El muerto que escapa
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“Hay un fusilado que vive” fue la frase que escuchó Rodolfo Walsh una noche en un bar y fue el germen de lo que sería tal vez su obra máxima “Operación Masacre”. El “fusilado” era Juan Carlos Livraga, quien milagrosamente logró sobrevivir a las ejecuciones en un baldío de José León Suárez dispuestas por la denominada Revolución Libertadora, en 1956.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailMás atrás en el tiempo, algún cronista de la época pudo haber escuchado algo así como “hay un muerto que huyó”.
Esa frase, por supuesto, nunca fue pronunciada. Y por lo tanto no originó ninguna investigación ni libro. O mejor dicho, libros sí los hubo: los manuales escolares que todos hemos leído en algún momento del primario y el secundario cuando estudiábamos las batallas que ocurrieron luego de la independencia de la Patria. La casi eterna disputa –y el adjetivo puede sonar exagerado pero tal vez no lo sea- entre unitarios y federales.
