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Palpitando la Feria del Libro: 3 preguntas a Esteban Godoy, que presenta "Nadie a quien esperar"
Diálogo con el autor tandilense presenta su primera novela el sábado 17 a las 19:30 en la Cámara Empresaria.
“Después de años de búsqueda a través de la escritura y el lenguaje, puedo decir que empiezo a entender quién soy”, dice Esteban Godoy. Nació en Tandil, pero cuando terminó la escuela secundaria se mudó a Capital Federal. El sábado 17 de agosto retorna a la ciudad para presentar -en la Feria del Libro-su primera novela, “Nadie a quien esperar”.
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Ya había dado sus primeros pasos como músico en Tandil y siguió haciéndolo en CABA, pero una forma de expresión diferente comenzó a interesarle cada vez más, la escritura. “Cada día que pasaba practicando guitarra, de reojo miraba la biblioteca, la computadora, y el deseo de sentarme y sacarme algo de adentro me corroía”, contó. El resto fue atender a ese deseo, y formarse con escritores de la talla de Pablo Ramos, Alejandra Laurencich, y Romina Paula, entre otros.
Luego de publicar cuentos y ser reconocido en concursos literarios, la editorial Factotum publicó “Nadie a quien esperar”. La primera novela del autor local tiene mucho que ver con Tandil, y con él mismo. Se trata de un relato de iniciación, de búsqueda de la identidad, en el que el personaje principal se lanza al encuentro de su padre, dejando atrás un pueblo y tratando de descubrir quién es.
Esteban Godoy presentará “Nadie a quien esperar” el sábado 17 de agosto a las 19:30, en la sala Eduardo Rodríguez del Pino de la Cámara Empresaria. Como parte de la sección Volverse texto, literatura como identidad, la librera Magdalena Cheresole y Nahuel Ríos dialogarán con el autor en una charla titulada “De las anotaciones autobiográficas a Nadie a quien esperar”.
-Venís a presentar una novela que tiene mucho que ver con Tandil. Mientras la pensaste y la escribiste, ¿cómo resonó la ciudad en vos? ¿qué imágenes y recuerdos fueron apareciendo y tomaste para la historia?
-Aunque la novela fue trabajada de principio a fin en Buenos Aires, Tandil estuvo presente todo el tiempo, porque fue ahí donde transcurrió mi infancia y adolescencia, esa primera parte de la vida que nos marca tanto.
En mi caso, lo que más cargaba de aquella época era el peso de la mirada ajena, esa que puede ser tan dolorosa en una ciudad donde todos se conocen, donde los que no encajan en los estereotipos de la época son señalados.
Por eso nunca podría haberla escrito en Tandil, necesitaba tomar distancia con aquel pasado que luego evocaría y ordenaría. Aunque cuando me fui a Buenos Aires, seducido por la posibilidad del anonimato que ofrece la gran ciudad, en lo único que pensaba era en dejar ese pasado atrás.
-Te dedicabas a la música y ahora sos escritor. ¿Cómo viviste ese proceso, ese paso?
-Fue difícil, porque yo me abocaba full time a la música y cuando se empezó a filtrar esa necesidad de escribir, de lo primero que me di cuenta fue de que si daba lugar a la escritura, existía una gran posibilidad de que fuera tomándolo todo.
Esa sensación me abrumó y mi primera reacción fue de resistencia. No podía “tirar” de un día para otro todos los años que había invertido estudiando guitarra, el pequeño camino que me iba abriendo en Buenos Aires, el que ya había abierto en Tandil. Pero cada día que pasaba practicando guitarra, de reojo miraba la biblioteca, la computadora, y el deseo de sentarme y sacarme algo de adentro me corroía.
Hasta que una mañana de 2010 me senté frente a la notebook, entré a darle a las teclas y cuando levanté la vista ya era de noche. Y me abordaba una sensación indescriptible, como de estar guardando un secreto que quizá, con mucho esfuerzo y dedicación, podría cambiar mi vida. Hice lo mismo la siguiente mañana, y la siguiente. Desde entonces no debo haber pasado un solo día sin escribir o acercarme a mis textos. En el peor de los casos, si las circunstancias no me dejaban tiempo para la escritura, tomaba notas en el teléfono o lo que tuviese a mano.
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- ¿Qué significa presentar este libro en Tandil y en particular en la Feria? Uno de los ejes de tu novela es la identidad, seguro tiene algo de especial volver a Tandil…
-Muy especial, porque luego de 17 años de casi no pisar mi ciudad de origen, que me convoquen a la Feria del Libro a título de escritor y por todo lo que mi novela y mis cuentos vienen consiguiendo en Buenos Aires, me trae una suerte de alivio.
Gran parte de aquellos fantasmas que me perseguían de chico empiezan a disiparse. Porque ahora sí, después de años de búsqueda a través de la escritura y el lenguaje, puedo decir que empiezo a entender quién soy.
Cortitas y al pie
- ¿Tu novela de iniciación favorita?
-El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.
- Cuál fue la primera imagen, el primer paso que diste escribiendo "Nadie a quien esperar".
-El primer paso fue proponerme contar mi vida. La primera imagen, el balcón de un departamento en Esmeralda y Lavalle donde empecé a escribir.
- ¿Ya estás trabajando en algo nuevo?
-Estoy terminando un libro de cuentos y trabajo en una segunda novela.