Palpitando la Feria del Libro: Imanol Subiela Salvo, y su relato del robo a la colección Mercedes Santamarina

El periodista cultural Imanol Subiela Salvo se propuso reconstruir la historia del robo de obras de arte más grande de la historia argentina, el ocurrido durante la última dictadura militar -1980- en la colección Mercedes Santamarina del Museo Nacional de Bellas Artes. 

“Golpe en el Museo” -un relato policial, una crónica periodística, un abordaje sobre la política cultural de la dictadura- tiene más de un punto de contacto con Tandil, no sólo por el linaje Santamarina en la ciudad, sino porque también la misma investigación comenzó en el Mumbat, frente al retrato de quien fuera una de las más destacadas coleccionistas y mecenas del país.

El autor presentará la novela -conversando con Javiera Pérez Salerno- el próximo domingo 18 a las 19:30, en la Sala Alejo Azcue de la Cámara Empresaria, en el marco de la 19na edición de la Feria del Libro.

-Golpe en el Museo relata el robo de la colección Mercedes Santamarina. ¿Pasaste por la sala que hay con su nombre en el Museo de Bellas Artes de Tandil? ¿Qué encontraste ahí que resuena en tu libro?

- La investigación empezó en Tandil. Cuando empecé a trabajar en el libro fui a la colección de Mercedes en esa ciudad y también a la que era su estancia. 

Trabajé mucho con el retrato de ella que está en el museo Municipal, me parecía que a partir de esa imagen se podía empezar a trazar un poco un perfil sobre ella. Además, es muy pregnante esa pintura y era imposible no hablar en el libro de ese retrato.

-Trabajas como periodista cultural pero este libro tiene tanto de periodismo como de relato policial. ¿Hubo un paso, un proceso, o hiciste que ambos mundos se encuentren?

-El procedimiento que yo usé fue trabajar con una estructura típica de la ficción (la del policial clásico) una investigación periodísticas. 

Es decir, usar esta estructura narrativa –en la cual primero contás el crimen y luego lo vas develando a medida que avanza la trama– para trabajar con una historia de no ficción. Creo que el punto en el que más convergen son en los tramos donde uso mucho material de archivo, originario de revistas culturales como Ramona, para contar algunas partes de la historia del robo.

-El robo sobre el que escribiste sucedió durante la última dictadura. ¿Qué tuvo que ver con ese contexto?

-Bueno, todo tuvo que ver con ese contexto, básicamente porque la dictadura fue quien mandó a robar las obras. 

El grupo de tareas que la dictadura envió, conocido como “la Banda de Gordon”, también robó otros museos, como el de arte decorativo de la ciudad de Rosario. En este sentido, creo que el libro y su historias permiten pensar cuáles fueron los usos culturales de la dictadura, es decir, de qué manera gestionaron el patrimonio público durante los años que los militares estuvieron en el poder.

Cortitas y al pie

-¿Cuál es tu libro o relato favorito sobre robos a museos?
-Mmm no tengo un libro favorito sobre robos porque no es que me interese particularmente por este tema (no tengo estudiados otros robos de arte, solo este). Sí puedo decir que mi libro favorito sobre arte es El nervio óptico, la primera novela de María Gainza.

-⁠¿Qué obra de arte plástico te robarías si se presentase la oportunidad?
-Creo que me robaría Pintura Madi A-3, una pintura de Kosice que está en el Museo Nacional de Bellas Artes. No es la más importante de la colección, ni ahí, pero yo la quiero mucho.

-⁠¿En qué estás ahora, algún proyecto nuevo?
-Estoy preparando una edición de Golpe en el Museo para que salga en España, a través de la editorial Paripé y, como siempre, llevando adelante la parte de artes visuales del suplemento Radar de Página/12.