Alfredo Rébori
“Tenemos que aprovechar el rejuvenecimiento del tejido empresarial que se da en Tandil”
Para el decano de Ciencias Económicas, la ciudad cuenta con una ventaja no tan visibilizada: una nueva generación de empresarios “innovadores, profesionalizados” que en el marco de un plan estratégico podría generar un gran progreso para toda la sociedad.
Cualquier esbozo de proyecto para Tandil del Bicentenario debe estar antecedido, según el doctor en Ciencias Económicas Alfredo Rébori, por dos premisas básicas:
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-Disponer de un diagnóstico compartido, para actuar a mediano y largo plazo.
-Enfocar las posibles acciones a desarrollar en función de un ecosistema emprendedor/innovador.
¿Qué es un “ecosistema emprendedor? “Es un conjunto de instituciones que juegan distintos roles dentro de la ciudad e influyen en el grado de fertilidad y dinamismo de los proyectos empresariales”, precisa.
“¿Queremos replicar experiencias exitosas de otros lados? Entonces hay que saber que un ecosistema emprendedor es contexto dependiente –remarca- “o sea, se puede soñar con un Sillicon Valley en Tandil, pero sepamos que es imposible copiarlo y que las ciudades que progresan –donde sea- antes que nada, arman un tejido de empresas innovadoras, capaces de diferenciar sus productos o servicios, en sintonía con las tendencias internacionales.
-O sea que, ante todo, en Tandil debiera empezar a armarse ese ecosistema.
-Sí. Ya existen algunas ventajas: se han alcanzado logros importantes y, sobre todo, se ha rejuvenecido y profesionalizado el tejido empresarial, eso se ve no sólo en las empresas sino también en los dirigentes de las instituciones intermedias que las aglutinan como, por ejemplo, en la Cámara Empresaria. De ahí en más el desafío es potenciar el nexo de los empresarios locales entre sí y, simultáneamente, potenciar el vínculo de ellos con empresarios de otros lugares, para armar un ecosistema de emprendimiento e innovación.
-A la hora de abordar cualquier proyecto siempre se habla de la Universidad. ¿Da resultados?
-Sí, pero la Universidad de por sí tiene su rol, muy importante en el ecosistema aportando capacidades científico-tecnológicas y profesionales que generan valor agregado. Sin embargo, las demandas complejas requieren enfocar su potencial con criterio estratégico y en un marco interdisciplinario con los demás actores. No es la única protagonista, ni debe serlo. Hay que articular con los restantes actores del ecosistema.
Puertas adentro se debería acentuar el diseño -o rediseño- de las carreras atendiendo a las demandas locales. Eso no significa que deban configurarse tan sólo por ese criterio, sino también receptando tendencias.
-Demos por sentado estrategia y articulación ¿Qué se puede hacer en materia de turismo?
-El sector turismo ha tenido un gran dinamismo en generación y crecimiento empresarial. No obstante, más allá del boom y la creación de empleo que ha tenido me parece que estamos en un ciclo –se ve en la evolución de las plazas- que marca un posible amesetamiento a futuro. El repunte debería venir por el lado lograr mayores capacidades y de la tecnología –es la pieza fundamental- con el manejo de información en las redes y el acceso a las necesidades de los consumidores y el mejoramiento del servicio. Desde áreas tecnológicas o de innovación, los actores del ecosistema deberían trabajar para que los empresarios del sector se vinculen mejor con la demanda, detectar problemas y construir nuevas oportunidades.
-En educación pública son notorias las falencias de la escuela secundaria. ¿Qué propone?
-Por lo pronto, me parece que es otro desafío estratégico que tenemos desde la Universidad; es el de gestionar una mejor vinculación con la escuela secundaria, porque el salto de ahí a la Universidad es larguísimo. Eso requiere una acción conjunta los docentes universitarios y los docentes de los últimos años de la secundaria, para que estos puedan, dentro del marco normativo, reforzar contenidos y metodologías que luego son muy pero muy necesarios.
“LAS BATALLAS NO SE GANAN O PIERDEN DE ANTEMANO”
-Más allá de la crisis actual, el comercio local es quien más sufre los cambios tecnológicos vía Internet. ¿Cómo puede hacer para sobrevivir?
-Sin ser especialista, creo que nadie conoce mejor el rubro que aquel que está al frente de su negocio, por eso entiendo que hay que procurar diferenciarse y hacerse atractivo ante los consumidores a partir de la proximidad con el cliente; obviamente usando tecnología y con capacitación.
-Las ventas on line arrasan y eso no pareciera que se vaya a revertir.
-Hoy es creciente el uso de internet como canal distribución, pero las batallas nunca están ganadas o perdidas de antemano. Años atrás vimos la oleada de grandes supermercados que se instalaban en Tandil y prometían arrasar con todo. Algo de eso sucedió, pero no al punto que se pensaba. ¿Cómo hizo el comercio pequeño para sobrevivir? Aprovechando la proximidad. El desafío ahora tal vez sea más exigente, pero hay que agudizar el olfato para ver cómo mantener a los clientes con la ventaja de estar cerca y de saber mejor cuáles son sus necesidades.
-Hay otras temáticas que hoy parecen utópicas pero serán necesarias, como las obras públicas.
-Tandil, con el crecimiento constante que tiene, necesita mejorar su infraestructura permanentemente. Hay mecanismos–por ejemplo, los fideicomisos- que permiten financiamiento para obras públicas, pienso que a mediano plazo se puede avanzar por ese lado, para obras como asfalto, por ejemplo. La Universidad ha participado en algunas sugerencias en ese sentido.
-En materia de estacionamiento la mayoría se inclina por hacer del centro un espacio casi peatonal.
-Sí, comparto ese criterio. Incluso me parece que los colectivos no debieran pasar más por el centro. No creo tener la solución, sólo lo digo como sugerencia: he visto en pequeñas ciudades el éxito de estacionamientos subterráneos. No sé si es viable acá, pero supongo que podría descongestionar.
-¿Y para proteger el medio ambiente, qué debiera hacerse?
-No quisiera insistir con frases hechas tales como “todo pasa por la educación” -lo cual es muy cierto- pero también digo que no comparto posiciones radicalizadas: toda actividad productiva tiene un impacto, por eso hay que ver cómo se morigera, aprovecha y recicla ese impacto. Eso requiere diseños específicos en la política pública.
-Y un “trabajo interdisciplinario”.
-¡Es que es así! En esto de los residuos una cuestión necesaria, urgente, es separarlos en el domicilio, algo que requiere cierto esfuerzo. Pero aún si se logra con éxito ese esquema primario, luego hay que ver qué hacer con lo que se separó; tener lugares para reciclar, asumir nuevas etapas, ¿no?, tratarlos, ubicarlos en un espacio adecuado, ¿y estamos en condiciones de avanzar desde el punto de vista social, cultural y del costo que tienen que asumir las fuerzas políticas? Por eso sostengo que nunca alcanza con que la Universidad haga un estudio. Es reiterativo, pero no hay otra que abordar en forma interdisciplinaria con todos los sectores.
Para hablar de futuro no queda otra alternativa.
Alentando al capital (sin capital)
Si se analizan las tendencias económicas y empresariales a nivel global “nos encontramos”, anticipa el doctor Rébori, “que se está desarrollando un capitalismo sin capital”.
¿A qué se refiere? Al auge de la economía intangible o, en otros términos, de empresas que a través de la informática y el software gestionan recursos productivos, les dan una diferenciación y luego los venden en todo el planeta.
En términos prácticos, lo que el Decano de Económicas de la UNICEN postula como alternativas para iniciar desde Tandil es el ejemplo de una empresa australiana (no precisamente de grandes dimensiones) que estudió varios entrenamientos y disciplinas físicas -Body Pump, Body Attack, Body Combat- elaboró un desarrollo específico para la aplicación de cada una de ellas, luego adquirió los derechos de las piezas musicales que acompañan el dictado de los ejercicios y desembocó en un paquete de instrucción y capacitación que pueden utilizar profesores de cualquier país del mundo .
Por supuesto, protegió su producto a través de marcas y una vez transitados aquellos capítulos licenció el paquete para lograr ingresos.
“Este tipo de emprendimientos tiene una escalabilidad impresionante”, sostiene Rébori, “y no estoy hablando de otros capitales intangibles como Uber, sino de pequeñas iniciativas que requieren únicamente de know –how (conocimiento práctico) y poco capital. Y Tandil tiene una plataforma en términos de capacidades para hacer cosas así porque dispone de sectores muy desarrollados como el tecnológico y el agroindustrial, y además se ha rejuvenecido y profesionalizado su tejido empresarial.