MÁXIMA TENSIÓN
El jefe de la diplomacia estadounidense viajaba a un Medio Oriente en llamas
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viajaba a Medio Oriente en medio de temores a que el conflicto entre Israel y Hamas se extienda aún más por la región.
En Gaza, nuevos ataques aéreos y de artillería israelíes mataron a 125 palestinos e hirieron a más de 300 en las últimas 24 horas, informó el Ministerio de Salud, mientras que otra ampliación de las operaciones terrestres del Ejército israelí en el centro de la Franja provocó un nuevo desplazamiento masivo de civiles.
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En Beirut, la capital del Líbano, en tanto, cientos de personas asistieron al entierro del número dos de Hamas, Saleh al-Arouri, luego de que muriera esta semana en un bombardeo en Beirut atribuido a Israel, que ha prometido desmantelar al movimiento islamista palestino desde sus mortíferos ataques en el sur israelí de octubre pasado.
Más temprano, la aviación israelí anunció nuevos ataques en el sur del Líbano contra posiciones de Hezbollah, aliado de Hamas, tras la muerte de nueve miembros más del grupo islamista libanés en otros bombardeos de Israel en las últimas 24 horas, en medio de intercambios de disparos casi diarios a través de la frontera entre ambos países.
El líder de Hezbollah, jeque Hassan Nasrallah, en un esperado discurso motivado por el asesinato de Al-Arouri, dijo que el grupo peleará “sin límites” si Israel declara la guerra al Líbano y advirtió que la muerte del número dos de Hamas no quedará “sin respuesta y sin castigo”.
El viaje de Blinken, anunciado la semana pasada, es el cuarto a Medio Oriente desde que el 7 de octubre milicianos de Hamas infiltrados en Israel desde Gaza asesinaron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y se llevaron consigo a 240 rehenes, incluyendo una veintena de argentinos.
Israel lanzó ese mismo día una ofensiva en la Franja de Gaza, el enclave gobernado por Hamas, que desde entonces dejó al menos 22.438 palestinos muertos, la mayoría de ellos mujeres y niños. Otros 57.614 resultaron heridos y 7.000 están desaparecidos, según informó el Ministerio de Salud de Gaza.
La ofensiva causó gran indignación popular en el mundo árabe e islámico y propagó tensiones por Medio Oriente, incluyendo los disparos entre Israel y Hezbollah y ataques de milicias islamistas a tropas de Estados Unidos en Irak y Siria y de los rebeldes hutíes de Yemen a barcos en el mar Rojo.
La violencia se agravó también en Cisjordania, los otros territorios palestinos que están ocupados y colonizados por Israel y donde más de 300 palestinos murieron desde el 7 de octubre en operativos militares o ataques de colonos israelíes.
Blinken y el presidente Joe Biden, que busca su reelección este año, han abogado por evitar una gran conflagración regional en Medio Oriente y pedido en repetidas ocasiones a Israel que reduzca las muertes de civiles en sus ataques en Gaza, que enardecen los ánimos en los países árabes de la región.
En Beirut, cientos de personas, en su mayoría miembros de Hamas y otras facciones palestinas, cantaron o gritaron consignas contra Israel al asistir al entierro de Al-Arouri en un barrio del sur de Beirut que es bastión de Hezbollah, algunos de ellos pidiendo al grupo palestino que gobierna en Gaza bombardear la ciudad israelí de Tel Aviv.
El derrame de la violencia por Medio Oriente está en curso casi desde el 7 de octubre, pero hay temores de que estos ataques, que han sido más bien aislados y de baja intensidad, deriven en una guerra total a gran escala en la que Israel deba pelear con enemigos en varios frentes.
“No es del interés de nadie, de ningún país de la región ni de ningún país del mundo, ver que este conflicto escale más allá”, dijo ayer el vocero de Blinken y del Departamento de Estado, Matthew Miller. (Télam)