INFORME DEL IPCC
Casi la mitad de la población es vulnerable al cambio climático y hay urgencia sobre un plan de adaptación
Días atrás se hizo público el segundo de los informes de evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) que ahondó sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad.
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Si bien la primera parte, conocida en agosto de 2021 y también compartida a través de “Hábitat y Conciencia”, ya había resultado alarmante, este consiguiente reporte busca en cierta manera dar una lección a la especie humana y advertir sobre la falta de tiempo para revertir la dramática situación de nuestra tierra.
“El uso insostenible de los recursos naturales, la deforestación, la degradación de ecosistemas, y la destrucción y contaminación no sólo representan amenazas para los ecosistemas y las personas que dependen de ellos, sino que también reducen las capacidades de la naturaleza, las comunidades y los individuos para adaptarse”, consignaron los expertos.
Aunque reconocieron que la acción en adaptación ha aumentado, contrapusieron que el progreso es desigual y no se está logrando invertir lo suficientemente rápido.
La humanidad vulnerable
Fue precisamente el 28 de febrero cuando un grupo de los científicos climáticos internacionales más relevantes, convocados por el IPCC presentó a los gobiernos su último informe de evaluación científica sobre el cambio climático.
El reporte del Grupo de Trabajo II dibujó un panorama desolador por la gravedad de la crisis climática que ya estamos sufriendo y por lo mucho que podría empeorar la situación cuando el calentamiento interactúe con otras amenazas globales como la pérdida de biodiversidad, el consumo insostenible y las desigualdades sociales.
Allí, precisaron que más de 3.300 millones de personas -casi la mitad de la población mundial- son altamente vulnerables al cambio climático.
El trabajo, que ha contado con la participación de 270 autores de 67 países –de los cuales 47 coordinadores, 184 autores principales y 39 editores revisores– que han revisado más de 34 mil estudios, destaca cómo el aumento de las temperaturas globales ha alterado el sistema meteorológico mundial.
Más allá de la variabilidad natural del clima, la crisis climática, con eventos extremos más frecuentes e intensos, ha causado ya impactos adversos generalizados y pérdidas y daños relacionados en la naturaleza y las personas.
Aumento de la temperatura
Las sequías, las inundaciones, las precipitaciones y el suministro de agua, los huracanes, el deshielo de los glaciares y las capas de hielo, el aumento del nivel del mar, el derretimiento del hielo marino del Ártico y los incendios forestales, ya se habían predicho desde hace décadas.
Sin embargo, advirtieron que el cambio climático no entiende de fronteras y la rapidez e intensidad con la que se están produciendo los impactos ha sorprendido hasta a los científicos, que insisten en este informe que la temperatura media global no supere los 1,5ºC respecto a la era preindustrial.
El trabajo alerta que el mundo se enfrenta a múltiples riesgos inevitables en las próximas dos décadas con un calentamiento global de 1,5°C. En la actualidad, ya se ha alcanzado un aumento de 1,1°C y su impacto está afectando a los sistemas naturales y sistemas humanos.
Los expertos alertaron que, incluso si se supera temporalmente este nivel de calentamiento, se producirán graves impactos adicionales, algunos de los cuales serán irreversibles.
Acción urgente necesaria
“Este informe es una advertencia terrible sobre las consecuencias de la inacción”, explicó Hoesung Lee, presidente del IPCC. Desde su percepción y protagonismo en el mismo explicó que “demuestra que el cambio climático es una amenaza grave y creciente para nuestro bienestar y la salud del planeta”.
“Nuestras acciones de hoy determinarán la forma en que las personas se adapten y la naturaleza responda a los crecientes riesgos climáticos”, agregó.
Los países tienen un historial de décadas de inacción climática. Para evitar la creciente pérdida de vidas, de biodiversidad y de infraestructuras, los expertos aseguran que es necesario actuar de forma ambiciosa y acelerada para adaptarse al cambio climático, al mismo tiempo que se reducen rápida y profundamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
No obstante, hasta ahora, los avances en materia de adaptación han sido desiguales y cada vez hay más diferencias entre las medidas adoptadas y las necesarias para hacer frente a los crecientes riesgos, según el nuevo informe. Estas diferencias son mayores entre las poblaciones de menores ingresos.
De acuerdo a la reflexión del presidente del IPCC, el informe reconoce la interdependencia del clima, la biodiversidad y las personas, e integra ciencias naturales, sociales y económicas con más fuerza que las anteriores evaluaciones y subraya la urgencia de una acción inmediata y más ambiciosa para hacer frente a los riesgos climáticos.
“Las medidas a medias ya no son una opción”, aseveró. En este sentido, los científicos han analizado el riesgo de extinción de más de cien mil especies de las que existe documentación científica.
Los resultados son preocupantes, ya que comprobaron que en trayectorias de calentamiento por encima de los 1,5ºC, es decir, sin una reducción drástica de emisiones en las próximas dos décadas, el riesgo de extinción aumenta en muchos grupos taxonómicos, a menudo por encima del 10 por ciento de las especies.
Sanar los ecosistemas, una esperanza
A pesar de la dureza del documento, los expertos consideran que “aún hay alternativas para adaptarse a un clima cambiante”.
Explicaron que este informe tiene también el objetivo de ofrecer nuevas perspectivas sobre el potencial de la naturaleza, no sólo para reducir los riesgos climáticos, sino también para mejorar la vida de las personas.
“Los ecosistemas sanos son más resistentes al cambio climático y proporcionan servicios vitales como alimentos y agua limpia”, enfatizó el copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC, Hans-Otto Pörtner.
De esta manera, planteó que al restaurar ecosistemas degradados y conservando de forma eficaz y equitativa entre el 30 y el 50 por ciento de los hábitats de la tierra, el agua dulce y los océanos, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono.
Así, se podría acelerar el progreso hacia el desarrollo sostenible, pero afirmaron lo esencial de “contar con la financiación y el apoyo político adecuados”.
“Las pruebas científicas son inequívocas, el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta. Cualquier otro retraso en la acción mundial concertada hará que se cierre rápidamente una ventana para asegurar un futuro habitable”, concluyó el experto.