Claudia Basualdo de Barroso, la personal training de Miguel Lunghi
Claudia Basualdo de Barroso hizo propia esta ciudad a la que le dio tres hijos, ya que el mayor nació en Coronel Dorrego, su ciudad de origen. Es profesora de educación física entre otras tantas profesiones relacionadas con la danza, el deporte y la salud. Estudió en la Fundación Favaloro y fue una de las impulsoras de la “Caminata de los corazones” en Tandilia 2007 desde el servicio de Cardiología y Rehabilitación Cardíaca de la Clínica Chacabuco. De perfil bajo y mucha calidez habló con La Vidriera de todos sus esfuerzos y logros y de su gran amor: la familia.
“Nací en 1964 en Coronel Dorrego; allí viví con mi familia hasta los 18, cuando me fui a estudiar a Olavarría. Siempre tuve la idea de ser profe de educación física porque continuamente hacía deporte. Mi papá “Coco” era deportista y con mamá “Tita” daban folclore, o sea que mi hermana y yo siempre lo bailamos. Vivimos en ese ambiente, pero yo siempre quise ser profe de educación física, insisto”, cuenta nuestra entrevistada.
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Accedé a las últimas noticias desde tu email-¿Cómo fueron tus inicios?, ¿qué decía la familia?
-Hice 12 años de gimnasia artística y atletismo. Es que a mí me gustaba eso, mis papás me proponían que estudiara otra cosa, porque siempre hubo problemas en la docencia. Mamá trabajaba en una clínica privada, fue enfermera e instrumentadora, y yo tenía acceso a todas esas cuestiones relacionadas a la salud, porque estudiando educación física, pude ver partos, por ejemplo. Papá además de profe de folclore hizo boxeo y trabajaba en Luz y Fuerza. Y ya metiéndome en los estudios terciarios para ingresar en el profesorado de Olavarría me tuve que preparar en Bahía Blanca; estoy hablando de los primeros años de la década del ´80. Allí me lesioné la rodilla y tuve que volver a Dorrego, donde di clases de guitarra, entre otras cosas. Fue un año complicado para mí. Cuando regresé a Olavarría lo conocí a “Adri” (Adrián Barroso); éramos compañeros en la carrera. Hice los cuatro años y si bien extrañaba mi casa, no podía viajar tan seguido como otros compañeros ya que me quedaba muy lejos. Cuando concluí, me seguía dando vueltas en la cabeza lo de la salud. Trabajaba de profe de educación física e iba a domicilio y con el tiempo se generaron otras propuestas de trabajo y estudios.