La plenopausia, el cambio de paradigma que propone vivir la menopausia en forma plena y positiva

El período de fertilidad de la mujer se extiende generalmente entre los 10-15 años y los 45-55, en promedio. Lo que ocurre después de esta etapa, se considera normalmente como menopausia, que significa el cese de la menstruación, sin embargo, en la medicina tradicional China ésta es llamada “segunda primavera” porque representa una renovación de la energía y de las oportunidades.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa investigadora social y partera tradicional del vecino país chileno, Pabla Pérez San Martín, ha dedicado muchos de sus años al estudio de la ginecología en su más pura expresión. Recolectando saberes ancestrales y encontrando su vínculo contante con lo más natural del ser humano. En todo ese proceso, reconoce que en la cultura occidental, el fin del ciclo menstrual -como casi todo lo ligado a la sexualidad- se ha tornado un tema tabú.
He de ahí que muchas mujeres atraviesan solas, aisladas y en silencio estos períodos muchas veces complejos, como si se tratara de una enfermedad avergonzante. Sin embargo, como afirma la autora, es un proceso “mucho más poderoso de lo que sabemos”.
La sabiduría
En muchas culturas la terminación de la fertilidad es una etapa venerada, pues es el momento en que las mujeres se vuelcan hacia su propio centro y espiritualidad, reciben la misión de guardianas a la sabiduría y de su transmisión a las más jóvenes.
Las mujeres mayores, así como las ancianas, suelen ser consejeras de las tribus y aldeas, y median entre la estación terrenal y espiritual que cohabitan.
“Cuando la sangre deja de fluir hacia el útero, puede ir hacia el corazón”, remarca Pérez San Martín en las páginas de su manual introductorio a la Ginecología Natural.
Al igual que la adolescencia, la segunda primavera es un proceso que trae consigo modificaciones físicas y emocionales intensas, que se manifestarán de distintas formas, dependiendo de cómo esté cada una transitando su vida, y de cómo sea su sexualidad.
Desde la perspectiva de la escritora chilena, los estereotipos femeninos y la sobrevaloración de la juventud en desmedro de la vejez juegan roles fundamentales en la percepción que se tendrá para atravesar esta fase biológica.
“Es momento de valorar a nuestras mujeres en sus variados ciclos, pero sobre todo en su madurez, cuando es momento de reconocer su trayectoria y potencial espiritual. En este período la mujer deberá desplegar toda su sabiduría a su interior”, incentiva.
Menos, por pleno
La ciencia médica ha reparado en la sexualidad de las personas gestantes únicamente con la idea de sustentar la reproducción y evitar la enfermedad. El placer, la sensibilidad, el encuentro con la emoción en el cuerpo es algo que no es discutido en términos académicos. Siguiendo esta línea, el modelo biomédico occidental, a partir de los años 60 empezó a caracterizar a la menopausia como una “enfermedad hormonodeficiente”, evitable y curable mediante el consumo de estrógenos artificiales.
Esto es coniderado tan absurdo como pensar que las mujeres embarazadas o menstruantes están enfermas. El cuerpo sano está equipado para producir todas las hormonas que necesita la mujer durante toda su vida. Esta capacidad natural se puede apoyar o frustrar con las formas del estilo de vida y el estado de salud en todos los aspectos: físico, emocional, espiritual o social.
Es por este motivo que muchas han comenzado a utilizar el término “Pleno-pausia” en lugar de “meno-pausia”. La palabra “menopausia” está compuesta por “mens” del griego que significa mensualmente y “pausi” que significa “cese”. En términos generales, se define como el cese de la menstruación, pero hay una corriente en busca de relacionarla con la etapa de plenitud que se abre a partir de esta transformación.
El comienzo de una nueva identidad
La terapista menstrual Jorgelina Barros compartió a viva voz su experiencia en ese camino de cambios, a fin de que el resto de sus pares fuera capaz de comprender que no hay una sola forma de vivirlo y que depende de cada organismo, y con ello buscar la forma de vivirlo más plenamente.
“Todo comienza alrededor de los 40 años, pero en cada persona es distinto. Yo sentí estos impulsos a partir de los 42. Primero fue la necesidad de dar ese primer paso para dedicarme de lleno a la tarea que amaba. En un momento sentí que ya no debía entregar mi energía hacia les demás, sino que tenía que ser fiel a mí misma. Este es un llamado recurrente que nos hace el corazón, y es muy saludable escucharlo”, comenzó.
Seguidamente, señaló que surgen energías de corte con vínculos, actividades o formas de expresarse en el mundo que ya no se alinean a los propósitos de cada una. También pueden aparecer ganas de hacer cosas locas como viajar, mudarse al campo, escribir un libro, entre otras cosas. Entendió que, sobre todas las cosas, ese es el comienzo de una nueva identidad.
En cuanto a lo físico afirmó que los ciclos se acortan, de 28 días pasan a 21 o 23 días, o puede haber períodos sin sangrado; lo cual es sumamente normal. También se presentan períodos menstruales muy abundantes, cansancio extremo, insomnio, sofocos. Esta sería toda la batería de “síntomas” a los cuales todavía se ven como los fantasmas de los achaques y la vejez, sin saber por donde atajarlos. También surgen cambios en la líbido, en el deseo, el placer, y otras cosas más.
“Todo esto es absolutamente normal y fácil de surfear…son las oleadas hormonales que se van suavizando con algunos cambios de hábitos saludables, mucho autoamor, rebeldía y la compañía de otras personas”, aconsejó.
Las señales
En la lista de “señales” hay una gran variedad de posibilidades como los sofocos nocturnos o diurnos, las alteraciones del sueño, dolores articulares, osteoporosis, la sequedad vaginal debida a la disminución de los estrógenos, los cambios en la salud cardiovascular.
Ante todo ello, la especialistas con visión amorosa proponen prestar una atención especial al cuerpo: “Un cuerpo abandonado en la etapa de la menopausia es un cuerpo que se cae mucho más fácilmente. Ya no podemos vivir de las rentas de las hormonas y tenemos que estar mucho más encarnadas, más presentes y atentas a nuestro cuerpo, a procurar que siga sintiendo, a seguir cuidándolo”, planteó la dcotora Arianna Bonato.
En este sentido, destaca la importancia de la dieta, indicando que la nutrición debería ser variada y baja en grasas saturadas, y también contener suficientes proteínas. Privilegiar alimentos que tengan calcio, pero vigilar que estos no tengan un exceso de grasa.
Asimismo, destacó el ejercicio físico que cobra más importancia, recomendado tonificar, estirar y hacer ejercicio cardiovascular varias veces por semana, sin agotarse. “Puede servir caminar deprisa, correr despacio o nadar”, citó como ejemplo.
Además de la meditación, por último, enfaiza la importancia de seguir practicando buen sexo: “Ya sea en pareja o en solitario, es importante mantener una vida sexual activa hasta el final de nuestros días. La fertilidad es temporal, pero la sexualidad de la mujer nunca termina y es importante vivirla porque es energía vital, la misma vida que nos atraviesa”.
Para una buena trancisión
Hay terapias que acompañan a las mujeres a ir desmenuzando y reparando cada fase del ciclo de la mujer, hay ceremonias de paso que se realizan para que puedan encontrarse con ese poder interno. Ha rituales, hay lecturas nutritivaa, hay plantas y aceites que ayudan de manera natural, durante éste proceso.
La investigadora chilena, Pabla Perez San Martín recomienda para la etapa de Transición y para después también una serie de prácticas que serán de mucha utilidad. Aquí algunas reseñas, pero que en su libro están mucho más detalladas.
- Reunirse con mujeres que estén pasando por la misma etapa.
- Buscar literatura amorosa que aborde el arquetipo de Mujer Sabia
- Abrirse a nuesvas experiencias
- Hablar de Plenopausia, diciendole adios a la ¨Menopausia¨
- Naturalizar el proceso con el circulo cercano.
- Liberarse de la creencia de ¨enfermedad¨ y amigarse con las terapias naturales y alternativas.
- Disfrutar de la sexualidad.
Algunas plantas y aceites
Aceites esenciales de Geranio y Salvia, dos aceites reguladores excelentes para tener cerca, ya sea en una anforita, o elixir de aceites para colocar en el cuerpo.
Limpiar con hierbas, en especial las que depuran el hígado, no menos de 10/15 dias seguidos de Carqueja, Diente de Leon, Toronjil cuyano, boldo, ruda, artemisa, ajenjo.
La ortiga tambien es una “Diosa planta”, tiene un alto contenido en hierro y ayuda a la sangre. Para las irregularidades Maracuyá y beber pasiflora o Pasionaria. Cola de Caballo para los caloretes, como la salvia y manzanilla. La Menta es una gran refrescante