La flexibilización y la asistencia del Estado no alcanzan y el nueve por ciento de las pymes piensa en cerrar
A través de sus encuestas la CAME estima que dicha acción podría afectar a unos 300 mil trabajadores, directa o indirectamente. Aseguraron que el consumo sigue retraído a pesar de la reactivación en algunos sectores comerciales y recién se normalizaría para fin de año. Desde Apymet dijeron que la pandemia dio el golpe mortal. Apelan al salvataje del Gobierno.
En un análisis sobre cómo se viene respondiendo ante la flexibilización de las actividades, Pedro Cascales, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), aseguró que todavía no es suficiente porque si bien algunos sectores se han reactivado, sobre todo el interior del país, todavía el consumo está muy deprimido.
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En una charla con el programa Cosas que Pasan, en Tandil FM (104.1), indicó que esto es natural porque hay actividades paralizadas, como en Capital Fderal y Gran Buenos Aires, que son un gran motor de la economía. “Eso hace que el consumo este retraído”, explicó.
Reveló que según un informe que hizo la Federación de comercio e industria (Fecoba), también adherida a CAME, en la primera semana las ventas en CABA alcanzaron solo un 25 por ciento del periodo normal y eso va a tardar en recuperarse.
Largo camino a fin de año
“A través de las encuestas que vamos realizando vemos que recién a fin de año empezaremos a tener volúmenes de actividad normal, así que será un lento proceso”, avizoró.
Ahora, en el mientras tanto, consideró que el Gobierno tendrá que continuar con la asistencia al trabajo para pagar parte de los sueldos de las actividades que siguen deprimidas. Además, analizó que el Estado tendrá que buscar alguna herramienta de salvataje financiero porque a su parecer las líneas de crédito no han sido exitosas y no han llegado a la masa de pymes que era necesaria.
Tal como dijo, se han ido acumulando deudas durante esta cuarentena, y se siguen acopiando, por lo que creyó que si no hay una asistencia financiera importante directamente desde el Estado va a ser muy difícil que muchas puedan transitar este largo camino hasta fin de año.
Lo mismo planteó desde lo impositivo y recordó que desde la Confederación hace tiempo vienen hablando de que la moratoria debería incluir impuestos hasta fines de abril.
“Esas son dos de las principales patas que van a necesitar estas empresas para sostener el empleo”, aseguró, mencionando como otra mochila más para el sector el reciente decreto sobre la prohibición de los despidos sin causas hasta el 31 de julio, mientras que los que sean con causa deberán aplicarse con doble indemnización.
“O sea que si se necesita hacer una reducción no se puede, entonces para sostener esa situación tan crítica hace falta el aporte del estado”, dijo concretamente.
En busca de protección para evitar el colapso
En otro término, considerando la ayuda que no alcanza o no llega, anticipó que ya distintos estudios advierten que algunas empresas quedarán en el camino. “Le preguntamos a una masa bastante amplia de pymes qué piensa y entre un seis y un nueve por ciento informó que está pensando en cerrar”, lamentó.
El dato es menos alentador aún, ya que esos números significan que alrededor de 200 mil o 300 mil trabajadores, dependiendo el tamaño de la pyme, se verían afectados.
“Es como un castillo de naipes, porque uno saca una parte y se empieza a caer toda la estructura”, comparó, demostrando que no solamente repercute en la empresa, sino en la cadena que comprende tanto para arriba como para abajo.
Calificó esto como una situación muy delicada, donde aún no están a la vista esas consecuencias porque los tribunales están trabajando de manera reducidas y no hay quiebras, ni concursos, ni ejecuciones fiscales, prendarias o hipotecarias. En tanto que los bancos tampoco están realizando ejecuciones de ningún tipo. Sin embargo, señaló que cuando esto se empiece a liberar, si el estado no pone algún tipo de “andamiaje de protección” esto puede generar un “colapso muy importante”.
A nivel local, si bien desde la Asociación de Pequeñas y medianas empresas de Tandil (Apymet) no cuentan con un relevamiento exhaustivo, Gustavo Dacovich aseguró que hay muchas empresas complicadas. “Algunas ya no venían del todo bien y esto de la pandemia fue el golpe mortal”, indicó.
Consideró que también hay muchos que están operando, pero lo están haciendo a muy bajo ritmo. “Hoy todo son conjeturas, pero es claro que hay un alto porcentaje del sector de las pymes que está realmente complicado”, sostuvo.
Políticas a destiempo
Durante el fin de semana la diputada oficialista Fernanda Vallejos sugirió que el Gobierno reciba una participación en el capital de las compañías a cambio de los subsidios que otorga ante la crisis. “Si el Estado decide subsidiar a grandes grupos, sería razonable, como lo han hecho antes y lo están haciendo ahora las economías más desarrolladas, que lo haga no como un regalo a esas empresas, sino a cambio de una participación en el capital de las compañías”, opinó.
Ante este planteo, Cascales imaginó que muchos pequeños empresarios estarían dispuestos a regalar su pyme, porque los problemas que hoy tienen “son enormes”. “Creo que es una frase que está fuera del contexto de lo que está viviendo ese sector empresarial, que es la supervivencia, así que imagino que refiere a los grandes grupos”, dijo.
Finalmente, ratificó que desde CAME no han considerado dicha propuesta, ya que es la opinión de una diputada y no la posioción del Gobierno, ni siquiera lo ven aplicables a las pymes.
“Nosotros lo que vemos realizable hoy es que el Estado nos auxilie para poder sortear la situación”, determinó, aunque también sostuvo que por momentos pareciera que la política está alejada de los términos que significa mantener la estructura de costos para las empresas. “La clase política está reaccionando un poco a destiempo frente a la magnitud de los problemas que tenemos”, manifestó, asegurando que la mala racha vienen sosteniéndola desde antes de la pandemia.