El ídolo en desgracia
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/11/gatica.jpg)
Con esos ojos claros de gringo, que contrastaban en un cuerpo resistente y barroso, miró a la autoridad de uniforme con inocencia. O tal vez con desafío: "señor, yo no hago política... Yo soy peronista". (La frase fue utilizada años más tarde por Osvaldo Soriano en "No habrá más penas ni olvidos").
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailCorría el año 1956 y José María Gatica, el Tigre -para unos-, el Mono -para otros-, ya venía cuesta abajo en su carrera. Sin embargo, había vuelto fugazmente al triunfo sobre el ring. Cuando terminó el combate, le dedicó la pelea al General, que para ese entonces estaba en Panamá, mitigando su exilio en algún night club, donde iba a conocer a quien habría de ungir como su tercera esposa y futura presidenta de los argentinos.
El Mono no sabía tanto. Tampoco sabía que la Revolución Libertadora había prohibido cualquier tipo de mención al tirano traidor, a quien ni siquiera se lo podía nombrar por su nombre. Ni que el Decreto Ley 4161 censuraba toda referencia a la "cultura peronista".
