En Argentina, el consumo de ropa importada ya es mayor que la nacional
La información fue revelada por un estudio de la Fundación Pro Tejer. La situación alarma a la industria textil nacional.

Según un estudio de la Fundación Pro Tejer, las importaciones de ropa y textiles del hogar se dispararon en el primer trimestre del año y ya superan en participación de mercado a las de origen nacional. Este suceso ocurrió a partir de la apertura comercial llevada adelante por el Gobierno Nacional, ya que hay varios factores que inciden en que la indumentaria del exterior tenga los precios más bajos en dólares de la última década y acentúe la tendencia.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailLas importaciones de ropa y textiles marcaron un récord histórico en el primer trimestre del año, ya que crecieron un 86% y 109% interanual en volumen respectivamente. Al mismo tiempo, las compras vía courier correspondiente al segmento e-commerce se incrementaron a tal punto que los aeropuertos debieron ampliar su infraestructura para abastecer la demanda.
El componente de textiles importados ascendió al 67% de las prendas que se consumen en el país, el nivel más alto de la serie, frente al 33% de los locales. En lo que refiere exclusivamente a la ropa, el 75% de la que se comercializa en shoppings proviene del exterior.
Esta situación enciende las alarmas en la industria textil nacional. Desde Pro Tejer afirmaron que “no solo evidencia la presión externa que enfrenta actualmente la industria textil, sino también un proceso sostenido de debilitamiento estructural del entramado productivo”.
“El retroceso se comienza a traducir en el cierre de empresas, pérdida de empleo y de eslabones clave dentro de la cadena de valor y una racionalización forzada del sector que opera en condiciones desfavorables", sostuvieron en el estudio. Además, añadieron que se "compite con productos importados favorecidos por la política económica, con consecuencias negativas para el alto grado de desarrollo tecnológico alcanzado y en la inversión futura, profundizando la dependencia externa”.
Se detectó que, si bien las cantidades importadas prácticamente se duplicaron, los valores en dólares se incrementaron mucho menos. De esta forma, “se refuerzan las sospechas de prácticas de subfacturación que podrían haberse generado al calor de la eliminación de los valores criterio y controles en Aduana".
Este fenómeno se explica desde la desregulación comercial, la flexibilización de controles aduaneros y la derogación de los valores criterio de importación. La apreciación del peso y la reducción de aranceles también se suman a la situación, donde estos últimos pasaron del 35% al 20% para indumentaria y calzado, del 26% al 18% para tejidos, y del 18% al rango de entre 12% y 16% en hilados.
Puede interesarte
Análisis de los precios de la ropa
Con respecto a los precios de la ropa a nivel local, la entidad Pro Tejer afirmó que subieron por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Entre diciembre de 2023 y marzo de 2025, las prendas de vestir y calzado aumentaron 92% mientras que la inflación fue del 136%.
Sobre la visión del Gobierno Nacional de que una mayor competencia con el exterior hará caer lo precios, desde Pro Tejer señalaron que en realidad esto sucede cuando disminuye el consumo interno por la pérdida de poder adquisitivo. De esta manera, la rentabilidad se vuelve negativa y la dificultad de absorción de costos fijos es mayor. “La caída de las ventas redunda en un aumento del costo unitario ya que los costos fijos deben prorratearse en menos unidades”, detalló la fundación. Como resultado, sostener las empresas en el mediano plazo presenta desafíos.
Además, ante las críticas por los valores elevados y la inviabilidad de la fabricación local, alegan que el 80% del precio que abona el consumidor final por una remera marca premium en un shopping “está vinculado a costos que nada tienen que ver con la producción, el diseño y la rentabilidad de la industria y de la marca”.
Los impuestos representan el 50% del valor, mientras que los costos financieros (como pagos con tarjeta de crédito o promociones) y los de alquiler suman el 30%. La rentabilidad, la logística y el marketing, un 12%. Entonces, se llega a la conclusión de que la industria sólo significa el 8% del precio total.