Cinco personas recurrieron a la Casa del Pueblo para pasar las noches de frío bajo techo
El espacio abrió sus puertas con la intención de dar refugio y un plato caliente a quienes no tengan donde dormir. Desde el jueves ya pasaron cinco personas por el refugio. A pesar del éxito de la convocatoria, lamentaron que la demanda social vaya en aumento. La solidaridad tandilense volvió a destacarse y las donaciones no paran de llegar.
Desde la Casa del Pueblo, ubicada en la esquina de Alem y Las Heras, decidieron abrir sus puertas para que aquellos que estén en situación de calle tengan donde pasar la noche en estos días de temperaturas tan bajas en la ciudad. Según contó el responsable y referente del lugar, Osvaldo Maestrojuan, la iniciativa surgió cuando desde el club River Plate propusieron hacer lo mismo en la capital. Si bien sabía que la magnitud de la concurrencia sería muchísimo menor, ya con poder albergar al menos a una persona el triunfo de la propuesta estaría dado.
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El mismo día en que se dio a conocer la posibilidad, se acercó un hombre que estuvo por una noche y luego fue ayudado por una Iglesia. Además, llegaron Rodrigo y Gustavo, que aún están, aunque el último ya consiguió una changa y espera poder conseguir techo en breve. Por otro lado, el viernes a la noche la Policía Local encontró a Luis durmiendo en la calle y decidió llevarlo a la Casa del Pueblo para que pernoctara resguardado ante la helada. Finalmente, ayer unos vecinos guiaron a Rubén hasta el lugar, un hombre mayor que vendía bolsitas en la calle y dormía en la Terminal.
“Si sacamos de la calle a uno, misión cumplida”, habían pensado. Más allá de este “éxito” en la convocatoria, lamentando que suceda, el encargado hizo referencia a la gran movida solidaria que generó su apertura, ya que se han acercado no solamente de asociaciones sino vecinos particulares llevando todo tipo de alimentos y abrigos para donar. “Acá terminan las actividades a las 20, y pensamos que era importante brindarla como refugio para que pasaran la noche”, sostuvo.
Además, desde la Casa del Pueblo están asistiendo a un merendero ubicado en Chapaleofú al 700, del barrio Palermo, formado por un grupo de madres para el que colectan leche en polvo o larga vida, cacao, azúcar, pan y galletitas. También en ese aspecto la voluntad del tandilense ha quedado demostrada, e incluso están pensando en empezar a abrirlo a modo de comedor los fines de semana.
Este proyecto se llevará a cabo con una particularidad y condición, no recibirán a los chicos de entre 6 y 15 años a comer ahí, sino que las viandas deberán ser retiradas por los padres, para que sean ellos quienes pongan el alimento sobre la mesa de su casa y promover así el hábito de que se cene en familia. En este camino, ayer mismo llevaron unas 50 porciones de locro y pan al merendero.
Tal como mencionó Maestrojuan, la demanda social es cada vez más notable y por eso mismo, resolvieron repartir un poco de los alimentos recibidos entre otras personas también carenciadas, por ejemplo, fueron a asistir a una mujer que vive con sus dos hijos en una casa sin puertas.
La voluntad al servicio de otros
“Cuando lo propuse, algunos me dijeron que estaba loco, porque no teníamos colchones ni nada, pero la intención era que estén adentro y bajo techo, donde se pudieran tomar unos mates”, detalló Maestrojuan.
La decisión no tardó en tomarse, entonces lo primero que hicieron fue conseguir pan y verduras para poder ofrecerles una sopa y calentar la panza. Sin embargo, ni siquiera llegaron a usarlos porque inmediatamente se empezaron a divulgar las necesidades, la gente se acercó con comida recién hecha. Tanto, que la noche del jueves estuvieron recibiendo viandas hasta la 1 de la madrugada. Por ejemplo, a la medianoche llegaron dos señoras mayores que se pusieron a cocinar especialmente para el lugar. Afortunadamente cuentan con un freezer donde pueden conservar alimentos.
Antes que nada, consiguieron dos colchones “hechos pedazo”, pero luego desde Red Solidaria Tandil se contactaron para poner dos más nuevos a disposición, así que la capacidad va aumentando. De hecho, lo que sería por unos días, finalmente se extenderá a lo largo de todo el invierno para abrigar a los que no tienen donde dormir.
“He comprobado en estas horas que Tandil es altamente solidaria”, manifestó, incluso de tanta cantidad recibida, estarían empezando a rechazar donaciones pidiendo que las acerquen más adelante, cuando “se pase la novedad y euforia”.
Bajo techo y con trabajo
Según contó, una de las personas que llegó el miércoles fue gracias a un grupo de Whatsapp que se armó hace un tiempo y se llama “Vecinos Solidarios”. Gustavo tiene 30 años, es de Tandil y había pasado cinco jornadas durmiendo en una estación de servicios de la Ruta 226, pero ya le habían manifestado las intenciones de que se fuera y no tenía dónde. Este grupo y las puertas abiertas de la casa fueron su destino a tiempo.
Como si a partir de allí su suerte hubiera cambiado, hoy no solamente cuenta con un techo bajo el cual descansar, sobre un colchón y con dos frazadas de abrigo, también le acercaron alimentos caseros hechos con amor y puede prepararse un desayuno calentito antes de salir a la calle otra vez. Sin embargo, lo más importante de todo es que también le han ido a ofrecer una changa en un taller mecánico, donde desde el viernes empezó a limpiar colectivos y puede ganarse unos pesos con la ilusión de algún día tener para el alquiler de una pieza.
“Se levantó antes de las 8, se preparó la leche y se fue a trabajar”, resumió Maestrojuan, contento por la oportunidad, y además contó que desde el taller lo invitaron esa primera noche a cenar en familia.
Un grano de arena gigante
Desde el grupo “Vecinos Solidarios” no solamente han logrado ubicar a Gustavo, sino que también fueron los encargados de acompañar a Rubén, el vendedor de bolsitas. Asimismo, tiempo atrás se ocuparon de otras tres personas que estaban en situación de calle, instaladas en la Terminal de Ómnibus.
Al enterarse de este último caso, los fueron a buscar y los llevaron a una casa en el barrio La Movediza. El espíritu de ayuda de esta gente se unió para pagar parte del alquiler del lugar donde ahora viven los tres, que como dos de ellos trabajan también colaboran en la renta que es muy económica. Así, esta red que quiso poner un granito de arena terminó dando una mano enorme, ya que más allá de techo y comida lograron brindarle la posibilidad de tener un ingreso diario.
Según estimó Osvaldo Maestrojuan, tienen la misma idea con Gustavo, poder conseguirle un alquiler barato así sea una pieza con baño en una pensión, que con sus changas y el aporte de algún vecino pueda tener su lugar.
Cabe destacar que la Casa del Pueblo solamente puede albergarlo de 20 a 8 horas, ya que durante el día siguen desarrollando sus actividades habituales, con talleres y oficios para toda la comunidad.
Las necesidades de los ciudadanos, en aumento
Aunque da satisfacción saber que hay tanta gente con ganas de ayudar, la profundidad de la problemática de la gente que pasa frío y hambre o no tiene un techo bajo el cual dormir, es preocupante y profunda.
Para el referente del lugar todo es producto de la falta de políticas sociales, considerando que el Gobierno nacional ha destrozado a la clase trabajadora, que “va más allá de la indigencia o la pobreza”.
Aseguró que ha notado el incremento en las necesidades de los ciudadanos, la demanda social va en aumento y, aunque dedujo que en Tandil “no debe haber más de 10 personas en situación de calle”, era algo que no ocurría.
En este sentido, reveló que cuando abrieron las puertas de la Casa del Pueblo, se comunicaron varias familias con niños para poder ir, ya que si bien tienen casas, la precariedad de las mismas es tal que prefieren ir a otro lado donde puedan estar más calentitos. Lamentablemente, el lugar no cuenta con capacidad ni medios para poder recibirlos y por eso remarcaron que es solamente para gente en situación de calle, que puede acercarse para pasar la noche y a las 8 de la mañana deben dejar el lugar.