Nos cuenta que le hubiera gustado ser ingeniero agrónomo si no se le hubiera dado lo de la actuación. Tener una chacrita, tocar la guitarra y hacer una vida tranquila. Afirma que el personaje no se lo comió sino que fue él que se lo tragó y por eso continúa vigente, porque es ficción. Está en la ciudad haciendo publicidades y shows a través de streaming esperando que termine la pandemia. Pidió disculpas a las personas a las que les falló cuando estaba tan enfermo y habla con orgullo de su hermano José Luis, quiere a su padre y extraña enormemente a su mamá que falleció en uno de los peores momentos de su vida. Parece que Jorge ha saldado las cuentas pendientes de su existencia. Y en el presente lo que más quiere es estar bien con él y con los demás. -¿Qué es de su vida? -Tranquila, todo en orden por suerte trabajando mucho con publicidades. Y con mi hijo Juan estamos llegando a los cincuenta mil seguidores en Instagram. -¿Desde qué año vive en la ciudad? -Regresé en 1999. -¿Por qué? -Habíamos hecho una gira con Troiani (Jorge, actor), pero éramos el agua y el aceite, para públicos diferentes. Al final me quedé con una mano atrás y otra adelante y me vine a Tandil. No estaba bien de salud. Por suerte mis viejos me cobijaron, mi familia me dio mucho afecto y luego mi hijo -que es mi único representante y vive en Kansas- me puso una casa y acá estoy. Vivo solo pero tengo amigos que me visitan todos los días y un acompañante terapéutico. …