El plan para sacar en 1880 las mulitas, vizcachas y peludos que habitaban en la Plaza Independencia
Los gobiernos locales de finales del Siglo XIX buscaban embellecer el terreno que quedaba frente a la casa municipal. Lo logró, finalmente, en 1915, Antonio Santamarina.

La ciudad va mutando su composición y todo tiende a transformarse con el paso del tiempo. En un lugar, de más de 200 años de historia, resulta obvio que al tiempo que crece el poblado, las cosas vayan cambiando. También, las personas y sus historias, que quedarán para siempre en las páginas de la construcción social de Tandil.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailDetallado en las páginas de El Eco de Tandil, se resaltó que las autoridades del pueblo habían dispuesto -allá por 1874- limpiar de malezas el potrero ubicado frente al lugar donde se comenzaba a levantar el templo parroquial y la Casa Municipal y plantar algunos árboles, delineando una especie de canteros e instalando una bomba para extraer agua con des tino al riego y un pequeño tanque para contenerla.
Su propósito de embellecer la que con el tiempo sería "Plaza Independencia" habría de frustrarse, sin embargo, con la llegada, a fines de ese año, del ejército revolucionario al mando de Bartolomé Mitre, levantado en armas contra el presidente Nicolás Avellaneda, ya que más de mil hombres a caballo y con pesado armamento acamparon en ese lugar y sus inmediaciones, pisoteando destruyendo los plantíos.