HOY, VIERNES
Revanchas

Lo veo de lejos y me da más calor. Sucedió una de estas últimas tardecitas, en las que contrariando uno de los axiomas tandilenses (a la noche refresca) no corría una gota de aire y el poco que había, estaba como condensado. ¡Y el tipo venía de traje!
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailA una cuadra de distancia, se lo notaba elegante. Tal vez un poco anticuado; demasiado ancha la solapa del saco, el nudo de la corbata muy ostentoso. Pero a medida que se acercaba, la elegancia iba dando paso a cierta desprolijidad. O, mejor dicho, decadencia. Los zapatos polvorientos, los codos del saco gastados, el ruedo del pantalón descocido, hilachas floreciendo desde los bolsillos.
Ya sabía que era él: mi amigo El Fantasma.