A través del teatro logran que los adolescentes hablen de enfermedades sexuales, violencia y consumo
Especialistas en salud y técnicas dramáticas no convencionales recorren las aulas de 4to año con una escena que sirve de disparador para tratar Educación Sexual Integral, violencia de género y consumo de sustancias. “El Brian” no usa preservativo, consume, toma a las mujeres como objeto y hace lo que quiere. El resultado es gratificante, los estudiantes se abren y el debate toca cuestiones de fondo.
Un grupo de profesionales se unió para abordar las problemáticas relacionadas con la prevención de enfermedades de transmisión sexual, el consumo de drogas y la violencia de género, entre otras, a través de técnicas dramáticas no convencionales. El proyecto se implementa en los cuartos años de las distintas escuelas de la ciudad, donde se abordan las temáticas desde una puesta en escena que tiene un único protagonista “El Brian”. La puesta en escena funciona como disparador para que luego los chicos se abran, se identifiquen o no con lo contado y den lugar al debate.
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El equipo que se ocupa de plantear el desafío en cada una de las aulas que visitan está conformado por el director de Teatro Eduardo Hall, la psicóloga Verónica García, la operadora en psicología social Cecilia Jubera, la directora de Salud Comunitaria del Sistema Integrado de Salud Miriam Dathazu y el médico generalista del Centro de Salud de La Movediza Mauricio Rojas, quien a veces es reemplazado por su par de Las Tunitas Alejandro Frigoli.
Todo comenzó en 2011 a raíz de una capacitación en salud de las técnicas dramáticas no convencionales, según recordó Verónica García, que por ese entonces trabajaba en el Centro de Salud de Las Tunitas. Fue a partir de esa instrucción que algunos siguieron utilizando esa herramienta, brindada Eduardo Hall y Soledad Lami, como forma de trabajar la prevención, promoción y otras problemáticas en salud.
Sin embargo, han pasado varias cosas en el camino y el grupo se consolidó recién el año pasado. La actividad se inició con un acuerdo que concretaron entre Educación y Salud, para trabajar con los chicos de cuarto año de las distintas escuelas, en el marco de la materia Salud y Adolescencia.
El resultado es alentador, ya que pudieron notar que los alumnos de abren a compartir sus realidades, incluso revelaron que se quedan con ganas de seguir charlando del tema, ya que al ser asuntos sensibles no cualquiera cuenta con la posibilidad de charlarlo en sus hogares o con amigos. “Para nosotros es maravilloso, porque muchas veces tenemos cierta estructura para dar el mensaje y comunicarnos como médicos, y nunca algo nos ha dado tan buen resultado como esta aproximación”, manifestó Rojas, asegurando que la apertura a la que llegan los chicos es “increíble” y de manera horizontal.
Lo que sucedió luego es que al empezar a trabajar con la obra la demanda se expandió y los profesores comenzaron a contar lo que pasa y a llamarlos desde los terceros y quintos años para poder vivenciar la propuesta.
El Brian
El protagonista en todo esto es “el Brian”, además de los adolescentes destinatarios, quien entró en escena debido al aumento de demanda en atención que presentaba como problemática la salud sexual y sobre todo con el incremento de casos de sífilis.
La escena es muy breve y fue escrita por Cecilia Jubera, con una duración aproximada de cinco minutos, allí irrumpe el personaje proveniente de una zona marginal de mucha vulnerabilidad que cuenta su forma de vivir. “El Brian” no usa preservativo, consume, toma a las mujeres como objeto y hace lo que quiere. En una segunda parte de la escena, les cuenta a los chicos que él no sabe mucho pero que averigüen, porque un amigo se murió por una enfermedad de transmisión sexual.
Según contaron los integrantes del equipo, que se presentan al final de la puesta y preguntan a los estudiantes qué les pasó con lo que vieron, es que surge una cuestión muy llamativa ligada a que la mayoría terminan diciendo que esa es la realidad. La repregunta que surge, entonces, es “¿por qué pasa eso?”. La respuesta de casi todos los chicos es que hay falta de información, y ahí se da lugar a otro intercambio que tiene como objetivo revelar que la responsabilidad de avanzar sobre estos temas proviene de diferentes ámbitos, como la familia, los docentes o los medios de comunicación. “La intención es que entiendan que la culpa no es de ellos, sino que depende de nosotros los adultos generarla”, explicaron, asimismo cuando advierten que es algo que debería tratarse desde jardín de infantes se sorprenden, pero terminan avalando la idea.
“Nosotros le preguntamos con quien tratan estos temas y les recomendamos buscar un referente adulto, que si no son los padres puede ser algún preceptor, maestro o con quién se sientan en confianza”, señalaron, además de informarles que pueden recurrir a los Centros de Salud donde a partir de los 13 años pueden ir solos, sin necesidad de ir con un mayor.
En resumen y lo más gratificante para los miembros del grupo es que a los alumnos les encanta, realmente se sienten interesados en escuchar y tener la información de la forma en que “El Brian” se las plantea.
El preservativo, las enfermedades y la violencia
Cuando Verónica García, que es quien personifica al protagonista de la obra, sale de personaje y les pregunta: “¿Qué sintieron?”, la charla puede empezar por cualquier lado, aunque hay ejes determinados como las cuestiones de género, consumo de sustancias y educación sexual integral (ESI) que los tratan sí o sí.
“El hábito del uso del preservativo no está presente en los chicos”, remarcaron, induciendo que puede ser por los mitos que giran en torno al mismo, además de que los adolescentes creen que nunca les va a pasar a ellos.
El problema está en la falta de campañas sobre las consecuencias graves que puede traer la falta de cuidados, ya que la sífilis por ejemplo es una de ellas y está creciendo de forma alarmante. De hecho, Miriam Dathazu indicó que se ha triplicado, incluso ha aumentado la sífilis congénita que es la que las mamás embarazadas transmiten a sus bebés. A su vez, manifestó que de HIV se habla solamente los 1ros de diciembre, en el día del Sida y nada más.
Por otro lado, contaron que cuando se llega a tratar violencia de género se abren unos “debates hermosos” entre los mismos compañeros y como entre mujeres. “Esto nos da el pie para poder intervenir y siempre se termina visualizando la problemática de esta cultura patriarcal y machista”, aseguraron, además de destacar que muchas veces terminan aprendiendo mucho de los chicos. “Incluso hay chicas que siguen influenciadas y defendiendo el machismo en la sociedad”, revelaron.
Son numerosas las aristas que van surgiendo en cada espacio, con cada grupo y en cada encuentro, tan variables como la realidad que transita cada individuo. “Poder visibilizar las distintas problemáticas, que se interesen y participen del intercambio ya nos pone contentos”, asintieron.