio de 1940, vino para inaugurarla en nombre del Poder Ejecutivo de la Nación el Ministro de Obras Públicas Ing. Luis A. Barberis. Asistieron al acto, también, el presidente de Obras Sanitarias de la Nación, Ing. Eduardo Buty; el vicepresidente Dr. Manuel E. Paz, los integrantes del directorio, Dr. Toribio Ayer, ingeniero Jorge Claypole, Arquitecto Raúl J. Álvarez e Ing. Carlos Form.

Se desempeñaba como comisionado municipal de la intervención provincial, a la sazón, el Dr. Juan Claudio Tuculet.

NdlR: Esta nota fue publicada originalmente hace 25 años por El Eco de Tandil.

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El servicio de agua corriente - Cap. 3