El hermano perdido
Relatos de estudiantes de 6to año de la Orientación en Comunicación del Colegio Ayres del Cerro. Los mismos se trabajaron en el Taller de Producción en Lenguajes coordinado por la profesora Gabriela Ballarre.
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Por: Bautista Álvarez.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailDurante el verano de 2022, en la playa con mi familia, conocimos a un señor mayor que se nos acercó diciendo que conocía a mi mamá. A mi mamá le generó curiosidad porque no recordaba haberlo visto antes. El señor se presentó como Héctor Goizueta. Nos contó que era parte de la familia de mi madre, pero de otra rama, ya que era primo de mi abuelo.
Sin embargo, aclaró que cuando era muy chico se había mudado a Reta con su familia. Mi madre mostró gran interés y comenzaron a hablar sobre el árbol genealógico. Entonces, Héctor precisó que en realidad no conocía a mi abuelo, sino a su hermano mayor. Como el señor no recordaba el nombre, mi madre empezó a nombrar a sus tíos, pero ninguno coincidía.
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Esto sorprendió mucho a mi madre, y el señor explicó que era probable que no lo conociera, pues él se había enterado de que este primo había tenido un accidente. Esta revelación asombró aún más a mi mamá, quien decidió que, al terminar las vacaciones, le preguntaría a mi abuelo.
Al regresar de la playa, al finalizar las vacaciones, mi madre seguía con gran curiosidad sobre este tío que nunca había conocido. Así que le preguntamos a mi abuelo, quien nos contó la historia completa de su hermano.
Cuando mi abuelo era muy chico, tenía un hermano diez años mayor que iba al secundario. Mi abuelo nunca llegó a conocerlo bien, pues su hermano, durante una clase de educación física, se golpeó la cabeza mientras realizaba una actividad. En ese momento le dolió, pero no lo suficiente como para ir al hospital; además, en esa época no era muy común hacerlo. Al terminar la clase (hasta ese momento, todo parecía normal), llegó a casa, sintió mucho sueño, se acostó a dormir y nunca más despertó. Durante mucho tiempo, esta historia se mantuvo oculta, ya que en esa época no se solía hablar de estas cosas, y por eso mi abuelo nunca la había contado.
Estas historias nos hacen entender lo diferentes que eran antes las familias en cuestiones relacionadas con la salud y la comunicación. Podía fallecer un familiar y nadie se enteraba hasta tiempo después. A diferencia de hoy, donde, ante una situación así, toda la familia está pendiente y acompaña en el momento.
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