Bajo el nombre “Monte que alimenta y Sana”, desde Puerto Iguazú, Misiones, un grupo de mujeres desarrolla una experiencia que combina producción agroecológica, organización comunitaria y recuperación de saberes ancestrales. En la ciudad donde la postal turística convive con profundas desigualdades sociales, estas productoras construyen una alternativa concreta al modelo extractivo, basada en el cuidado del monte, la soberanía alimentaria y el trabajo colectivo.

Lejos del circuito de hoteles, excursiones y servicios que rodean a las Cataratas, la vida cotidiana de muchos barrios transcurre entre precariedad laboral, dificultades de acceso a servicios básicos y economías familiares frágiles. En ese territorio tensionado, la agroecología emerge no solo como una forma de producir alimentos sanos, sino también como una estrategia de arraigo, autonomía y defensa ambiental en una provincia atravesada por el avance sobre la selva nativa.

“Monte que Alimenta y Sana” es una de esas experiencias que crecen desde abajo. Nacida en el periurbano iguazuense, en el barrio conocido como las 2000 Hectáreas, la organización reúne a familias productoras que apuestan a una agricultura sin agrotóxicos, al intercambio de semillas criollas y a la construcción de vínculos solidarios. Un entramado de chacras, ferias, mingas y formación que pone en el centro a las mujeres y propone otra relación con la tierra y con los alimentos.