Nueva Zelanda rindió homenaje a las víctimas de la matanza de las mezquitas
Los neozelandeses rindieron homenaje ayer a los 50 fieles muertos en el ataque a dos mezquitas de Christchurch, mientras iban aflorando más informaciones sobre la matanza.
Muchos habitantes de Christchuch salieron ayer de sus casas para depositar flores y cartas en homenaje a las víctimas junto a los dos lugares de culto donde tuvieron lugar los ataques.
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El autor de la matanza es un extremista australiano, Brenton Tarrant, quien ante el tribunal que lo inculpó el sábado por asesinatos hizo con la mano derecha un gesto típico de los grupos supremacistas blancos.
Este expreparador físíco, “fascista” autoproclamado, documentó su radicalización en un largo manifiesto de unas 70 páginas, repleto de teorías de conspiración e ideas racistas.
“Estamos con nuestros hermanos y hermanas musulmanes”, rezaba una enorme pancarta instalada sobre un mar de flores frente a una de las mezquitas.
Fieles de la Iglesia anglicana de Christchurch rezaron el domingo en su “catedral de cartón”, construida tras el terrible terremoto de 2011.
“Hemos aprendido que en tiempos difíciles es bueno estar juntos”, dijo el sacerdote Lawrence Kimberley.
De tres a 77 años
Las autoridades se preparaban para entregar los primeros restos de las víctimas a sus familias, impacientes por celebrar los funerales.
La costumbre musulmana prevé la inhumación del cuerpo en las 24 horas siguientes al deceso.
La primera ministra Jacinda Ardern, que ha hecho dos apariciones públicas cubierta con un velo para expresar su solidaridad a la comunidad musulmana, anunció que los primeros cuerpos iban a ser devueltos anoche, y el resto habrá sido entregado el miércoles.
Cuatro mujeres figuran entre las víctimas, de edades comprendidas entre los 3 y los 77 años, según una lista aún incompleta.
Muchas víctimas eran nativas, pero otras venían de varios países del mundo musulmán, señaló Arden. Cuatro egipcios, un saudita, un indonesio, cuatro jordanos, seis paquistaníes y cinco indios figuran entre ellas.
Actos de heroísmo
Cuarenta y ocho horas después de la tragedia, el desarrollo de los acontecimientos se precisa con los testimonios de los supervivientes, algunos de ellos relatan verdaderos actos de heroísmo
Como Abdul Azi, australiano de origen afgano, que se encontraba con sus cuatro hijos en la mezquita Linwood cuando se precipitó hacia el asesino.
Este hombre, de 48 años, explicó que, tras oír los disparos, se hizo con un arma vacía que el agresor había tirado. Según un testigo, la lanzó “como una flecha” contra el vehículo del asesino y rompió uno de los cristales. “Por eso tuvo miedo”, aseguró Abdul Aziz, indicando que el individuo decidió huir luego en coche.
Una acción que quizás evitó que hubiera más muertos, ya que dos policías detuvieron poco después al atacante.
Según autoridades locales, 34 personas continúan hospitalizadas.
Entre los heridos se encuentra una niña de apenas 4 años, Alin Alsati, quien se hallaba en una de las mezquitas acompañando a su padre y recibió tres heridas de bala. El padre de la niña, proveniente de Jordania, también resultó herido en el tiroteo.
La familia del sospechoso, destrozada
Por su parte, la familia del atacante, declaró a la televisión australiana sentirse destrozada por sus actos.
“Estamos todos estupefactos, no sabemos qué pensar”, dijo la abuela de Brenton Tarrant, Marie Fitzgerald, al canal australiano Channel 9.
“Todo el mundo está hundido… destrozado es la palabra”, aseguró.
La hermana y la madre del presunto autor fueron puestas bajo protección policial y ni siquiera los miembros de la familia pueden tener contacto con ellas.
Tarrant, que creció en la pequeña ciudad de Grafton, parece que se sintió cautivado por la ideología neofascista durante sus múltiples viajes en Europa.
De hecho, ayer las autoridades griegas, como hicieron las búlgaras, revelaron que estuvo en las islas griegas de Creta y Santorini en marzo de 2016, adonde llegó desde Estambul.
Aeropuerto cerrado
Esta tragedia provocó una ola de conmoción en Nueva Zelanda, país de cinco millones de habitantes, de los que un uno por ciento dicen ser musulmanes, y conocido por ser uno de los lugares más tranquilos del mundo.
También en Australia, donde en Sídney se proyectó en la noche del sábado una imagen de un helecho plateado -el símbolo de Nueva Zelanda- en un lado de su famosa ópera.
El lunes, Arden reunirá a su gabinete para discutir una posible endurecimiento de la legislación sobre las armas.
El gobierno recibirá las conclusiones de los servicios de inteligencia sobre la forma en la que el australiano pudo hacerse con tal arsenal de armas sin llamar la atención de las autoridades.
Tras 48 horas de avisos oficiales sobre seguridad, la policía de Christchurch pidió a los neozelandeses retomar sus actividades normalmente.
Aunque la tensión aún es palpable en el archipiélago, tras el cierre ayer del aeropuerto de Dunedin, en razón de un paquete sospechoso.
Por otra parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reprochó especialmente a Occidente que no trate de “terrorista cristiano” a Tarrant.
“¿Cómo le llaman cuando es un musulmán? Hablan de terror islámico”, criticó durante un mitin. AFP-NA