Jóvenes del Instituto Agrotecnológico de Tandil modifican las formas de producción para ayudar al planeta
A través de dos proyectos, financiados por Huella Joven, la institución fomenta el cuidado de la tierra que habitamos.
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El Instituto Agrotecnológico de Tandil (IAT) es una institución dependiente de la Asociación Cooperadora de la Escuela de Educación Agraria Nº1 Ramón Santamarina, que ofrece una formación en educación superior pública y profesionalización de calidad.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEste año, el IAT se encuentra desarrollando dos proyectos de suma importancia para modificar las formas de producción y aportar en la lucha contra el cambio climático. Se trata de “Biofábrica IAT”, iniciativa liderada por Tomás Alonso, y de "Hidroponía contra el Cambio Climático", a cargo de Lautaro Palacio. Los representantes de ambos proyectos dialogaron con El Eco de Tandil acerca de los detalles de sus ideas, el proceso de realización de cada etapa y los objetivos propuestos de cara al futuro.
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Biofábrica IAT
El primero de los proyectos impulsado por la institución se denomina “Biofábrica IAT”. Tal como expresó Tomás Alonso, la idea surgió desde la Tecnicatura Superior en Agroecología. “Hicimos una capacitación de elaboración de biopreparados, donde nos involucramos mucho en el tema de la preparación y las normas a cumplir. Una vez que tuvimos el producto hecho, nos cuestionamos qué hacer con el mismo. Así nació el proyecto, buscando una solución para disminuir el uso de agroquímicos en producciones a pequeña escala”, contó.
Mediante su implementación se busca llevar a cabo una producción sin agrotóxicos, que respete los respectivos ciclos biológicos de los procesos del suelo y del ecosistema productivo. “Elaboramos un producto totalmente orgánico. La idea de esta técnica no es competir en el mercado, sino tener una mirada más holística y abierta”, aseguró el joven.
Actualmente, el proyecto de Biofábrica se encuentra en pleno desarrollo. El grupo de estudiantes a cargo llevan adelante tareas de prueba del funcionamiento de los productos en el cordón agroecológico y en la huerta ecológica de la Escuela Granja.
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Tomás Alonso certificó que “es un componente bastante completo y bueno”. De cara al futuro, uno de los objetivos del IAT es trabajar en conjunto con la Facultad de Agronomía de la Unicen para analizar los biopreparados y conocer en detalle cómo están formados biológicamente.
“Al ser bastante nueva la cuestión de la agroecología, la idea sería poder brindar charlas o capacitaciones en donde la comunidad local pueda ir a conocer la Biofábrica e informarse sobre la temática”, concluyó el joven.
Hidroponía contra el Cambio Climático
Por otra parte, otra reconocida iniciativa del IAT es “Hidroponía contra el Cambio Climático”. En este caso, tal como especificó el responsable Lautaro Palacio, el principal objetivo que tiene la propuesta es la producción de cultivos con un menor uso de agua para poder preservar dicho recurso.
En estos momentos, un grupo de aproximadamente diez estudiantes lleva a cabo la producción de lechuga y rúcula. “Se utiliza un 90% menos de agua que en un sistema tradicional. Es mucha la diferencia. En la tierra ese agua se evapora o se va a otro lado, se termina perdiendo. En cambio, el sistema hidropónico es un sistema cerrado donde el agua siempre va recirculando y se reutiliza”, especificó Palacio.
Asimismo, el joven afirmó que en este método no se utilizan agroquímicos, tales como insecticidas o plaguicidas. “Se sabe que una planta se enferma por los patógenos que tiene la tierra, pero en este sistema eso no ocurre porque el cultivo no tiene competencia”, explicó.
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Palacio confirmó que los alimentos producidos serán para consumo propio. “Buscamos dárselo al comedor de la escuela, eso es lo principal. Después repartiremos también entre los que conformamos el grupo de trabajo y regalaremos a los demás estudiantes del Instituto", señaló.
Sin dudas, la idea principal está en fomentar la participación de las juventudes en iniciativas medioambientales, replicando acciones positivas en el interior de la institución educativa. “Desde el primer momento nos involucramos. Primero hicimos recircular el agua, luego vimos cómo funcionaba, armamos la estructura y demás. Nos fuimos capacitando y enriqueciendo en el proceso”, declaró.
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Financiamiento municipal
Ambas iniciativas recibieron fondos del programa municipal Huella Joven, que financia múltiples ideas de jóvenes tandilenses de entre 15 y 24 años que propongan acciones sustentables e innovadoras en relación al cuidado medioambiental. Los jóvenes afirmaron que se sintieron sumamente orgullosos de haber sido elegidos con sus propuestas.
“La verdad que está muy bueno poder llevar a cabo el proyecto, porque muchos de nosotros no teníamos idea de los cultivos más allá de lo teórico. Entonces que nos brinden los recursos para hacerlo nos permite involucrarnos en lo que se viene, cuidando el ambiente”, declaró Lautaro. “Fue una una motivación enorme porque, si bien en los años anteriores veníamos aprendiendo, nosotros queríamos la práctica. A raíz del programa, con los profesores nos motivamos y sacamos nuestras propias conclusiones de que se puede producir de otra manera”, sumó Tomás.
Los responsables de los proyectos certificaron que, mediante la ayuda de Huella Joven, pudieron solventar múltiples gastos de producción y logística que conllevaron los dos proyectos. Con los fondos obtenidos se adquirieron materiales para la instalación de la hidroponía, como así también para la elaboración de biopreparados.
“Es la primera vez que nos anotamos en la convocatoria y, al haber sido seleccionados con dos proyectos, estamos muy entusiasmados para continuar con nuevas propuestas. Nuestra intención es fomentar el Instituto y el sector agropecuario, evidenciando que se puede producir sin dañar el planeta”, finalizaron desde el IAT.