Burocracia, presión tributaria y economía pendular, los principales obstáculos para el crecimiento de las pymes
Gustavo Dacovich, presidente de Apymet, trazó una radiografía del sector haciendo hincapié en la burocracia a que debe someterse la actividad, la volatilidad macroeconómica y algunas presiones sindicales. “Uno no pide nada gratis; lo que pide es ser acompañado en los proyectos y en la proyección hacia el crecimiento”, aseguró.
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Vivir el “día a día", con la necesidad constante de "aggiornarse", pareciera ser la única certeza con que cuentan las pymes del país en un contexto de inestabilidad crónica, presión tributaria e intermitencia en el acceso a los créditos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAsí lo aseguró Gustavo Dacovich, flamante presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Tandil (Apymet), quien trazó una radiografía crítica del sector, haciendo hincapié en la burocracia a que debe someterse la actividad, la volatilidad macroeconómica y algunas presiones sindicales.
“Es increíble que, cuanto más crezcas, más problemas tengas”, dijo Dacovich a “Tandil Despierta”, por ECO TV y la 104.1 FM.
“Uno no pide nada gratis; lo que pide es ser acompañado en los proyectos y en la proyección hacia el crecimiento”, afirmó, y destacó que el crecimiento empresarial tiene un efecto multiplicador inmediato en la economía, generando mano de obra, impulsando alquileres, la construcción y la venta de automotores: “crece todo”, valoró.
Para el empresario, uno de los frenos más tangibles a la expansión de las pymes es la burocracia que se interpone en la operatoria más elemental.
En ese sentido, el presidente de Apymet advirtió que la habilitación de un negocio o la obtención de servicios básicos se convierten en una odisea administrativa: “Uno de los problemas que tenemos es la burocracia para generar una habilitación, para que te entreguen el servicio energético o una conexión de agua; es todo burocrático”, destacó. Esto es un síntoma de un mal macroeconómico más profundo que se extiende a lo largo de las décadas, lo que Dacovich denominó “la economía de péndulo”.
El titular de Apymet fue también categórico al afirmar que “estas economías de péndulo no sirven, eso está comprobado”, y alertó sobre las consecuencias qu acarrea esta inestabilidad. “Socialmente generan facilismo, que es lo que nos está pasando hoy: se nos complica generarles el hábito del trabajo o el hábito del estudio a los chicos jóvenes”, aseguró.
La crítica estuvo dirigida a la clase política en su conjunto, independientemente del signo partidario ya que, para Dacovich, la solución no pasa por un color político, sino por una visión común. “En mi caso, me da lo mismo quién gobierne. Lo que quiero es que se proyecte algo en común”, sostuvo.
Y envió un mensaje directo a los funcionarios: “‘Todos dicen que hay que cuidar a las pymes, pero ‘muchachos no me cuiden más. Háganme un favor; no me cuiden más y hagan su trabajo’”, dijo en referencia a las promesas de protección que, a su juicio, no se traducen en un entorno favorable para trabajar y crecer.
Principales obstáculos
Las pymes son el principal generador de empleo privado en el país. En este punto, Dacovich aportó otros datos para dimensionar su rol: “Las pymes generan el 55% del Producto Bruto Interno (PBI) pero el 72% de la masa salarial está tomada con las pymes”.
A pesar de su peso en la generación de empleo, el sector debe lidiar con costos excesivos que minan su competitividad, aseguró.
Y planteó que uno de los mayores problemas es el costo laboral indirecto. “Lo que no queremos es el que costo del operario sea del 60% más de lo que se le paga al operario”, señaló.
Esta carga se vuelve insostenible al confrontar los precios con los que ostenta el mercado internacional, especialmente en un contexto de apertura económica. “La parte impositiva tiene mucho que ver” en el alto precio de los productos argentinos, aseveró el dirigente pyme y ejemplificó con el sector automotriz, donde un vehículo puede tener un “80% de impuestos”, haciendo imposible competir con el exterior.
Además, la apertura de las importaciones dispuesta por el Gobierno nacional golpea duramente a industrias sensibles.
Dacovich indicó que la entrada de productos metalúrgicos y textiles de lugares como China, Singapur, Hong Kong o India, con costos de producción sensiblemente menores, hace “muy difícil competir con el mundo”.
La solución, no obstante, tiende a ser fluctuante: es probable que el próximo gobierno reactive un “proteccionismo total” -manifestó- frente al liberalismo actual.
Comparando con otros países de la región, el presidente de Apymet lamentó la falta de visión a largo plazo: “Brasil viene también de un gobierno liberal y ahora tiene un gobierno más popular, pero la línea económica es la misma. Entonces ese país ha crecido exponencialmente, mientras nosotros seguimos en el mismo nivel”, consideró.
Y, en un tono de autocrítica, el empresario concluyó que “acá somos incorregibles: todos buscamos el mejor contexto inmediato, no buscamos el futuro, y después lloramos cuando se nos van los hijos en Ezeiza”.
“Entonces la responsabilidad es nuestra también”, expresó.
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La necesidad de proyectar la ciudad
A pesar del complejo panorama nacional, desde hace tiempo Tandil se destaca en el ámbito de la construcción debido -entre otros factores- al crecimiento poblacional.
En ese sentido, el presidente de Apymet, Gustavo Dacovich, reconoció que si bien la ciudad no es totalmente una “isla” en materia de incremento en la edificación, admitió que “tampoco hay muchos lugares como Tandil” que mantengan un ritmo de crecimiento demográfico que además se exprese en similar porcentaje de la construcción.
El fenómeno migratorio hacia la ciudad serrana es notable y comprensible desde hace décadas. “Tenemos un montón de cosas a favor, por lo cual cualquier persona que viva en Buenos Aires se tienta de venir acá”, explicó Dacovich, aludiendo a la calidad de vida y las posibilidades de esparcimiento que ofrece Tandil, como la opción de “salir a caminar en familia un domingo” o la existencia de canchas para practicar golf y otros deportes y de lugares para vivir con “vistas únicas”.
Sin embargo, este crecimiento acelerado impone una enorme presión sobre la planificación urbana. “Tenemos que proyectar la ciudad y estar todos a la altura del crecimiento”, advirtió Dacovich, señalando que el Plan de Desarrollo Territorial (PDT) “hace 20 años que no se toca”.
El desafío es adaptarse a la nueva realidad demográfica, que incluye situaciones como las tomas de tierras que eventualmente “pueden terminar en urbanizaciones informales”, un síntoma de que “hubo sectores que estuvieron a la altura del crecimiento y sectores que no”, manifestó.
El presidente de Apymet interpeló a la dirigencia política local y a los ciudadanos sobre el futuro inmediato. Ante la posibilidad de tener “300.000 habitantes dentro de diez años”, la pregunta fundamental, para Dacovich, es: “¿de qué forma vamos a querer vivir y cómo vamos a lograrlo?”.
Esto –señaló para terminar- implica asumir que el crecimiento conlleva un “montón de situaciones” que deben ser abordadas con planificación y responsabilidades compartidas.
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