EN TANDIL
Los centros culturales, en peligro por la suba de los alquileres
Con la derogación de la Ley de Alquileres, los aumentos llegaron hasta con un quinientos por ciento de actualización.
En el marco del Acuerdo del Bicentenario, sectores independientes de la cultura local, la Universidad y el municipio de Tandil llegaron a un acuerdo para impulsar la ordenanza número 16703/19, que regula el funcionamiento de los centros culturales tandilenses y elimina el gris que había anteriormente en esos espacios, que se habilitaban como comercios o como asociaciones civiles sin fines de lucro, siendo que no son ninguna de las dos cosas.
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El problema es que al momento de sancionar esta reglamentación, nadie contaba con la derogación de la Ley de Alquileres incluida en el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 del gobierno de Javier Milei, que impacta de lleno en todos los sectores de la sociedad.
Facundo Dipaola, representante de los trabajadores del arte y la cultura de Tandil, detalló a El Eco Multimedios que ante este panorama, están recibiendo aumentos de hasta el quinientos por ciento en las propiedades que alquilan. Por eso, “están en una alerta muy grande”.
“Los espacios culturales tienen un fin educativo y social, entonces ahí estás dejando un montón de pibes y gente adulta, y también a veces trabajamos con gente con discapacidades. Todo eso queda al desamparo de lo que suceda en el mercado. El mercado no regula, no tiene un interés educativo ni un interés de fomento de actividades culturales. Ya sea un libro o clases incluso de apoyo escolar”, advirtió Dipaola, que es actor, titiritero y docente.
El impacto de la economía en los trabajadores de la cultura
Dipaola habló de varios problemas económicos que atraviesan los trabajadores del sector, además del alquiler: primero, la pérdida de trabajo ante la crisis; segundo, la baja del salario; y tercero, el impacto del aumento de los insumos.
La salida laboral de este rubro es independiente, y en el marco de la situación actual "empezamos a perder el trabajo".
“Dependemos de la movilización de la economía y estamos perdiendo nuestra capacidad de acceso a cuestiones básicas como puede ser una obra social, el alquiler de una casa, pagar la luz, el gas. Cuestiones básicas que nosotros por lo menos acá en Argentina pensábamos tener saldadas”, dijo Dipaola.
Otro de los puntos es cuánto tienen que cobrar los profesores para dar los talleres. En esta línea, al artista planteó una realidad que atraviesa el sector históricamente: relegar parte de su sueldo en pos de que esa cuota esté un poco más barata.
Lo mismo pasa con los espacios culturales: “nosotros bajamos nuestros ingresos para que haya un acceso irrestricto a esos talleres o productos”, aseveró el titiritero.
Sumado a esto, los talleristas tienen que comprar los insumos para brindar esas clases o artesanías. Hoy esos precios “están desbordados, entonces el ajuste siempre lo termina haciendo el trabajador sobre su ganancia”.
También, el tarifazo
Otro de los problemas que enfrentarán próximamente son los tarifazos. “Un centro cultural, no puede funcionar sin luz. Entonces también tenemos una lucha desigual: si nosotros no podemos pagar, las empresas nos cortan la luz. Por eso es que necesitamos siempre una mediación”, dijo Dipaola.
Ante este punto, el artista advirtió que ese rol lo ejercía el Estado, pero “cuando el Estado se aleja esa mediación termina recayendo sobre un individuo o una cooperativa de trabajo, que no tiene ningún poder de negociación”.
La banca
Los ingresos de los centros culturales dependen de los talleres abiertos a la comunidad. Una parte de esa recaudación va para el trabajador y otra para el centro cultural, que a su vez es utilizado para las funciones de danza, teatro, o cualquier actividad que los artistas independientes realicen en los espacios culturales.
A su vez realizan festivales y ferias comunitarias. De hecho este jueves, y hasta el sábado 2 de marzo, se desarrollará en Tandil el segundo festival de teatro independiente denominado “Refresco Teatral”. En esta ocasión la programación incluirá espectáculos locales y de otras ciudades de la provincia, todos en el espacio Cultural “Nueve90”, ubicado en calle Hipólito Yrigoyen 990.
”A veces no se tiene dimensión de la complejidad que implica alquilar un lugar y ponerlo en condiciones. Muchos lugares cuando se alquilaron eran galpones a los cuales hubo que hacerles el piso, arreglar cuestiones de electricidad porque es necesario que hay diversidad espacios, con diversidad de voces y una ciudad como Tandil los necesita”, cerró el artista.
Algo más que un subsidio
Tras la asunción del nuevo gobierno, una de las batallas iniciadas fue contra el sector cultural.
Dipaola recogió el guante y explicó el círculo virtuoso que se inicia cuando se solicita un subsidio para hacer, por ejemplo, una obra de teatro. Explicó que lo que se hace es darle trabajo a escenógrafos, iluminadores, maquilladores; a su vez, se compran elementos en las ferreterías del barrio y la gente se moviliza para ver esa obra, consumiendo en el kiosco.
“El sector cultural genera una movilidad económica que ayuda a otros sectores de la economía. Estamos ante una situación inédita donde tenemos que llamar a reflexionar al presidente, pero sobre todo a los ciudadanos que muchas veces no logran entender el trabajo que hacemos en el sector cultural, donde trabajamos con gente con discapacidad, con niños que muchas veces no tienen acceso a ningún bien cultural”, dijo el actor.
Reunión con el municipio
Hace tres semanas los representantes del sector cultural estuvieron reunidos con el municipio para empezar a entablar una mesa de diálogo.
Según contó, la semana pasada se comunicaron con la directora de Cultura del municipio, Micaela Saccone, para coordinar ese avance para “pensar al sector con esta mediación estatal, que tanto necesitamos en este momento”, ratificó.
“La idea es pensar en los recursos de acuerdo a la emergencia que está viviendo el sector. Sabemos que hay un diálogo cerrado por parte del gobierno nacional con respecto a cualquier municipio, y es una es una situación inédita”, cerró.
SECUNDARIA
El centro cultural Atrapasueños, en un momento crucial para su continuidad
El centro cultural Atrapasueños funciona en Figueroa 2226, en el barrio Maggiori, desde hace catorce años. Puntualmente en este caso, el municipio se hace cargo del alquiler del inmueble pese a los altibajos que tuvieron que enfrentar los talleristas del lugar porque querían vender la propiedad, o la Comuna quiso dejar de pagar en alguna oportunidad.
Al final de enero de este año, la inmobiliaria les informó que el monto iba a subir de 42 mil a 260 mil pesos a partir de marzo, con aumentos cada tres meses de acuerdo al índice del IPS.
Son doce personas que trabajan de manera remunerada con un reconocimiento económico a través de un subsidio de provincia y los bonos contribución; pero también hay gente que participa de forma activa y no percibe nada.
En diálogo con El Eco Multimedios, Marita Vallasa, una de las referentes del centro, dijo que “es un aumento en relación al incremento de todo, pero en comparación a lo que veníamos pagando -que había quedado económico- la suba es mucha”.
Ante esto, el municipio les informó que “no podría pagar el total pero que iban a tratar de ayudarnos a encontrar otro espacio”.
Actualmente los referentes del espacio apuntan a construir algo propio. “Después de catorce años merecemos un espacio propio”, aseguró.
En la última reunión que tuvieron con el municipio manifestaron esto: tener un terreno donde empezar a construir y no depender de una propiedad alquilada. “En marzo o en abril nos vamos a mudar, todavía no sabemos a dónde. Y arrancaríamos los talleres que se cortaron en el verano”, sentenció.