Murió Héctor "Laucha" Ríos, histórico copiloto y piloto del automovilismo argentino
Desde su infancia en Todd hasta su consagración junto a Pairetti y Di Palma, la historia de un apasionado del Turismo Carretera que vivió la velocidad desde adentro.

En el corazón del automovilismo nacional, hay nombres que trascienden por su destreza al volante, pero también por su entrega fuera de escena. Héctor Ríos, o simplemente "el Laucha", es uno de ellos. Nacido el 11 de diciembre de 1937 en Todd, un pequeño paraje a cinco kilómetros de Arrecifes, forjó desde chico una conexión visceral con los fierros y la velocidad.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailSu vocación mecánica fue más fuerte que cualquier beca académica. Ya en cuarto grado prefería pasar sus tardes en el taller de Miloqui y Posincovich, donde se preparaba el Chevrolet de Néstor Marincovich. Así comenzó una vida entera dedicada a los motores.
Tras instalarse en Arrecifes, ingresó como aprendiz en el taller de Rubén Aeid, donde trabajó en el auto de Fuerza Libre de Domingo Vita. Simultáneamente, se destacaba en la primera división de fútbol en Sportivo Palermo, hasta que el destino lo llevó a debutar como acompañante en la IV Vuelta de Arrecifes de 1962, junto a José Pozzi (Mercury). La experiencia fue traumática: un vuelco le causó una seria lesión en la columna. Pero lejos de rendirse, volvió a competir meses después.
En los años siguientes, fue inseparable de figuras como Luis Di Palma, Carlos Pairetti, César Malnatti y Jorge Cupeiro. Su mayor hito como copiloto llegó en 1968, cuando se consagró campeón del TC junto a Pairetti a bordo del mítico Trueno Naranja.
“La carrera que más recuerdo fue la de la Semana de la Velocidad. Llovía y el auto se inundaba, íbamos con los pantalones remangados, hechos sopa. Pero ganamos”, recuerda con una sonrisa.
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Ya con una trayectoria consolidada, en 1972 debutó como piloto en Pergamino con el Chevrolet 400 de la Peña “La Tortuga Renga” y finalizó sexto. Aunque la victoria le fue esquiva, acumuló una respetable cantidad de actuaciones destacadas. En 1976, ganó la segunda etapa del Gran Premio de la Provincia de Buenos Aires a un promedio impactante de 229,151 km/h. Diez años más tarde, disputaría su última carrera, pero no se alejaría del todo: fue conductor del Auto de Seguridad de la ACTC .
Trayectoria en números:
- Debut como piloto: 9 de abril de 1972 (Pergamino)
- Mejores posiciones: 4º en cinco oportunidades, 5º en tres, y varios Top 10 hasta 1986
- Última carrera: Gran Premio del TC 1986 (14º puesto)
- Velocidad récord: 229,151 km/h en la 2ª etapa del GP de la Provincia de Buenos Aires 1976
Hoy, el Laucha Ríos es mucho más que un excopiloto o piloto. Es memoria viva de una época gloriosa del automovilismo argentino, testigo y protagonista de hazañas que marcaron un antes y un después en la historia del Turismo Carretera.