HOY, MARTES
Sombras nada más

La sombra me salió al cruce, en Gaucho Rivero antes de llegar a Brandsen. La vi que venía corriendo o mejor dicho, reptando por la vereda desde la esquina. Al principio pensé que se trataba de un bicho. Estaba por pisarlo pero como me pareció medio grande, como un lagarto o un yacaré, decidí saltarlo. En pleno envión escuché su pedido:
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Accedé a las últimas noticias desde tu email-Disculpe, buen hombre, no se asuste no le voy a hacer nada.
Se quedó estática a mis pies, con los brazos en jarra. De tanto en tanto se pasaba la mano por la frente, como secándose la traspiración.