Un viaje mágico hacia la encuadernación de la mano de Gonzalo Gianotti
El artista compartió detalles de su oficio, mostró sus obras de arte más destacadas y opinó sobre el rol de libros en la era tecnológica.

En medio de un taller repleto de colores y formas, el arte nace de miles de maneras diferentes. La imaginación se despliega y surge la posibilidad de crear objetos únicos e inigualables. Allí, en un espacio donde la poesía y la pintura se entremezclan, trabaja Gonzalo Gianotti. Él es profesor de arte y encuadernador, con más de 12 años de trayectoria, y brindó una entrevista para Cultura ZIP! donde reveló detalles sobre su oficio y sus trabajos más destacados.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailGianotti es oriundo de Las Martinetas, un pequeño pueblo de 200 habitantes ubicado en General La Madrid, y comenzó a dedicarse al mundo de la encuadernación artesanal en 2013 a causa de un interés que se le despertó por los libros antiguos. Recibido de la carrera de Administración de Pequeñas y Medianas empresas (PyMes), buscó vincular sus conocimientos universitarios con el oficio de la encuadernación e inició así su emprendimiento.
Con el paso del tiempo fue conociendo más en detalle las características de los libros y las técnicas de elaboración de los mismos, lo que le permitió sumar herramientas en su taller para crear objetos artísticos que unen sus grandes pasiones: las artes visuales, la poesía y la música. En la actualidad, se dedica a dictar clases presenciales y cursos online sobre encuadernación, técnicas de pintura y expresiones artísticas.
La memoria a través del libro
Uno de sus proyectos más destacados, y que el artista atesora gratamente en su memoria, es “Cuadernos de viento, memorias de sol”. Se trató de un proyecto de arte colectivo realizado en Olavarría en 2016, enmarcado en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. La propuesta principal fue que todas las personas que estuvieran interesadas en participar de la iniciativa enviaran una obra realizada bajo la consigna “¿Quién soy? ¿Quiénes somos?”, que posteriormente se incluirían en diferentes libros.
Gianotti relató que “la idea del proyecto fue poder hablar de la identidad, de cada persona y de la humanidad en general, con el objetivo de recuperar historias de vida que se compartieran de manera anónima con toda la ciudad”. Según contó, la respuesta de la comunidad fue muy buena ya que se recibieron más de 30 obras incluyendo relatos biográficos, fotografías y dibujos que están atesorados en estos libros. “Hay historias muy fuertes, como por ejemplo una carta que recuerdo en donde la persona que la escribió cuenta que no sabe quién es su madre ni quién es su padre”, narró conmovido el encuadernador.
Los diez libros que fueron resultado del proyecto recorrieron puestos en ferias, aulas de colegios, universidades y cárceles, entre otros establecimientos. A pesar de que existieron complicaciones en un principio, la idea que tiene Gonzalo Gianotti es poder digitalizar todo el material para compartirlo con las organizaciones Abuelas de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo.
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¿Los libros dejarán de existir?
En una sociedad globalizada donde la tecnología avanza en gran medida día tras día, la digitalización y los EBooks (libros electrónicos) se vuelven una opción elegida por la mayoría de las personas. Sin embargo, Gianotti está convencido de que “el libro como objeto genera un sentimiento único" y que los mismos son irremplazables. "Tener un libro en tus manos te permite sentirlo, subrayarlo, ocupa un espacio físico, lo podes llevar con vos a todos lados. Es otra cosa muy diferente”, opinó.
El encuadernador fue firme al confirmar que, a pesar del paso del tiempo y las nuevas costumbres sociales, los libros no desaparecerán. “Son una tecnología que se fue modificando con el correr de los años, pasando desde los rollos de papiro hasta el formato códice que conocemos hoy en día, y creo que van continuar cambiando su formato pero no dejarán de existir”, sostuvo.
Aunque la función es distinta y el uso que se le da también, los libros continúan presentes en nuestras vidas. “Quizás los niños de 5 a 10 años no los utilicen tanto como lo hacíamos los de otras generaciones, pero la gran mayoría todavía dibuja o escribe en cuadernos y quizás por las noches sus padres les leen un cuento”, ejemplificó el artista y concluyó que “la tecnología y las pantallas son sumamente interesantes, pero los libros son muy significativos desde otro lugar”.