FRASES CON HISTORIA
Vísteme despacio que tengo prisa. . .
Por Daniel Xodo
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Fernando VII. Rey de España. (1784-1833)
Según Benito Pérez Galdós (1843-1920), político y escritor español, la frase se debe a Fernando VII. El rey que desde 1808 fue prisionero de Napoleón durante cinco años, y cuando fue liberado, siendo reconocido como rey por el propio Napoleón, restauró la monarquía absoluta en España, a pesar de haber aceptado principios liberales años antes, pero perdió casi toda América del Sur que se independizó de su reinado.
No obstante, otros autores atribuyen la frase al mismo Napoleón o a Carlos III, pero en idénticas circunstancias; un rey al que le aguarda una reunión importante y un ayuda de cámara apurado pero torpe.
Es probable que el origen en esos casos se remonte a Octavio Augusto, primer emperador romano, quien solía decir a sus asistentes “Apresúrate lentamente” según relataría su amigo, el historiador Tito Livio (50 a C.- 17 d C.).
El emperador ponderaba: “Caminad lentamente si queréis llegar más pronto a un trabajo bien hecho” y, acentuando el concepto, “Bastante de prisa se hace todo lo que se hace bastante bien”.
Considerando que Octavio Augusto inauguró el Principado, régimen de gobierno que tomó las instituciones republicanas adaptándolas a las provincias imperiales y que perduraría hasta el año 284, podemos inferir que sabía lo que decía.
Naturalmente esta afirmación no implica que por haber sido hecho rápidamente haya sido bien hecho; hay mucha diferencia entre hacerlo despacio y hacerlo bien.
Lentamente suponemos que es despacio. Si pensamos que el tiempo son intervalos en los cuales introducimos los cambios buscados, esto significaría que el tiempo existe en función del cambio. Si el cambio no se produce ( u ocurre un cambio no deseado) no implica que no pasara el tiempo, sino que se habría perdido y se emplearía más tiempo para corregir el error. Por lo cual para mayor seguridad ( y celeridad) habría que hacer el cambio más lento.
Naturalmente, no consideramos el grado de bondad del resultado, o al menos la aceptación de los errores posibles y tolerables. Como por ejemplo que el rey apareciera con fallas en su vestimenta debidas al apuro.
Al respecto es conocido el incidente en el cual el anterior rey de España, Juan Carlos I, reprendió indisimuladamente en una recepción a su hijo, el actual rey Felipe VI, por una casi imperceptible falla en su atuendo (algo así como un botón desprendido en el puño de la camisa)
Quizá, la preocupación de Fernando VII (o de los otros supuestos autores de la frase) fuese también por algo tan serio como un botón desprendido y no por la construcción de un imperio.
https://citas.in/autores/augusto/
https://www.elnacional.com/opinion/columnista/visteme-despacio-que-tengo-prisa_272702/
Suetonio. Vida de los doce cesares.Ed. Planeta –DeAgostini. 1995. ISBN 84-395-4007-8