Desde el SISP difundieron medidas claves para la prevención de ahogamientos de niños en piletas
La supervisión y toma de recaudos resultan fundamentales para evitar accidentes en cualquier piscina o espejo de agua.
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/12/doctor_franco_dagostino.jpeg)
En Argentina, cada cuatro días un niño pierde la vida por ahogamiento y el 65 por ciento de esas víctimas fatales son menores de cinco años. Frente a este marco, la prevención se vuelve un factor clave para evitar accidentes en piletas o cualquier otro espejo de agua y se practica desde múltiples criterios claves.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailDesde el Sistema Integrado de Salud Pública (SISP) del Municipio de Tandil el doctor Franco D’Agostino, pediatra y especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Niños “Dr. Debilio Blanco Villegas”, brindó una serie de recomendaciones importantes.
“El ahogamiento es silencioso: un niño que se está ahogando tiene colapsada la vía aérea, no puede gritar pidiendo ayuda. Nadie se entera. Por esa razón es fundamental atender a todas las medidas de prevención”, subrayó.
Los pasos de la prevención
Supervisión: siempre tiene que haber un adulto responsable, designado para mirar con atención a una distancia no mayor de 1 metro que le permita llegar con el brazo hasta el niño, si detecta que está en problemas. Nunca la supervisión debe quedar en manos de otros niños: tiene que ser un adulto dispuesto a arrojarse al agua si hay que rescatar a alguien que no la está pasando bien o con riesgo de sumergirse.
Educación: enseñanza progresiva de habilidades acuáticas desde temprana edad (autorizada desde los 3 meses).
Ads RCP: práctica de reanimación fundamental para definir el pronóstico de una persona que se encuentra flotando boca abajo o sumergida. Las personas a cargo -ya sea en los domicilios, instituciones educativas o clubes- deben conocer las maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar). Si un adulto responsable realiza maniobras de reanimación en el borde de la pileta, las posibilidades de sobrevida sin secuelas aumentan muchísimo. Cuanto más tiempo se pierde, peor es el panorama de recuperación.
Uso de dispositivos adecuados y homologados: chalecos salvavidas adecuados para el peso y la edad.
“También es necesario tomar recaudos para convertir a la pileta en un ambiente seguro para la familia", amplió el médico. Entre estas medidas incluyó "la colocación de cercas (con traba para adultos) que impidan el fácil acceso, evitar que queden objetos que los chicos puedan usar como trampolines, fuentones o piletitas inflables llenas en medio del patio y utilizar pisos antideslizantes alrededor de la pileta”.
- ¿Qué podemos hacer si encontramos un niño flotando boca abajo o sumergido en la pileta?
- Si es posible, sacarlo inmediatamente del agua. Apoyarlo sobre el piso y llamar inmediatamente al 107. En nuestra ciudad, toda la red de Centros de Salud Comunitarios también está en condiciones de recibir este tipo de contingencia, en caso de encontramos cerca de algunos de ellos. Si estamos solos, se usa el celular en modo manos libres y mientras se habla también se observa si el niño respira o no respira. Si respira, se le mueve el tórax, llora o tose, se lo puede incorporar y secar, tratando de calmarlo mientras llega la ambulancia.
Si el niño no responde, está inconsciente y no se mueve el tórax, inmediatamente se comienza con las maniobras de RCP: ventilaciones en la boca –levantando levemente el mentón para enderezar la vía aérea- cinco insuflaciones por la boca separadas por dos segundos, calzando la cabeza sobre el antebrazo para empezar a oxigenar el pulmón.
Se aplica un masaje cardíaco (presionando sobre la parte ósea del pecho) y ventilación boca a boca -30 compresiones, dos respiraciones. Si empieza a toser, intentamos ponerlo de costado para desagotar y largar el agua.
Tres niveles de vulnerabilidad
Los riesgos en los niños están vinculados a su edad y pueden distinguirse tres niveles de vulnerabilidad.
En menores de 1 año dependen exclusivamente de sus cuidadores pero pueden ahogarse rápidamente con poca cantidad de agua si, por un descuido, acceden a baldes, tachos, inodoros, bañeras, estanques o se caen a pozos, zanjas y espacios con más de 5 cm de agua.
En menores de 5 años, el mayor riesgo se encuentra en piletas o espacios con agua cercanos a los domicilios y en niños más grandes y adolescentes, en extensas masas de agua como cavas, ríos, arroyos, lagos o mares.
En los adolescentes, los ahogamientos suelen ser resultado de una combinación de mucha confianza en las habilidades para nadar con la subestimación del riesgo de situaciones peligrosas cerca del agua, sobre todo si hubo consumo de sustancias (alcohol o drogas).
Más de 143 años escribiendo la historia de Tandil