Una crisis de gabinete complica al premier canadiense Trudeau
Una creciente crisis política en el gobierno de Canadá -un país famoso por su estabilidad institucional- se agravó con la dimisión de una segunda ministra del gabinete del primer ministro Justin Trudeau, en protesta por supuestas presiones ejercidas para favorecer a la mayor constructora del país, a siete meses de las elecciones generales.
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La ministra del Tesoro, Jane Philpott, una de las personas más respetadas del Ejecutivo, anunció su dimisión anoche de forma inesperada y dijo que había perdido la confianza en la forma en que el gobierno manejó una investigación sobre si funcionarios cercanos a Trudeau presionaron a una ex ministra para no sancionar a la empresa SNC-Lavalin.
“Desgraciadamente, la evidencia de esfuerzos por políticos y funcionarios para presionar a la ministra de Justicia para que interviniera en el caso criminal de SNC-Lavalin, y la evidencia del contenido de esos esfuerzos, me han provocado graves preocupaciones”, indicó Philpott en su carta de renuncia.
“Los principios solemnes en juego son la independencia e integridad de nuestro sistema de justicia. Es una doctrina fundamental del imperio de la ley que nuestro fiscal general y ministro de Justicia no deba estar sujeto a presiones o interferencias políticas con respecto al ejercicio de su discreción procesal en casos criminales”, agregó.
La carta, dirigida al primer ministro pero que en ningún momento lo menciona, se refiere al caso de la también ya exministra Jody Wilson-Raybould, quien renunció el mes pasado por el caso de SNC-Lavalin.
El escándalo amenaza ahora al partido Liberal de Trudeau de cara a las elecciones de octubre.
El líder opositor conservador, Andrew Scheer, dijo que la renuncia de Philpott “claramente demuestra un gobierno en el caos total liderado por un primer ministro caído en desgracia”, al tiempo que llamó a otros ministros a dimitir o a exigir la salida de Trudeau.
La primera indígena
Wilson-Raybould hizo historia en noviembre de 2015 cuando un triunfal Trudeau, tras haber ganado las elecciones el mes anterior, la nombró ministra de Justicia y fiscal general, la primera mujer y la primera indígena en ocupar esos cargos en Canadá.
En enero pasado, de manera sorpresiva, Trudeau aprovechó una remodelación de su gabinete para sustituirla al frente de Justicia y nombrarla ministra de Veteranos, un cargo periférico.
Poco después, un artículo aparecido en el influyente periódico canadiense The Globe and Mail señaló que durante meses Wilson-Raybould había sido presionada por la Oficina del Primer Ministro para que diese un trato de favor a SNC-Lavalin, que está acusada de corrupción.
El 2 de febrero, Wilson-Raybould dimitió como ministra de Veteranos y el 27 lanzó una ofensiva pública contra Trudeau; lo acusó, junto a sus principales asesores y otros ministros, de presionarla durante cuatro meses para que interfiriese en el caso de SNC-Lavalin.
Trudeau quería que la Fiscalía ofreciese a la constructora un acuerdo de enjuiciamiento diferido para evitar los tribunales y que a SNC-Lavalin no se le pudiera prohibir participar en contratos públicos por haber pagado sobornos al gobierno del asesinado Muammar Kaddafi para conseguir contratos en Libia. (Télam)