El nuevo brote de sarampión vuelve a poner el foco en la importancia de la vacunación
Tomas Baliña, director de Salud Comunitaria del Municipio, brindó detalles sobre la patología y su tratamiento.
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Una nueva alerta por un brote de sarampión en la Provincia ha puesto el foco en la necesidad urgente de mantener altas coberturas de vacunación en Argentina. El sarampión, una enfermedad que, según Tomás Baliña, director de Salud Comunitaria local, "es prevenible cien por cien con vacunas y, de hecho, erradicable", fue el tema central de su diálogo con El Eco Multimedios.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailBaliña relató que los esfuerzos de vigilancia se intensificaron luego de que se confirmara un caso de sarampión en una familia de Uruguay que había viajado por el territorio argentino, lo que ha generado un riesgo de que se hayan producido nuevos casos, que en lo que va del año ya suman 35.
Ante esta situación, se iniciaron de inmediato las acciones de estudio de los contactos. El sistema de vigilancia epidemiológica trabaja activamente, lo que implica visitar a cada una de las familias o de los lugares donde han estado para revisar el estado de vacunación de esas personas. Tradicionalmente, los casos de sarampión en Argentina suelen ocurrir cuando una persona que ha viajado al exterior o alguien del exterior que visita el país introduce el virus. Si las coberturas de vacunación son bajas, esa persona tiene "riesgo de transmitirlo y generar un brote", explicó el experto.
La preocupación por la disminución de las defensas poblacionales no es nueva. Baliña remarcó que la semana pasada la Sociedad Argentina de Pediatría emitió un informe en el que manifestó su inquietud por los bajos niveles de cobertura en muchas de las vacunas del calendario. El médico enfatizó que la vacunación es la única herramienta de prevención y que, para el caso de esta patología, cuenta con "años de estudios que comprueban su seguridad y eficacia".
El esquema contra el sarampión consta de dos dosis obligatorias: la primera al año de edad y una segunda al momento del ingreso escolar, es decir, a los cuatro o cinco años. En localidades como Tandil, el SISP se acerca directamente a los jardines de infantes para realizar esta segunda dosis. No obstante, si un jardín no recibió la visita del equipo, se insta a acercarse al Centro de Salud del barrio o al Vacunatorio Central para programarla.
El síntoma clave que activa la vigilancia es lo que se conoce como una enfermedad febril exantemática: un niño o persona que presenta fiebre y un exantema (sarpullido) en el cuerpo. Ante la sospecha, se activa el sistema, que incluye valorar el estado de vacunación del niño afectado y el de todos sus convivientes, y se procede a inmunizar a los contactos hasta que el caso se confirme o descarte. En Tandil, comentó, se han manejado al menos tres casos de enfermedad febril exantemática en lo que va del año, involucrando a niños en edad preescolar y escolar. La recepción por parte de las familias y las instituciones educativas ha sido positiva.
Un aspecto fundamental de la vacunación es la protección indirecta o efecto rebaño. Existen niños que no pueden recibir la vacuna debido a inmunocompromiso o alguna otra enfermedad. Para ellos, es vital que el resto de la comunidad esté protegida, ya que, según explicó Baliña, "en la medida en que todos sus compañeros, sus convivientes y la sociedad en general estén vacunados, ese niño que no puede vacunarse también estará protegido", lo que "genera una protección comunitaria".
El trabajo rápido y la activación de protocolos por parte de los equipos médicos son esenciales, ya que esto permite, "en el caso de que tengamos algún caso que se termine confirmando, poder limitarlo y evitar que se genere un brote", finalizó.
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