“Trabajamos con la escucha, tratando de entender lo que la mujer va a contar”
La profesional Vanesa Drimoni trabaja hace diez meses en la Casa de Abrigo. Es abogada, trabajadora social y mediadora prejudicial. Vuelca todos sus conocimientos en el abordaje de la temática para acordar un correcto asesoramiento a la víctima.

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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPor Andrés Amores (*)
La abogada y licenciada Vanesa Drimoni relató cómo ayudan los profesionales de la Casa de Abrigo Martha Pelloni a las víctimas de violencia y a la comunidad LGBT.
-¿Cómo se conforma el equipo de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual?
-Contamos con un equipo interdisciplinario compuesto por dos psicólogas, una abogada, dos trabajadoras sociales y administrativos que también cumplen una importante función en la dirección. Nuestra directora trabaja a la par de nosotros. Después tenemos equipo técnico auxiliar, con la coordinadora de la Casa de Abrigo Martha Pelloni, técnicos de Protección Ciudadana que vienen varias veces a la semana a colocar botones antipánico, también contamos con una profesional auxiliar trabajadora social, que viene dos o tres veces por semana a trabajar a la dirección.
-¿Cuál es la población que asiste?
-A la dirección pueden asistir mujeres víctimas de violencia, mujeres que vienen de manera voluntaria por asesoramiento pero, en su mayoría, son derivadas por la Comisaría de la Mujer, por juzgados o por alguna otra organización no gubernamental de la ciudad, que trabajan las temáticas y derivan para ser asistidas por esta dirección para el abordaje de la problemática. Por otro lado, trabajamos con el colectivo LGBT. Contamos con dos personas: una estudiante de trabajo social y un licenciado en relaciones internacionales. Ellos trabajan muy bien con este colectivo, han logrado tener su lugar en esta institución que los acoge y los recibe, trabajan con ellos y su problemática de inclusión en la búsqueda de empleo, en los cuidados de salud; se hace un abordaje integral de este colectivo.
-¿Con qué recursos cuenta la Dirección de Políticas de Género?
-Recursos humanos muy valiosos. Los profesionales con los que contamos para el abordaje de esta problemática son la doctora Victoria Pereyra, la licenciada Ana Alonso, la licenciada Josefina Ritman, la licenciada Gabriela Bali, acompañantes terapéuticos, la licenciada Karina Damián. Tenemos estudiantes también.
-¿Y en lo material?
-También contamos con recursos con los que podemos asistir a la mujer, si es necesario hacerle una mejoría a su vivienda (ese programa se llama Promer); si se requiere cambiar una cerradura porque el agresor la rompió, se hace; si es una puerta, también; si debemos reponer los vidrios, lo hacemos. Para eso manejamos principalmente un programa que se llama Asistan, donde la mujer puede llegar a recuperar lo que perdió en los hechos de violencia.
Tenemos el programa Acceder, que garantiza el patrocino jurídico de un abogado penalista que elija la mujer, para hacer el seguimiento de las causas penales que se abren por hechos de violencia, también contamos con apoyos económicos de carácter personal o concepto de alquiler; y refuerzos de mercadería. Nosotros trabajamos en redes con los centros comunitarios de los barrios, siempre estamos en contacto con los trabajadores sociales para que el recurso llegue, sea un refuerzo alimentario, la tarjeta única de acompañamiento social, si necesita ropa le damos ropa, lo que requiera el caso en particular.
Asistencia puntual
-¿Cómo se realiza el abordaje de una situación de violencia de género?
-Desde que una mujer ingresa a esta dirección trabajamos con la escucha, tratando de entender lo que va a contar, procedemos a hacer la admisión del caso, y desde el minuto uno, ya vamos anticipándole esa clase de encuentros semanales, para ir desandando todas las cuestiones que tienen que ver con la problemática que estamos trabajando, desde visualizar la realidad que tiene en su casa, no naturalizar la violencia, denunciar. En mi caso, que soy trabajadora social, hago los domicilios. Vemos qué le hace falta a la mujer para ser empoderada, para independizarse, para decidir autónomamente. Ahí se le ponen a disposición un montón de recursos para comenzar ese camino que es largo.
-¿Hay mucho que hacer?
-Desde que llega hasta que egresa, la mujer pasa por varias etapas, hacemos un seguimiento periódico con psicólogas, trabajadora social y abogada. En ese marco, vamos viendo qué es lo que necesita cada mujer, sea asesoramiento legal, una cuestión material, vivienda para poder irse y dejar atrás la situación de violencia. Se ve cada caso particular. Cuando la mujer corre riesgo de vida, la acompañamos a hacer la denuncia; si no se anima o no sabe, vamos con ella a la Comisaría de la Mujer, hacemos la denuncia correspondiente y, si el equipo evalúa y es la voluntad de la mujer ingresar a la Casa de Abrigo Martha Pelloni, se produce el ingreso de la mamá con sus hijos por tiempo indeterminado. Si bien es un hogar de paso, no hay tiempo fijo para que tenga que estar ahí; va a estar hasta que resolvamos dónde puede ser alojada definitivamente.
-Una vez que la mujer ingresa a la Casa de Abrigo, ¿cómo continúa?
-Lo hace con sus hijos, si los tiene. Una vez alojada en la casa, es la vida cotidiana de todos los días de una mamá con sus hijos. La mamá sigue siendo responsable del cuidado de sus hijos, es un hogar, una casa donde se hace todo lo que hacés en tu casa propia. Dentro de ella contamos con un equipo profesional compuesto por una psicóloga y una asistente terapéutica que trabajan con la victima de forma más personalizada. Mientras trascurren los días ahí adentro, el resto del equipo va a estar resolviendo cuestiones afuera, para que se produzca un egreso de esa mujer con las cosas resueltas: dónde va a alojarse, que tenga las medidas protectorias que necesite para poder salir a la calle tranquila, el botón antipánico, la restricción de acercamiento, una custodia, si es necesario.
-Una vez que la mujer egresa de la casa, ¿cómo prosigue?
-El seguimiento se hace desde la dirección con entrevistas personales que tenemos al principio del abordaje interdisciplinario. Tratamos de coordinar un solo turno, que la mujer no tenga que venir varias veces en el mes. Procuramos estar todas las profesionales para atenderla, el seguimiento es muy personalizado y consiste en charlar cómo va, en qué avanzó, en qué no, qué se pudo hacer, qué no, qué se presentó, cómo van las audiencias. Siempre estamos gestionando en red con las instituciones, en contacto con los centros comunitarios, juzgados de Familia, con fiscalía, de ser necesario con las mesas de violencia, las organizaciones como Casa Violeta, todos los que sean red de apoyo de una mujer. El seguimiento se hace a lo largo de un año, año y medio, lo que la mujer necesite. Vamos a considerar que la mujer está en condiciones de ser egresada del dispositivo de abordaje dentro de la dirección cuando se encuentre empoderada, fortalecida, tenga un proyecto de vida, laboral, de familia, cuando tenga resueltas un par de cosas que nos den la pauta para decir ‘puede continuar sola’. Cuando nosotros la egresamos, hacemos la derivación al centro comunitario correspondiente a su domicilio, todas las cuestiones asistenciales se referencian al trabajador social del barrio.
-¿Qué medidas protectorias puede pedir una mujer cuando denuncia?
-Son varias, todas importantes. Es central que la mujer salga con la denuncia y haya solicitado restricción de acercamiento. Puede pedir el botón antipánico, custodia personal dinámica, alimentos provisorios, restitución de pertenencias, cuidado personal.
(*) Esta nota forma parte de la serie de doce reportajes realizados bajo la tutela de la profesora Carolina Cordi por diferentes alumnos de Práctica Profesional 1 de la carrera de Comunicación Social para el desarrollo del ISFD y T 10 de Tandil, cada uno de los cuales eligió a un entrevistado.