El Programa Incluir, gestionado por la Dirección de Discapacidad y Adultos Mayores del Municipio, ha logrado consolidarse como referente en la recolección y reciclado de latas gracias a la adquisición de equipamiento a través del Banco de Herramientas, que incluyó dos motos eléctricas con caja para la recuperación de los materiales.

Bajo la supervisión de Lucía González, directora del área, y el acompañamiento constante de Ana Inés Vivanco, terapista ocupacional, la iniciativa se centra en el acopio, prensado y venta de latas de aluminio, un proceso que involucra a sus cinco participantes en diversas etapas.

El trabajo comenzó con un convenio establecido con la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), entidad que facilita la recolección de latas de aluminio de diversos establecimientos gastronómicos de la ciudad. Pero también las latas pueden ser provistas por vecinos de la ciudad que deseen formar parte de la cadena de reciclado para el cuidado del medioambiente.

Carlos de Lorenzo es uno de los principales encargados de la tarea de recolección. Con su triciclo eléctrico, ‘Carlitos’ recorre los locales los miércoles, lo que lo convirtió en una figura ya reconocida entre los comerciantes y vecinos de Tandil.

Y aunque reconoció que el consumo de latas ha disminuido en favor de otras presentaciones, su persistencia asegura que la materia prima continúe llegando al Programa.

"Cuando me ven en la calle, me preguntan", comentó de Lorenzo en el piso de “Plataforma Magazine”, por ECO TV y la 104.1 FM, y destacó la interacción que se genera con la comunidad.

Una vez recolectadas, las latas son procesadas por el equipo en las instalaciones del Polo Productivo y Social de Tandil  (14 de Julio N° 1148), donde se prensan y se preparan para la venta.

Héctor, otro de los jóvenes que forma parte de la iniciativa, se encarga de la labor de aplastar el aluminio. El sistema de trabajo y la remuneración que reciben los participantes están ligados a la producción, lo que fomenta el compromiso y la responsabilidad. 

La venta del material compactado se realiza a un comprador local de chatarra y metales, y es en esta etapa donde la habilidad para negociar entra en juego. En ese sentido, De Lorenzo ha demostrado ser un hábil negociador, buscando siempre el mejor precio para beneficio de todo el equipo. "Yo estoy averiguando en distintos lugares y, bueno, hay uno que paga más, y es más plata para mí, para mis compañeros", explicó.

Visión integral de Incluir

Más allá de la tarea laboral específica, es fundamental la visión integral del programa Incluir. 

En ese marco, Vivanco subrayó que su rol abarca "todo el acompañamiento" de los jóvenes. En estrecha colaboración con las trabajadoras sociales del área de Discapacidad del Municipio, la  terapista ocupacional explicó que se realiza una primera convocatoria y evaluación para perfilar las habilidades de cada persona.

"No es solo la tarea en sí, sino todo el acompañamiento", sostuvo Vivanco, destacando el trabajo en equipo para abordar aspectos como la rutina, los intereses, las motivaciones y los proyectos de vida individuales.

Los participantes, al integrarse en el Polo Productivo y Social -que alberga otras áreas como herrería y carpintería-, experimentan un entrenamiento laboral integral que representa un entorno de trabajo formal, incluyendo la necesidad de cumplir horarios, completar planillas de presentismo y justificar ausencias.

La meta principal es que este espacio sirva como un trampolín hacia futuros empleos formales, equipándolos con habilidades y confianza.

Logros personales

El impacto del Programa se evidencia en las historias personales de sus participantes.

Sofía, una de las jóvenes, compartió con orgullo cómo, gracias al apoyo de la iniciativa y a su propia determinación, logró un hito trascendental en su vida: aprender a leer y escribir siendo adulta.

"Iba a la escuela, la dejé por temas familiares y ahora volví a empezar de grande", relató Sofía, quien actualmente cursa el primer ciclo de la Escuela de Adultos.

Este logro, que al principio le parecía inalcanzable –aseguró-, ha transformado su día a día. "Es que tenía que estar pidiendo que me ayuden a leer; ahora voy de a poquito, voy leyendo por las calles", describió.

Dentro del equipo, Sofía también cumple un rol esencial como mediadora. "Cuando hay alguna discusión, Sofía es la que pone la pausa", comentó de Lorenzo, su compañero.

Conciencia ambiental

El programa Incluir no solo genera oportunidades laborales y de desarrollo personal, sino que también contribuye significativamente a crear conciencia ambiental entre los vecinos de Tandil.

Ocurre que, al reciclar latas de aluminio, se reduce el impacto de los residuos y se fomenta una economía circular.

Para terminar, Lucía González destacó que la comunidad también puede sumarse a esta iniciativa, llevando sus latas al Polo Productivo o a la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat. (Av. del Valle 757), donde funciona la Dirección de Discapacidad.

Esta invitación no solo busca incrementar el volumen de material reciclado, sino también involucrar a los vecinos en una acción concreta de cuidado del medioambiente.

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