Una multitud se movilizó en el Día de la Mujer contra la violencia de género y reivindicó sus derechos
“Frente al ajuste y la represión feminismo para la revolución”, fue el lema en esta oportunidad de la manifestación que año a año convoca a cientos de mujeres e integrantes del colectivo de disidencias. En la ciudad, exigieron que se apruebe el proyecto de declaración de emergencia pública en materia de violencia de género que “lleva más de tres años en un cajón sin poder tratarse en el Concejo” y pidieron que haya un profesional no objetor de conciencia en el Hospital.
“Cuando sea grande quiero ser libre”, decía uno de los carteles que podían visualizarse en la masiva movilización feminista del 8 M en Tandil. La pancarta era sostenida por una niña muy pequeña, de no más de 4 o 5 años, que iba a caballito de su mamá, y reflejaba claramente un deseo, una ilusión de que su futuro sea diferente al de muchas mujeres que hoy no tienen los mismos derechos, ni oportunidades, ni salarios que el hombre. Una esperanza de una sociedad más justa e igualitaria.
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Durante todo el día hubo actividades en distintos puntos de la ciudad con motivo del Día de la Mujer, bautizado como 8 M, simbolizando el día en el que se trata de visibilizar la lucha feminista.
Una multitud se congregó en la Plaza Independencia, y minutos después de las 18 se encolumnó detrás de la leyenda “Nosotras paramos”.
Se escuchó muy fuerte el canto que refleja la lucha que llevan adelante: “América Latina va a ser toda feminista” y unas dos mil mujeres salieron de Pinto, entre Yrigoyen y Chacabuco hacia Rodríguez. También se podía distinguir encabezando la manifestación la bandera multicolor, símbolo del movimiento gay, lésbico, bisexual y transexual.
Participaron integrantes de agrupaciones feministas, políticas, trabajadoras, sindicales, del colectivo de disidencias, el colectivo trans y algunas concejales como Matilde Vide, María Eugenia Poumé y Silvia Nosei.
“No estamos todas, faltan las asesinadas”, “Si nosotras somos las nazis, por qué somos las que morimos”, podía leerse en algunas de las pancartas que sostenía la multitud de mujeres que tiñeron las calles de verde y violeta.
“Yo no quiero sobrevivir, quiero ser libre”, “Se lo debemos a las pibas que nunca volvieron”, “no les vamos a dar el gusto de bajar la cabeza”, exponían más leyendas.
Mujeres de diversas edades, muchas adolescentes, niñas e integrantes del colectivo trans y de las disidencias hicieron oír su voz por las calles céntricas.
“Bomba al patriarcado”, “no existe libertad cuando existen femicidios”, “respeta mi existencia o espera mi resistencia”, “somos el grito de los que ya no tiene voz”, “Existo porque resisto”, expresaron otras consignas.
Se reiteró el pedido por el aborto legal en el Hospital. “A la iglesia católica apostólica romana que se quiere meter en nuestra cama, le decimos que se nos da la gana ser put…., travestis y lesbianas”, cantaron y agregaron “si no hay aborto legal, qué quilombo que se va a armar”.
“Si una mujer entra en política cambia la mujer, si muchas mujeres entran, cambia la política”, “Tu miedo a mi libertad se llama machismo”, que me quieran callar me hace más fuerte”, manifestaban más mensajes en los carteles que sostenían.
Intervención
Un grupo de jóvenes del grupo Mujeres Teatristas de la Ciudad realizó una intervención que acompañó toda la marcha hasta finalizar en la puerta de la Parroquia del Santísimo Sacramento. Vestidas de violeta y con sus torsos desnudos pintados del mismo color hicieron una representación ideada por Pilar Jaureguiberry y basada en el poema de Elvira Sastre “Somos Mujeres”.
La intervención, llamada “Almas violetas. Espíritus en lucha” refirió a un grupo de mujeres, hermanadas, que se expresan y que cada una tiene su luz, la cual muchas veces está apagada pero que cuando se unen juntan fuerzas y constituyen un grupo de luces.
En la puerta de la Parroquia representaron un ritual en el que se convocó de manera simbólica a todas aquellas mujeres que a lo largo de la historia fueron víctimas del poder de la iglesia y oprimidas por el sistema patriarcal, una reivindicación a sus luchas.
Cambiar las reglas del juego
Una vez que la multitud llegó a la explanada municipal Gisela Giamberardino, referente de la agrupación feminista Mala Junta expresó que “estamos participando de la tercera huelga nacional feminista, y este aplauso se alarga y llega también de otras mujeres gritando, de varones de construyéndose, de disidencias sexuales, sintiéndose reconocidas en más de 60 lugares del mundo para decir basta de opresión”.
“Este año tres intelectuales feministas escribieron un documento llamado Feminismos para el 99 por ciento, que es totalmente incluyente. Empieza con una dedicatoria que dice gracias a las mujeres polacas y argentinas por abrirnos el camino. Esta es nuestra responsabilidad compañeras”, enfatizó.
En tanto, manifestó “el feminismo que venimos a buscar no quiere ocupar los mismos lugares que los varones, sino que es un feminismo que viene a cambiarlo todo, queremos cambiar las reglas de juego. Ese es nuestro gran desafío”.
Y agregó que “vivimos peor que nuestros compañeros varones, no nos permiten pensar que la heterosexualidad no es un destino, sabemos muy bien que la maternidad no es obligatoria. Nos une el deseo de un mundo más libre, con mucho menos prejuicios”.
“El feminismo que proponemos es una invitación a todos los que quieran sumarse a visibilizar las injusticias que están organizadas en este régimen sexo genérico y a desandar caminos que nos llevan a acciones e imaginarios sexistas. Queremos ser libres, tener cuerpos autónomos, gozar de nuestras vidas, tener un trabajo. El feminismo que vinimos a proponer es trasnacional y clasista”, recalcó.
Asimismo, le exigió al Estado que se responsabilice, que implemente políticas públicas que tengan perspectiva de género.
“Hoy en Tandil nos juntamos y decimos Frente al ajuste y la represión feminismo para la revolución”, finalizó.
Exigen que se declare la emergencia pública en violencia de género
En el comunicado efectuado para esta fecha expusieron que “nos reconocemos herederas de la histórica lucha de las mujeres y la disidencia sexual contra todas las opresiones del sistema patriarcal, por eso es que hoy, recuperando y resignificando la herramienta más contundente de la clase trabajadora, nos declaramos en huelga”.
“Para este 8M nos estamos movilizando millones de mujeres en todo el mundo para visibilizar la trascendencia del trabajo que hacemos dentro y fuera de las casas; para exigir la igualdad de derechos en todos nuestros ámbitos de acción y la autonomía total sobre nuestros cuerpos, y asimismo para repudiar todos los tipos de violencia patriarcal de los que somos víctimas”, remarcaron.
Y expusieron que este 8M “abandonamos el trabajo, salimos a la calle, ocupamos el espacio público. Paramos a pesar de los riesgos que asumimos al hacerlo, a las presiones, a los descuentos en nuestros salarios y a la posibilidad de desempleo en este contexto de inseguridad laboral”.
“Paramos porque venimos a decirle basta a las violencias femicidas y travesticidas y a las violencias económicas y estatales que las sustentan. Paramos para denunciar la vigencia de las múltiples violencias y opresiones a las que estamos expuestas las mujeres y las identidades sexuales disidentes. Paramos agotadas de nuestras dobles y triples jornadas laborales. Paramos en los espacios de trabajo Reproductivo, en nuestras casas, donde nos ocupamos de las tareas de cuidados, limpieza, gestiones, y múltiples actividades que nos tienen con responsabilidades las 24 horas los 365 días del año y que no nos son reconocidas ni remuneradas”, enfatizaron.
Así como también en los ámbitos de trabajo productivo, en los que muchas veces, “estamos en situación de precariedad laboral, con bajos salarios. En lugares donde no ocupamos puestos de decisión y para desarrollar nuestras vidas laborales nos enfrentamos a obstáculos por nuestro género, que nos impiden movernos según nuestras expectativas y aptitudes”.
El reclamo en Tandil
En el comunicado expusieron que en Tandil puntualmente paran para exigir al Ejecutivo que tome la decisión política de jerarquizar la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual transformándola en Secretaría, “asignándole un presupuesto acorde a la inflación generada por Cambiemos”.
También exigieron el fortalecimiento de los equipos técnicos de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual y de la Casa de Abrigo Marta Pelloni.
Asimismo, pidieron al Municipio un reconocimiento económico para las promotoras de género y toda la militancia que acompaña y contiene en los diferentes territorios a mujeres y disidencias en situaciones de violencias, como respuesta a la ausencia del estado en los sectores más vulnerables.
“Paramos para que el Estado asuma la responsabilidad de garantizar el acceso a tierra y vivienda, a través de planes orientados a las mujeres y las disidencias, remarcando que en nuestra ciudad han sido las organizaciones sociales las únicas que han asumido esta tarea”, sostuvieron.
Y solicitaron que el Ejecutivo trate el proyecto de declaración de emergencia pública en Materia de Violencias de Género que “lleva más de tres años en un cajón sin poder tratarse en el Concejo Deliberante. El mismo prevé un abordaje integral de la violencia machista, garantizando una política de vivienda, trabajo y de subsidios, entre otras cuestiones de relevancia, para garantizar nuestra autonomía económica”.
“Paramos porque aún no contamos con un/a profesional no-objetor de conciencia en el servicio de toco-ginecología del Hospital Municipal Ramón Santamarina y porque en estos contextos de crisis cada vez más personas acuden al Sistema Integrado de Salud, y esto conlleva a la dificultad de acceder a un turno sin demora y las salitas en los barrios están colapsadas de demanda, dificultando el trabajo en salud sexual reproductiva y no reproductiva, principalmente en prevención”, enfatizaron.
Además, remarcaron dificultades para acceder a algunos métodos anticonceptivos.
“Desde el año 2010 no contamos con estadísticas oficiales sobre trabajo, pero sabemos que el desempleo, los despidos, la precarización y también la exclusión, comprende más a mujeres que a varones. Como respuesta a la ausencia de datos oficiales, se realizó en Tandil en el 2018 una consulta popular que mostró que el 69 por ciento de las mujeres encuestadas son el principal sostén económico del hogar y sólo el 11 por ciento de ellas tiene trabajo formal. El 60 por ciento de estas mujeres están a cargo de la manutención de sus hijos e hijas, sin el aporte de la cuota alimentaria de sus padres”, indicaron.
Y advirtieron la alta vulnerabilidad a la que están expuestas las mujeres de los sectores populares “frente a este contexto de recorte de presupuesto, de aumento de las tarifas, del aumento del servicio público de transporte y la negación del Estado municipal frente a esta realidad”.
Señalaron asimismo la falta de jardines maternales y exigieron que se cumpla el cupo laboral trans y su implementación real en el ámbito público y privado.
Y pidieron la creación de una comisión especial en el Concejo “con la garantía de que los proyectos que nos incumben lleguen algún día al recinto”.