Con la presentación de proyectos, cerró el curso de Introducción a la Robótica
La iniciativa busca familiarizar a los participantes con el hardware y la programación.
Ayer cerró un nuevo ciclo del curso de Introducción a la Robótica dictad en la Escuela Municipal de Talentos, una propuesta que busca generar conocimientos teóricos y prácticos para la programación y el prototipado electrónico. La propuesta llegó a su fin tras un encuentro que permitió a sus participantes presentar los trabajos en los que aplicaron todas herramientas aprendidas a lo largo de las clases.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn este caso, la plataforma Arduino fue el eje central de la enseñanza, que permite a los estudiantes programar y conectar una variedad de sensores para generar prototipos para soluciones sencillas a diferentes problemas.
La convocatoria tuvo lugar en el primer piso de la sede de la institución municipal. Siguiendo la metodología implementada en las ediciones previas, cada grupo o participante explicó el problema que abordaron, la solución tecnológica que propusieron y compartió su experiencia de aprendizaje a lo largo del curso, fomentando el intercambio.
La recorrida empezó con el proyecto de dos jóvenes, que mostraron su sistema para el riego automático. La propuesta se basó en un espacio que simula un invernadero, donde el sensor instalado detecta un determinado nivel de humedad a partir del cual activa el riego.
Ante sus compañeros y el docente a cargo, Juan Tolosa, contaron las dificultades que encontraron a lo largo del proceso y resaltaron que el desafío no fue programar sino “conectar cosas”.
Luego de probar el prototipo y certificar su funcionamiento, contaron que tenían algo de conocimiento en programación, pero reconocieron que la propuesta ofreció “algo nuevo” y se mostraron expectantes con una “parte dos” del curso.
Al presentar otro de los proyecto, uno de los participantes del curso anunció: “Estamos teniendo problemas de cables”. Sin embargo, compartió con sus compañeros y el docente a cargo los detalles del trabajo realizado, que finalmente alcanzó la respuesta esperada.
A lo largo de las clases desarrollaron un sistema para el control de acceso con tarjeta y llavero. “El programa funciona bien”, dijo. Frente al dispositivo conectado a una computadora, explicó que “si pongo tarjeta no autorizada avisa” y enseguida hizo la prueba para mostrar la alerta. Luego, tomó una tarjeta autorizada para revelar la acción. Para la utilización del llavero, incorporó al proyecto un sensor que detecta la luz solar. Entonces, habilita el paso en caso que sea de día y lo deniega de noche.
“El curso está muy bueno”, respondió ante la consulta del profesor, y contó que tenía “una idea de programación” luego de haber estudiado hace unos años, y de electrónica, pero que igualmente fue un desafío y un aprendizaje todo el curso.
El curso
En diálogo con El Eco de Tandil, el responsable de la propuesta formativa explicó que el objetivo es que los alumnos se animen a “tocar” el hardware y la parte electrónica, áreas en las cuales existe cierta reticencia inicial en muchas personas por un temor a lo que pueda suceder “si conecto esto, funciona o no funciona”.
Luego, señaló que utilizan la plataforma Arduino para que los estudiantes puedan programar y conectar distintos de sensores para “prototipar soluciones sencillas y efectivas a diferentes problemas planteados”.
El enfoque didáctico presenta una “doble complejidad” para los asistentes, ya que una parte carece de experiencia previa en programación, por lo que el desafío radica no solo en la adquisición de lógica y lenguajes de programación, sino también en la integración de conceptos básicos para la conexión física de componentes, como sensores de temperatura, humedad, luz o nivel de agua y motores.
Esta combinación suele generar “inconvenientes”, ya que “a veces está bien programado, mal conectado y no funciona”, mientras que otras “está bien conectado, pero mal programado”, por lo que obliga a los alumnos a discernir dónde reside el problema y solucionarlo.
Proyectos del cierre del curso
La quinta edición del curso, que convocó a una veintena de participantes, culminó con una jornada de presentación de proyectos, en la que los alumnos exhibieron los resultados de su aprendizaje.
En ese sentido, Tolosa repasó la diversidad de soluciones desarrolladas utilizando el kit provisto por la escuela municipal, que incluye distintos tipos de sensores.
Entre las propuestas, se refirió a las que implementan sistemas de riego automático capaces de detectar la humedad del ambiente o del suelo para activarse, y dispositivos basados en lectores RFID, similares a los que se utilizan para el control de acceso de edificios, que permiten reconocer tarjetas para habilitar o denegar entradas o incluso abrir candados electrónicos.
Asimismo, destacó que la creatividad se manifestó también en el desarrollo de juegos interactivos, donde los participantes programaron esquemas de luces que debían ser replicados mediante la pulsación de botones.
La complejidad y la velocidad de estas secuencias aumentan progresivamente, por lo que los jugadores “tienen que estar cada vez más atentos para saber cómo es el esquema de luces para apretar botones de esa secuencia”.
La jornada de presentación de proyectos no solo marcó el cierre oficial de la cursada, sino que también constituyó un momento para los alumnos, que tuvieron la oportunidad de mostrar el trabajo realizado.
Los alcances del aprendizaje y proyecciones
Consultado sobre el impacto del curso en los participantes, Tolosa señaló que, si bien la expectativa inicial es “armar un robot”, el aprendizaje reside en la adquisición de habilidades prácticas.
“Los alumnos no se llevan un robot armado, pero sí las soluciones que les permiten automatizar la solución a un problema”, desde encender luces automáticamente cuando oscurece hasta optimizar el riego de una planta, permitiéndoles intervenir directamente en la programación y el funcionamiento de diversos sistemas que facilitan la vida cotidiana.
El perfil de los asistentes es diverso y abarca desde la pura curiosidad personal y el deseo de “ver qué hay de nuevo o qué puedo hacer”, hasta la búsqueda de un refuerzo de conocimientos para quienes ya tienen alguna experiencia en la materia.
Y resaltó que se presentaron casos de personas que ven en el curso una oportunidad para “aplicar lo aprendido en emprendimientos o en el ámbito de la domótica, como la automatización de viviendas”.
A lo largo de las distintas ediciones, el curso demostró una buena capacidad de convocatoria, ya que hubo propuestas destinadas específicamente a jóvenes de entre 16 y 20 años que se organizaron durante los meses de verano, y otras sin límites de edad.
Entonces, Tolosa destacó la presencia de personas con y sin experiencia previa, provenientes de áreas muy distintas, que “se terminan entusiasmando” con la propuesta.
Para cerrar, expresó su satisfacción por el compromiso observado en los participantes y valoró la dedicación tanto de los alumnos más jóvenes, que demuestran otra facilidad para la programación, como de aquellos adultos que, a pesar de sus obligaciones laborales y personales, completan el curso.
Por eso, consideró que el mayor logro es que los participantes “se lleven algo, conocimiento, es lo que queremos”, y adelantó que el curso de Introducción a la Programación y Prototipado Electrónico volverá a abrir sus inscripciones el año próximo y que trabajan en el diseño de un segundo nivel para alumnos avanzados.
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