Volvieron los mosquitos, pero aclararon que no es dengue y advirtieron sobre la resistencia a los venenos
Se trata de un fenómeno natural y típico de escenarios donde la lluvia es sucedida por calor. Tranquilizaron que estos ejemplares “nada tienen que ver” con el vector del dengue y aunque cada vez hay más población del Aedes Aegypti, Tandil no es una zona endémica. Advirtieron que el uso de insecticidas es “contraproducente y caro”. Por el momento, las vacunas no son un milagro, ni necesarias, para un país como Argentina.

En estos momentos del año se elevan las temperaturas, llueve y con ello aparecen los mosquitos, así que Darío Vezzani, investigador del Conicet y doctor en Ciencias Biológicas, habló de la naturalidad del fenómeno que se está percibiendo en parques, plazas y jardines, pero aclaró que son especies que nada tienen que ver con el vector del dengue.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl experto, en conversación con el programa Cosas que Pasan que se emite por Tandil FM (104.1), explicó que son insectos que se crían en charcos de agua y como llovió e hizo calor, se generaron las condiciones ideales para su proliferación.
Desde el punto de vista sanitario, aseguró que no hay ningún riesgo, ya que se trata del Aedes Albifasciatus y enfatizó que no tiene “nada que ver” con el Aedes Aegypti, por lo tanto no está transmitiendo ninguna enfermedad.
“Entiendo que es una situación molesta para los vecinos, pero así será durante algunos días si estamos en espacios verdes”, dijo y advirtió sobre el mal uso de los insecticidas de manera masiva, con consecuencias para las personas y el medioambiente.
Asimismo, el investigador compartió una reflexión sobre las vacunas que están en estudio, enfatizando que hasta el momento no hay ninguna totalmente efectiva y que, en el caso de Argentina, no es una solución, porque no es un país endémico.
Qué pasa con el dengue
El especialista destacó dos cuestiones importantes a tener en cuenta. Por un lado, que independientemente del momento del año en el que se esté, cuando esa percepción que tienen los vecinos de mosquitos en los grandes espacios públicos es generalizada, nunca se trata del que transmite el dengue.
Por el contrario, este ejemplar aparece principalmente en los domicilios, ya sean en los jardines o adentro de las casas. “Son especies totalmente distintas”, afirmó.
Vale recordar que el investigador fue quien descubrió la existencia de este vector en Tandil y lo fue monitoreando en este tiempo, por lo que estrictamente en lo local signó que hay una población establecida del mosquito.
Confirmó que en todo este tiempo se ha ampliado a más zonas y que en el invierno se produce un “banco de huevos” en cada reservorio de agua que no se desagota asiduamente, donde sobrevive un número suficiente para que al siguiente año empiecen a eclosionar, las larvas se conviertan en adultos que se volverán a reproducir, y así sucesivamente.
“El Aedes Aegypti recién está comenzando su temporada y vamos a tenerlo en abundancia en la ciudad para febrero o marzo”, dijo e indicó que esta especie en particular se ha corrido más al sur y al oeste, ya entrando a la puerta de la Patagonia.
De hecho, como ya lo ha revelado en otras ocasiones, hace tres años este mosquito no estaba en Tandil y desde la primera vez que se lo detectó, cada vez advierten mayor abundancia.
Este corrimiento zonal se debe en alguna medida al cambio climático porque las temperaturas mínimas se van modificando, de acuerdo a la explicación de Vezzani; pero también señaló que puede suceder que este insecto se vaya adaptando al frío.
La resistencia a los venenos
Aparte de esto, lo que señaló como importante es que, cuando se habla de la resistencia, el mosquito también se hace resistente a los venenos. Entonces, cuando se realizan esas típicas fumigaciones de rutina, algunos sobreviven a ello y su descendencia ya es más fuerte ante ese producto químico.
“Eso es tremendo y pasa desde siempre”, advirtió, recordando que en la década del 60 se controlaba en todo el continente tanto las especies transmisoras de la malaria como del dengue con el insecticida DDT, estos se volvieron resistentes. Así, llegó un punto en que ese veneno deja de funcionar.
Contó que actualmente, lo que se usa de rutina para controlar Aedes Aegypty es piretroide, un compuesto que dijo que “no es tan malo como el DDT hace 50 años, pero también es muy malo”.
“Es tóxico para los vertebrados, malísimo para los insectos en general, pero la gente tiene la fantasía de que hay que controlar al mosquito del dengue con un veneno que sólo mate eso y no es así”, aseveró.
Explicó que, justamente por eso, los organismos internacionales y nacionales recomiendan usar exclusivamente estos productos en una situación de epidemia.
“Eso es si en el caso de Tandil hubiera transmisión del dengue, o sea Aedes Aegypti picando a personas enfermas y pasando el virus por sangre a otras sanas”, detalló sobre la transmisión que avalaría el sentido de fumigar “con personal capacitado y máquinas especiales para eso”.
De esa manera se controlan los focos, aplicando en la manzana donde están los enfermos y en las de alrededor. “Tirar veneno porque hay un mosquito que me molesta en el Dique no tiene nada que ver con controlar el dengue”, insistió y diferenció a estos de los repelentes que se compran en los supermercados para prevenir ser picados.
Asimismo, resaltó que “como siempre” hay perjuicios para el humano si está mal aplicado y hay un gran daño para el medioambiente en el uso masivo, porque cuando se fumiga una ciudad “está matando todo tipo de insectos, entre ellos las abejas que son las que polinizan las huertas, e incluso muchos predadores de los mosquitos”.
“Si no se trata de una situación epidemiológica, fumigar es contraproducente y caro”, determinó el experto.
Estudios sobre la vacuna del dengue
Se ha conocido que científicos avanzan en tres vacunas contra el dengue, que se encuentran en distintos niveles en los estudios.
De hecho, en estos días circuló fuertemente la noticia de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) recibió un pedido de un laboratorio japonés para aprobar su ejemplar en el país. Esa vacuna terminó su fase III de prueba en más de 20 mil jóvenes de entre 4 y 16 años de Brasil, Colombia, Panamá, República Dominicana, Nicaragua, Filipinas, Tailandia y Sri Lanka.
En sus resultados se destaca que la inmunidad alcanza los tres años desde su inoculación, y un porcentaje de 84 por ciento de efectividad en los casos que se hospitalizan.
Según recordó Darío Vezzani, hasta el momento sólo una está aprobada y se trata de una tetravalente que hace algunos años está en el mercado, aunque distinguió que “tiene algunos problemas” y de hecho en nuestro país no se aplica.
En profundidad, señaló que salió al mercado recomendada para países endémicos que tienen todo el años trasmisión de la enfermedad, para población de entre 9 y 45 años. Así algunos (como Brasil o Filipinas) comenzaron a comprarla, pero los primeros estudios develaron que si las personas no habían tenido dengue previamente, esta aplicación aumentaba la probabilidad de internación y muerte, entonces la retiraron.
“Las vacunas no son mágicas, en muchos casos sirven y en otros están en etapa experimental, pero puntualmente la del dengue lleva muchos años de estudio y no logran una efectiva porque realmente es muy complicado”, analizó y dejó en claro que para los argentinos por lo pronto no es una solución, porque no es un país endémico.