Emotivo acto de una red de "mujeres que abrigan" en Tandil
A partir de una donación, un grupo llevó adelante una nueva acción solidaria, vinculada a transformar retazos en abrigo, con gestos cotidianos de actos de amor.
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En el Colegio de Escribanos de la ciudad, se vivió este martes una tarde cargada de emoción, gratitud y comunidad. Mujeres de distintas instituciones, credos y trayectorias se reunieron para recibir los certificados al Mérito Solidario, un reconocimiento que celebra no solo lo que hicieron, sino la manera en que lo hicieron: uniendo fuerzas para transformar retazos en abrigo, y gestos cotidianos en actos de amor colectivo.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEL INICIO DE UNA HISTORIA TEJIDA A MUCHAS MANOS
Todo comenzó con un llamado. Claudia Caballero, desde la Federación de Mesa Solidaria, se comunicó con Alicia Jakob ( Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales - AMEP) para transmitirle una noticia significativa: desde la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat —con Carla Mucklowe como nexo y bajo la coordinación de Juliana Teerink— llegaba una donación muy especial. Eran las telas, lanas y retazos que Mariela Gómez había conservado con esperanza, esperando un destino noble.
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A partir de allí, lo que eran hilos sueltos se convirtió en una trama viva. Alicia llevó la propuesta a AMEP y rápidamente surgieron voluntades: Andrea y Mónica ( AMEP) se ofrecieron de inmediato, una para coser y otra para organizar y recoger materiales. Carla Mucklowe reforzó el impulso con un mensaje claro: “dispongan de todo lo que necesiten”.
Una cadena de manos, afecto y trabajo. El movimiento empezó a crecer. Alicia, Miriam, Mónica, Alejandra, Lorena, Andrea y muchas más comenzaron a tejer una rueda de trabajo tan constante como afectuosa. Unas lavaban, otras cosían, otras clasificaban. Desde cada casa, desde cada tiempo disponible, fueron dando forma a una acción que mezcló técnica, solidaridad y sororidad.
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El resultado superó cualquier expectativa:
- Más de 100 mantas,
- 300 bufandas,
- 250 gorritos,
- 100 pares de guantes.
Pero por encima de esos números, nació lo más profundo: una comunidad unida por el deseo de acompañar y abrigar a quienes más lo necesitan.
INSTITUCIONES QUE HICIERON POSIBLE LA RED SOLIDARIA
Durante el acto se otorgaron reconocimientos a los grupos e instituciones que formaron parte esencial del proyecto:
Centro de Formación Profesional 401: Sandra Apestia y Claudia Basabe.
Iglesia Peniel: Elena Spigha, Adriana Concetti y dos integrantes del equipo.
Geriátrico San Andrés: Elena Spiga y tres colaboradoras.
Cárcel de Mujeres: Padre André y la catequista Adriana.
Centro de Formación Profesional 402: Prof. Salisturi y la encargada del taller de tejido.
Grupo de catequistas del Obispado: diez tejedoras comprometidas.
Iglesia Evangélica La Roca: Pastor García.
Mantitas Solidarias de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: coordinadas por Carla Madarieta.
Equipo AMEP: Alejandra Cano, Miriam Dahartazu, Mónica Rodríguez, Alicia Jakob, Andrea Fernández (logística), Lorena Gariboldi (lavado y planchado).
Reconocimiento especial: Mariela Gómez, autora de la donación original.
Además, se destacó a Miriam Luján Francia por su ayuda constante y desinteresada a lo largo del año, y a Guillermina Larraude, quien durante la presidencia de Clara Ardura donó diez computadoras a distintas instituciones de Tandil.
El acto cerró con un mensaje compartido por todas: Cuando las mujeres se unen, el frío retrocede. Porque en cada manta, cada bufanda y cada gorrito hubo mucho más que lana: hubo tiempo, escucha, ternura, voluntad.
El Mérito Solidario 2025 no solo distinguió trabajo: distinguió una forma de estar en el mundo. De trama en trama, estas mujeres demostraron que la solidaridad también es un arte, y que cada puntada puede convertirse en un abrazo.
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