A 30 años de la muerte de Marcos Lorenzo

El miércoles 15 de junio de 1994, un accidente automovilístico apagó la vida de los tandilenses Marcos Lorenzo, Marcelo Arias y Fernando Venturini.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa luctuosa jornada, de la que hoy se cumplen treinta años, impactó fuerte en la comunidad de esta ciudad, de forma especial en el ámbito deportivo.
Ocurrió en la Ruta Provincial 29, a cinco kilómetros de Ranchos, mientras el grupo se trasladaba desde Tandil a La Plata, en medio de una lluvia que afectó el tránsito del vehículo que ocupaban.
Arias (34 años) se desempeñaba como representante de jugadores, estaba a cargo de la subcomisión de fútbol de Ramón Santamarina y tenía diversos emprendimientos empresariales en la ciudad. Venturini (28) era chofer de la firma Mocoretá y también vinculado a las actividades deportivas tandilenses.
Lorenzo (27) estaba en la cumbre de su carrera futbolística y buscaba consolidarse en la Primera División de Estudiantes de La Plata. El sábado anterior, había participado en el empate 0-0 con River Plate, en el marco de un torneo Clausura que se vio interrumpido por la inminente disputa del Mundial de Estados Unidos.
Llegaba así al fútbol grande, después de haber descollado en la ciudad y la región. En la Liga Tandilense de Fútbol, jugó en Independiente (su club de origen), Defensa Tandil, Grupo Universitario, Gimnasia, Loma Negra, Alumni y Villa Lumieri, éstos de Benito Juárez. En la zona, lo hizo para Jorge Newbery de Lobería y Alvarado de Mar del Plata.
En el “Pincha”, formó parte de una división Reserva que resultó campeona en la temporada ‘92/’93, y que tuvo como entrenador a Horacio Rodríguez y preparador físico a Juan Carlos Menchón. Allí, compartía plantel con varias de las grandes apariciones de la época, como Gastón Sessa, Diego Capria, Juan Sebastián Verón, Gastón Córdoba, Martín Palermo y José Luis Calderón.
Lorenzo tuvo lugar en el plantel superior y participó en la Supercopa de 1992, anotándole en la definición por penales a Carlos Fernando Navarro Montoya, de Boca, para la clasificación a cuartos de final, en cancha de Independiente de Avellaneda. En la ronda siguiente, Flamengo de Brasil frenó al equipo platense.
Una fractura de tibia y peroné dejó al tandilense fuera de las canchas por un tiempo, aunque su temple y superación aparecieron para salir adelante.
Si bien se desempeñó en varios puestos, las mejores producciones de Lorenzo fueron como volante ofensivo. Ahí hacía valer su capacidad para controlar la pelota y su formidable pegada de zurda.
El paso del tiempo no alcanzó a borrar aquella triste jornada, de la cual pasaron tres décadas.