Paro y movilización
La CGT convocó a un paro nacional pero hay expectativas de diálogo
A solo 17 días de la asunción de Javier Milei, la conducción de la central obrera realizó una marcha hacia el Palacio de Tribunales para reclamar a la justicia "la inconstitucionalidad" del DNU firmado por el presidente y la necesidad de no violentar las atribuciones del Poder Legislativo. La fecha de la próxima movilización coincide con el día en que el Congreso analizará la medida y el proyecto de Ley Ómnibus.
La CGT convocó al primer paro general nacional para el 24 de enero próximo, que será acompañado por una masiva movilización hacia el Congreso, en rechazo de las medidas de desregulación económica anunciadas por el Gobierno del presidente Javier Milei, y ratificó su "total oposición" al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 emitido por el Ejecutivo.
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A solo 17 días de la asunción de la administración "libertaria", la conducción de la central obrera realizó una marcha hacia el Palacio de Tribunales -que demostró su masividad- para reclamar a la justicia "la inconstitucionalidad" de ese DNU y la necesidad de no violentar las atribuciones del Poder Legislativo.
El Comité Central Confederal (CCC) de la CGT, máximo órgano ejecutivo de la central obrera, llamó un día después desde el histórico Salón Felipe Vallese del edificio de Azopardo al 800 al primer paro general nacional a partir de las 12 del 24 de enero.
Según los máximos exponentes de la central sindical -Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano- la fecha fue elegida porque de forma supuesta ese día el Parlamento analizará esas medidas anunciadas por el Gobierno y la denominada Ley Ómnibus.
Sin embargo, la convocatoria a la primera huelga de 12 horas y a la movilización hacia el Congreso surgió luego de arduos debates internos y tras intensas presiones de las organizaciones confederadas, que habían comenzado una semana antes en ocasión del debate planteado en la sede de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra).
Hasta ese momento, la mayoría de los dirigentes de conducción de la central obrera eran partidarios de declarar "un plan de lucha gradual" que contemplase "intensas gestiones" ante la totalidad de los bloques parlamentarios y la justicia nacional.
Fue Omar Maturano, el líder del Sindicato de Conductores de Trenes La Fraternidad y de la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (Ugatt) -la central paralela a la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte de Sergio Sasia y Juan Carlos Schmid- quien se paró de manos y reclamó un inmediato paro general.
En su duro discurso en la Uocra, al que tuvo acceso Télam, Maturano reclamó una huelga nacional para el jueves 28 de diciembre último y no la convocatoria al Confederal, y argumentó que "la CGT debe responder a cada golpe de forma doble".
"Somos trabajadores y les estorbamos a todos los políticos. La CGT no puede permitir estos golpes. Por cada uno que le propine el Gobierno debe contestar con dos. El articulado del Estatuto de la central permite la convocatoria a un paro en caso de emergencia. No es preciso un Confederal para responder a estos ataques. No jodamos", había afirmado el dirigente ferroviario ante la impávida mirada de sus pares.
En ese momento su propuesta no prosperó, pero al día siguiente un tenso Confederal -que aplaudió de pie la presencia de los dirigentes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP)- no dudó en convocar a la primera huelga nacional.
"El paro a partir de las 12 del 24 de enero se fundamenta en la necesidad de facilitar la movilización de los trabajadores desde los establecimientos, fábricas y empresas. Siempre es más sencillo movilizar desde los lugares de empleo que desde las casas", confiaron a esta agencia varios dirigentes de primera línea de la conducción gremial. (Por Adolfo Rocasalbas/Télam).