¡Hola, comunidad! Hoy vamos a profundizar en el Hábito #5 de Stephen Covey: "Procura comprender antes de ser comprendido". Este principio es fundamental no solo para mejorar nuestra comunicación, sino también para enriquecer nuestras relaciones de una manera significativa.

A menudo, en nuestras conversaciones, estamos más enfocados en expresar nuestro punto de vista que en verdaderamente escuchar al otro. Covey introduce el concepto de escucha empática, que va mucho más allá de simplemente oír palabras. ¿Sabías que solo el 10 por ciento de la comunicación se transmite por las palabras? El 30 por ciento se expresa a través de los tonos de voz y un impactante 60 por ciento a través del lenguaje corporal. Esto nos muestra que, para lograr una comprensión profunda, debemos leer entre líneas y captar las emociones que acompañan a los mensajes.

La escucha empática implica realmente reflejar los sentimientos de la otra persona y ponernos en su lugar. Es fundamental dejar a un lado nuestro entendimiento personal y adoptar el marco y las "lentes" del otro. Nadie tiene mala intención; simplemente, nuestras perspectivas moldean cómo vemos el mundo. Cuanto más comprendemos a los demás, más abiertas se vuelven las puertas a la creación de terceras alternativas, esos enfoques creativos que surgen cuando ambas partes se sienten escuchadas y comprendidas.

Durante años, hemos practicado escribir, hablar y leer, pero ¿qué pasa con la escucha? No se trata solo de esperar nuestro turno para hablar. Debemos romper con el piloto automático: ese hábito de responder desde nuestra propia experiencia. Muchas veces, por impulso, interpretamos, aconsejamos o evaluamos de manera autobiográfica, cuando lo que realmente necesitamos es sumergirnos en el mundo del otro.

Este enfoque no solo nos lleva a una mejor comunicación, sino que también es el camino hacia la plenitud y la felicidad. Al aprender a escuchar activamente, se generan oportunidades infinitas. La vida es un entramado de interdependencias y, para logar resultados extraordinarios y expansivos, es clave comprender al otro.

Así que te propongo un desafío: ¿cómo puedes aplicar la escucha empática en tu vida diaria? Practica dejar de lado tus propias respuestas por un momento y enfócate en comprender verdaderamente a la persona que tienes enfrente. Este pequeño cambio puede tener un impacto monumental en tus relaciones y en cómo te sientes contigo mismo.

Recorda: al procurar comprender primero, abrimos la puerta a un mundo de conexión y entendimiento. ¡Sigamos dando pasos hacia nuestra mejor versión! ¡A practicar la escucha empática se ha dicho!

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Hábito #5: Procura comprender antes de ser comprendido

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