Indonesia enterró masivamente a las víctimas del sismo y el tsunami
Voluntarios indonesios empezaron ayer a enterrar en una inmensa fosa común los cuerpos de las víctimas del sismo y el tsunami que golpearon la isla de Célebes, donde la ONU estima que 191 mil personas necesitan ayuda urgente.
Recibí las noticias en tu email
La catástrofe causó al menos 844 muertos y 59 mil desplazados, según un último balance este lunes de la agencia de gestión de desastres y el gobierno.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) estimó por su parte que 191 mil personas necesitan ayuda humanitaria urgente.
Las autoridades temen que el balance final sea mucho más alto, pues gran parte de la región afectada sigue siendo inaccesible.
Decenas de agencias humanitarias y de ONG se brindaron para dar asistencia al país, pero el envío de ayuda a la zona resulta complicado porque numerosas carreteras están cortadas y los aeropuertos dañados.
Estado de emergencia de 14 días
El presidente indonesio Joko Widodo autorizó la ayuda internacional de urgencia y las autoridades declararon un estado de emergencia de 14 días.
La mayoría de las víctimas se registraron en Palu, una ciudad de 350 mil habitantes en la costa occidental de la isla de Célebes, según la agencia de gestión de desastres.
En Poboya, en las colinas que rodean Palu, voluntarios empezaron a enterrar a las víctimas en una gigantesca fosa común, con capacidad para 1.300 cuerpos.
Tres camiones cargados de cadáveres envueltos en bolsas naranjas, amarillas y negras, llegaron al lugar, constató un periodista de la AFP. Uno por uno, fueron colocados en la fosa y recubiertos de tierra. .
En un primer momento, las autoridades agruparon los cuerpos en morgues improvisadas para poder identificarlos pero, ante el riesgo sanitario, decidieron realizar entierros masivos.
Sobre el terreno, los equipos de rescate trabajaban contrarreloj para hallar supervivientes y sacarlos de entre los escombros.
El lunes, los socorristas rebuscaban entre los restos del hotel Roa Roa, donde se cree que entre 50 y 60 personas podrían haber quedado sepultadas. De momento, salvaron a dos personas en ese lugar, según una fuente oficial.
Muchos habitantes siguen buscando a sus allegados, desaparecidos, en los hospitales o en las morgues improvisadas.
Más de mil presos evadidos
Según funcionarios del gobierno, unos 1.200 presos escaparon de tres cárceles de la región.
En un centro de detención de Palu, construido para acoger a 120 personas, la mayoría de sus 581 detenidos salieron cuando los muros se derrumbaron. En la cárcel de Donggala se produjo un incendio, que parece que fue provocado por los propios prisioneros, y sus 343 detenidos huyeron.
En el momento del sismo, había 114 extranjeros en la región, la mayoría de los cuales se encuentran sanos y salvos y siendo evacuados, según la agencia de gestión de desastres.
Indonesia, un archipiélago de 17 mil islas e islotes que se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es uno de los países del mundo más propensos a sufrir desastres naturales.
El terremoto fue más potente que los temblores que dejaron más de 500 muertos y unos 1.500 heridos en la isla indonesia de Lombok en agosto. (AFP-NA)
Este contenido no está abierto a comentarios