&nbsp;&nbsp;Escribe Fernando Izquierdo&nbsp;En menos de 40 años, la vida le ha presentado numerosos escollos y desafíos a Juan Cruz Álvarez, un arrecifeño radicado en Tandil que acarició la Fórmula 1 luego de transitar el pertinente camino en el automovilismo internacional.Oriundo de una ciudad que huele a fierros, apostó todo a su sueño de llegar a lo máximo y, si bien no lo logró, lejos de renegar valora y celebra el cauce que tomó su carrera deportiva.Con el anhelo de llegar a la F1 abortado, ofició de puente y contacto para que Franco Colapinto desembarque en esa categoría.Ya instalado en Tandil, en 2021 debió sortear el obstáculo más complejo, dejando atrás un cáncer de colon, al que le plantó batalla desde el convencimiento: “No tuve ninguna duda de que iba a curarme”.A meses de cumplir los 40, disfruta de las bondades de una ciudad en la que desembarcó por motivos laborales y descarta de plano la posibilidad de volver a correr.<figure class="media"><div data-oembed-url="https://youtu.be/TaIHy0lL04k"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/TaIHy0lL04k" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure>La Vidriera mantuvo una extensa charla con Álvarez, a través de la cual el expiloto se abrió hasta lo más íntimo a la hora de abarcar cuestiones deportivas y personales:-¿Por qué te radicaste en Tandil?-Nuestra empresa familiar, en la que vendemos maquinaria agrícola, tractores y cosechadoras, abrió su primera sucursal en Tandil, en 2001 ó 2002. En 2006 ó 2007, mis padres y mis tres hermanos más chicos se mudaron acá porque el trabajo se los demandaba. Una hermana mía, que vivía en Tandil, decidió volverse a Arrecifes y me vine a ocupar su lugar en la empresa.-Habiendo nacido en Arrecifes existía una alta probabilidad de que seas piloto.-Alguna vez, el gran Marquitos Di Palma dijo que “en Arrecifes hay pilotos y cornudos, y algunos como yo somos las dos cosas”, ja. Es un pueblo chico, de veinte cuadras por otras veinte, en el que pasa algo muy particular, me parece que es el único lugar en Argentina en que el lunes, en la mesa de café, se habla de carreras y no de fútbol. De la que sea, de Fórmula 1, TC, TC 2000…De mi pueblo, hubo dos pilotos en Fórmula 1 como Froilán González y Norberto Fontana, entre no tantos argentinos que llegaron. Agustín Canapino corrió las 500 Millas de Indianápolis, los Di Palma tuvieron una historia muy rica, yo fui a Europa y he logrado títulos. Es un deporte que se vive mucho en Arrecifes, hay mucha pasión.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/07/alvarez_2.jpg" alt="Alvarez"></figure>Durante su paso por el exterior.&nbsp;-¿El arrecifeño se enorgullece de la presencia de Colapinto en Fórmula 1 o le duele que no sea uno de “los suyos”?-El arrecifeño no tiene problema con Franco. Hay un poco de recelo con que esté en la Fórmula 1 pero no en Arrecifes. El automovilismo nacional se ha visto golpeado, opacado, con la llegada de Franco a la máxima categoría, porque el público apunta más a seguir a él que a las categorías del país. Hay una marcada bajada de línea para cierta gente, diciéndole que obvien el tema de Franco o que, en todo caso, remarquen más los errores que los aciertos. Es una forma de manejarse que tienen los dirigentes del automovilismo argentino. No lo comparto para nada, pero es lo que hay.-¿Creés que la llegada de Colapinto a la F1 perjudica a las categorías nacionales?-No. Entiendo que debería potenciar a nuestro deporte. Hoy, son muchos más los chicos de 8, 9 ó 10 años que tienen ganas de ser pilotos, y es gracias a Franco. Es algo que se va a reflejar en los próximos años y décadas, a través de pilotos que van a ocupar el automovilismo nacional. Chicos que, de no haber llegado Franco a la Fórmula 1, quizá hubiesen sido futbolistas, tenistas o abogados. En el automovilismo nacional, también pesa la parte económica y los dirigentes miran el bolsillo propio y de pronto se ven afectados porque la audiencia está yendo para otro lado. Hoy, hasta mi abuela o mi tía Marta están pendientes de cómo le va a Franco, incluso se prenden a ver una carrera suya, cuando jamás miraron automovilismo.-¿De chico tuviste claro que tu disciplina era el automovilismo?-Hice de todo, como cualquier chico de pueblo. A los 8 años, corría en karting, jugaba al fútbol, al handball, al básquet y al tenis. Obviamente, cuando vas creciendo elegís y te vas decantando por lo que se te da mejor. Al fútbol siempre fui “de madera”, atajaba. En básquet, muy rara vez me citaban, pero yo iba igual a los entrenamientos, me gustaba el deporte en general.-¿Tu padre, como expiloto, te alentó a que corras o prefería que no lo hagas?-Él siempre me apoyó, pero era yo a quien le gustaba el tema de las carreras. Él corrió pero lo hizo de una manera muy amateur. Los autos me apasionan desde chiquito. Es un deporte caro y él me pudo dar soporte porque le iba bien en sus negocios. Me apoyó y me guió en mis primeros pasos en el deporte. A partir de ello, hice mi camino. Pero para dar los primeros pasos es fundamental tener una familia con recursos, es un deporte que no podés practicar si no contás con eso.&nbsp;&nbsp;Fórmula 1&nbsp;-¿Puede decirse que quedaste en la puerta de la Fórmula l luego de transitar el camino adecuado?-Ni hablar. Y no tengo nada que reprocharme. Si tengo que volver a tomar la decisión de irme al exterior, sabiendo que no voy a llegar a la Fórmula 1, me voy de nuevo. Porque lo que viví en esos cuatro o cinco años en Europa fue impagable. Competí con los mejores, me tocó ganar, me tocó perder pero pude correr contra pilotos campeones de Fórmula 1 como Lewis Hamilton y Nico Rosberg, mega estrellas de este deporte.-¿Por qué no pudiste dar ese último paso?-En definitiva, la Fórmula 1 también es un negocio y se necesita de ese apoyo institucional o de empresas para darlo. Nosotros no lo tuvimos, ni “Pechito” López, ni Esteban Guerrieri ni yo, los tres argentinos que teníamos campeonatos ganados en las categorías que te depositan en la Fórmula 1. Ninguno de los tres llegó, fue una cuestión ajena al talento o los resultados. No tenemos nada que reprocharnos.-¿A pilotos como Hamilton y Rosberg se les nota en su ciclo de formación que van a llegar “sí o sí”?-Lo de Hamilton se esperaba, también por una cuestión de marketing. Era el primer piloto de color que venía obteniendo resultados respetables como para llegar a la Fórmula 1. Y tenía esa parte de marketing que lo diferenciaba del resto. Él ya tenía resuelta la parte que nos faltaba a los argentinos, que dependíamos del apoyo institucional del Gobierno, de YPF o del ACA.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/07/alvarez_3.jpg" alt="Alvarez"></figure>Estrechando la mano de Flavio Briatore, director deportivo de Alpine, actual escudería de Colapinto.&nbsp;-Del otro lado están aquéllos que, con un talento fabuloso, terminan quedando en el camino por diversos factores.-Está lleno. Hay sólo veinte lugares en la Fórmula 1 y un planeta con millones de pilotos buscando uno de esos puestos. Al final, en el último paso, no sólo depende del talento, sino de una conjunción de muchas cuestiones. A Franco, por ejemplo, se le dio que pegó el salto a la Fórmula 1 en el momento en que Mercado Libre se posicionó a nivel mundial y necesitó vender su imagen en el plano internacional. Lo eligieron a él para esa plataforma de comunicación, como hicieron otras marcas como Globant, YPF y Quilmes. A Franco se le dio todo para dejar de depender de la decisión de un país o de un presidente, al pasar a tener el respaldo de empresarios que confiaron en él como herramienta de comunicación. Se dio todo, tenemos que disfrutarlo porque no es lo normal, es el primer argentino en 25 años en la Fórmula 1.-Ante pilotos de potencial similar, Argentina lleva “las de perder” ante países como China o Japón a la hora de cuestiones como los derechos televisivos.-Es así. Incluso, cuando en lo deportivo el piloto de Argentina esté un poco por encima del de esos países. Hay que buscar la forma de que el paquete completo cierre: talento, herramientas de comunicación, empresas, país…que todo funcione en conjunto.La última vez que Argentina tuvo un piloto con la posibilidad de elegir en qué escudería correr fue con Fangio y Froilán González, quienes fueron respaldados por Perón. Él les daba el dinero y ellos elegían dónde correr. También Reutemann, años más tarde, tuvo apoyo del Estado, con YPF y el Automóvil Club. Sin apoyos de este tipo, no hay forma de acceder a un camino serio.-Colapinto es el primer argentino en sumar puntos desde Reutemann. ¿Es también el mejor piloto nacional en ese ciclo de casi 45 años?-Es difícil saberlo. Lo que digo es que tenemos que disfrutar al que tenemos y hoy es Franco. Tiene un talento sobrenatural, extraordinario. Quizá, otro hubiese llegado, pero hoy está Franco y hay que apoyarlo.-¿Quién y por qué es el mejor piloto de la F1?-Hoy no hay manera de discutir a Verstappen. Es el actual campeón del mundo, considero que es el único “distinto”. Tiene cuatro títulos de F1, el otro día terminó de correr en Canadá y a los dos días estaba probando un GT en Spa. Cuando los otros pilotos están descansando, relajándose, preparándose para la siguiente carrera. Él se baja de un auto y se sube a otro, y después al simulador. Cuando le preguntaron en conferencia de prensa qué le había parecido la película sobre Fórmula 1, ni siquiera sabía que la habían estrenado, porque está metido en lo suyo. El 100% de su mentalidad está puesta en ser el mejor, no veo ese nivel de compromiso en los otros 19 pilotos de la F1. Ese factor termina marcando las mínimas diferencias entre un piloto muy bueno y un crack.&nbsp;El vínculo con Franco&nbsp;-¿Qué tipo de relación te une a Colapinto?-En 2018, yo estaba corriendo en Europa el Mundial de GT, sin aspiraciones de llegar a la Fórmula 1, buscando el camino a ser piloto profesional. El papá de Franco me llamaba diciéndome que el hijo venía muy bien, hablábamos mucho. Hasta que llegó el momento en el que Franco necesitó que le abran una puerta en Europa para que pueda acceder a su primer test en Fórmula 4. Sinceramente, no me costaba nada decirle a mi equipo que conocía a un pibe que andaba bien y presentarles el proyecto. Les pedí que Franco tenga una chance y él hizo el resto con su talento. Sólo lo acompañé hasta la puerta y él hizo todo lo que tenía que hacer.&nbsp;Su carrera-¿Por dónde transitó tu trayectoria deportiva?-Karting, autos de fórmula y Europa. Cuando quedó trunco el sueño de llegar a la Fórmula 1, volví al país buscando ser un piloto profesional, algo que logré durante años en el automovilismo nacional, siendo piloto oficial de Peugeot en TC 2000. También corrí en Top Race antes de irme nuevamente a Europa, donde pasé por varias categorías. En 2018, tuve que decidir entre seguir ese camino o hacerme cargo de la empresa familiar y me volví.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/07/alvarez.jpg" alt="Alvarez"></figure>-¿Qué tipo de piloto eras?-No es sencillo hablar de mí. Pero creo que era rápido, demasiado agresivo. Nunca fui muy pensante, entiendo que a las carreras hay que ir a ganar y que salir segundo, cuarto o noveno es prácticamente lo mismo. Al menos, en ese momento lo analizaba así.-¿Disfrutabas o rendías más en los autos con techo o en monopostos?-Era indistinto. Las carreras son de autos y es más preponderante el medio que el piloto. Creo que lo que logré, bueno o malo, fue siempre a partir de la herramienta que tenía y a lo que yo podía ofrecer en cada momento.-Fuiste crítico en su momento acerca de la falta de respaldo de parte del ACA.-Hoy, el automovilismo argentino está atravesando una de sus peores crisis de los últimos 50 ó 60 años. El ACA y la ACTC están enfrentados. Se da por una mala praxis en los últimos 20 ó 30 años, de parte de los dirigentes nefastos que tuvo el ACA, en todas sus formas. Me tocó padecerlo en mi etapa de piloto representando al país en el exterior. Durante muchos años, tuve que competir con licencia italiana o suiza porque el Automóvil Club Argentino no pagaba ni los seguros de las licencias de nivel mundial. Ni hablar de apoyo, nunca me dieron ni un pasaje para defender los colores de nuestro país. Han hecho las cosas tan mal que hoy el automovilismo nacional está como está.-¿La lectura en la mirada retrospectiva es “qué lástima que no llegué a la Fórmula 1” o “¡cuánto hice!”?-¡Cuánto hice!, siempre. En todo tipo de situaciones, me gusta ver el medio vaso lleno. Por eso, firmaría si me dicen que tengo que pasar otra vez por la carrera que hice, aun sabiendo que no voy a llegar a la F1. Fui en busca de mi sueño, porque cuando me subí a un karting soñé correr en F1, no salir campeón de TC o de TC 2000.-Todavía no tenés 40, podrías estar corriendo tranquilamente. ¿Evaluás esa posibilidad?-Para nada. Etapa totalmente cerrada. Hoy pienso en mi familia, en disfrutar y compartir tiempo con la gente que quiero.&nbsp;Canapino&nbsp;-No fue habitual la transición de Agustín Canapino, que con cierta edad irrumpió en IndyCar.-Lo que hizo fue extraordinario. Obviamente, no es la forma correcta de hacerlo, pero lo hizo muy bien. Se destacó, obtuvo muy buenos resultados para el desafío que tuvo delante. No es algo normal tomar semejante decisión con más de treinta años. Se fue a correr a una categoría en la que los errores se pagan con el cuerpo, no sólo rompiendo el auto. Me saco el sombrero con lo que hizo, porque no pasó por la escalera adecuada para llegar a ese desafío. Lo afrontó igual y lo hizo muy bien.-¿Superó tus expectativas?-Sí, me sorprendió. Lo he hablado con él muchas veces. Creo que ni él esperaba rendir de esa manera.&nbsp;La batalla contra el cáncer-¿Cómo te enteraste de que tenías cáncer?-Fue en 2021. Soy bastante meticuloso con mi cuerpo. Cuando iba al baño notaba, esporádicamente, una gotita de sangre. Fui al médico y me dijo que ni me preocupe, que era joven y siempre hice deporte. A las dos semanas, volví a ver sangre al ir al baño e hice otra consulta al médico. Le dije que estaba pagando una obra social y que no costaba nada que me hagan un estudio. Me lo hicieron y encontraron un tumor en la zona del recto, cerca del colon, de unos tres centímetros.-¿Cómo lo asimilaste?-Es una noticia que nadie espera escuchar. Nadie sabe lo difícil que es que te digan que tenés cáncer. Lo que primero pensás es que no es posible, que estás soñando, que es una enfermedad que ataca a gente mayor. Es un shock en la primera semana, es recibir una piña que no sabés desde dónde viene. A partir de allí, es “hacer el duelo” y entender que es un nuevo desafío. Me pregunté qué pasos seguir, comparándolo con el deporte. Y entonces armé un equipo con los mejores profesionales que estuvieran a mi alcance. Busqué el mejor médico, el mejor dietólogo y el mejor preparador mental. Armé mi equipo para enfrentar la situación y me dispuse a librar la batalla. Desde el momento uno, estuve cien por ciento convencido de que la iba a ganar, no tenía una sola duda.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/07/alvarez_1.jpg" alt="Alvarez"></figure>-¿Cuán reservado fuiste a la hora de comunicarlo?-Lo conté solamente en mi entorno más privado, familia y amigos. No lo hice público hasta que lo superé. Cualquiera que se entera tiende a acercarse a darte una palabra de apoyo o lo que sea, y consideré que sólo debían saberlo aquéllos que me podrían aportar algo realmente positivo para mí. Estaba pasando por algo duro, el tratamiento es largo y complicado, hay quimioterapia, rayos, se te cae el pelo, te sentís mal, vomitás, bajás de peso, sentís que te cag… a palos.-¿Hoy estás completamente curado?-Sí, sigo con controles esporádicos en Buenos Aires. Al principio fueron cada dos meses, después cada cuatro, luego cada seis y hoy voy una vez al año. Pasaron casi cuatro años y puedo decir que estoy en remisión completa.-Adoptaste el golf como nuevo deporte.-Me mudé a la ciudad poco antes de la pandemia. Empecé a jugar al golf porque en pandemia no se podía jugar casi a nada. En el barrio Altos Aires, donde vivía, salía a caminar con mi vecino y un día empezamos a jugar juntos al golf. Él llevaba dos palos y empezó a enseñarme a pegarle. Una vez finalizada la pandemia, tomé clases y me mandé más de lleno.-¿Cómo te sienta el día a día en Tandil?-Muy bien, es una ciudad que me encanta. He hecho buenos amigos como Rogelio Rotonda, “Lucho” Pedersen y Aitor Legarreta. Soy un agradecido a Tandil, no sólo me recibió a mí, también a mi familia y a mi empresa, estamos muy cómodos acá.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/07/alvarez_4.jpg" alt="Alvarez"></figure>Junto a Juan María Traverso.

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