Trastorno del espectro autista
Qué es el autismo y cómo se manifiesta en los chicos

El autismo, también denominado trastorno del espectro autista, constituye un grupo de afecciones diversas relacionadas con el desarrollo del cerebro. Las características pueden detectarse en la primera infancia pero, a menudo, el autismo no se diagnostica hasta mucho más tarde. Hablamos con Dina Bos, de El Andamio, para entender un poco cómo trabajan con las familias y con los chicos y qué podemos hacer los padres y la sociedad para acompañar.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailAfecta al sistema nervioso, la capacidad de comunicarse y de interaccionar, aunque la variedad y gravedad de los síntomas pueden variar mucho. Los síntomas más comunes del autismo son la dificultad para comunicarse, dificultad con las interacciones sociales, los intereses obsesivos y los comportamientos repetitivos.
El diagnóstico temprano y la terapia conductual, educativa y familiar pueden reducir los síntomas y brindar apoyo para el desarrollo y el aprendizaje.
El trastorno del espectro autista comienza en los primeros años de la infancia y, a la larga, provoca problemas para desenvolverse en la sociedad, por ejemplo, en situaciones sociales, en la escuela y el trabajo. Los niños suelen presentar síntomas de autismo en el primer año, aunque en su mayoría se observan a los dos años de edad. Si bien no existe una cura, un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños.
Como en todas las cuestiones de salud, más allá de algunas características más habituales, dependerá de cada niño, la gravedad y comportamiento del trastorno.
Síntomas o señales a tener en cuenta:
- No responde a su nombre.
- Se resiste a los abrazos y las caricias.
- Prefiere jugar solo y se abstrae en su propio mundo.
- No hace contacto visual.
- No habla o tiene un desarrollo tardío del habla.
- No puede mantener ni iniciar una conversación.
- Habla con tono o ritmo anormal.
- Repite palabras o frases textuales.
- No expresa emociones ni sentimientos.
- No señala ni trae objetos para compartir sus intereses.
- Realiza movimientos repetitivos, como balancearse, girar o aletear con las manos
- Realiza actividades que podrían causarle daño, como morderse o golpearse la cabeza
- Desarrolla rutinas o rituales específicos y se altera con el mínimo cambio
- Es más sensible que lo habitual a la luz, el sonido o el contacto físico
- No participa en juegos de imitación o de simulación.
- Se obsesiona con un objeto o una actividad.
Si tu hijo no ha sido diagnosticado pero hay algo de él que llama tu atención, porque no es lo esperable en el desarrollo de un niño de su edad, no dudes en consultar a su médico de cabecera. Siempre es bueno atender estas cuestiones a tiempo, para poder acompañar a los chicos de la mejor manera posible.