Asaltantes golpearon y tajearon a una mujer en su casa en 12 de Octubre al 1300
Un violento asalto ocurrió este jueves a la mañana en una vivienda ubicada en 12 de Octubre 1321, entre Artigas y Arenales, en el barrio Los Nogales. Dos delincuentes sorprendieron a una mujer cuando regresaba a su casa de llevar a sus hijos al colegio y, tras golpearla y tajearla en distintas partes de su cuerpo, se dieron a la fuga con alrededor de 5 mil pesos y joyas. La víctima debió ser trasladada al Hospital Municipal Ramón Santamarina y, tras ser asistida, fue dada de alta a las pocas horas.
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El brutal atraco ocurrió precisamente a las 8.15 cuando María de los Angeles Gattó, de 39 años, volvía a su domicilio y fue sorprendida en la puerta por dos asaltantes, que la tomaron del cuello y del pelo, y la empujaron para adentro mientras le exigían “plata y oro”.
Desesperada, la mujer les decía que no tenía lo que buscaban, pero ellos insistían, mientras le pegaban la cabeza contra la pared y la mantenían todo el tiempo agarrada. Subieron al primer piso, donde están las habitaciones, y desordenaron todo en busca de dinero, pero ella seguía diciéndoles que estaban equivocados y que les habían “pasado mal el dato”.
Lo que dijo enfureció a uno de ellos, que comenzó a tajearla en distintas partes de su cuerpo. En un momento, la víctima perdió el equilibrio, se cayó por las escaleras y se desmayó. Al volver en sí, los delincuentes ya habían emprendido la fuga. Ella, como pudo, agarró su celular y alcanzó a llamar a su marido, Mauricio Drimoni, quien rápidamente fue a socorrerla.
El testimonio
del esposo
Tras el violento asalto, Drimoni recibió a El Eco de Tandil en su casa, aún consternado por el terrible momento que le había tocado vivir a su señora.
Relató que todo comenzó cuando ella volvía de llevar a los nenes a la escuela, alrededor de las 8.20, y cuando se dio vuelta para poner la llave en la puerta para entrar, “la empujaron de atrás, la agarraron del cuello y de los pelos, la empezaron a golpear, a pedirle plata y oro y la llevaron para las habitaciones, donde le siguieron pidiendo la plata. La cortajearon en el cuello, las piernas y la panza. Tiene cortes hechos como con un cúter, son todos finitos que no producen sangrado, pero sí ardor”.
Detalló que lo único que alcanzó a escuchar su señora fue que “uno de ellos dijo: `Acá está, ya encontré´, pero mucho no se acuerda. Aparentemente la empujaron o se cayó, pero apareció tirada en la escalera. Además, la golpearon contra las paredes y le pegaron”.
Afortunadamente, ella se despertó y alcanzó a llamarlo por teléfono. “Me dijo: `Mauricio´ y se cortó, entonces me di cuenta que algo pasaba y me vine lo más rápido que pude. La encontré tirada al pie de la escalera, con la ropa toda cortada, toda lastimada y llamé enseguida a la policía, que vino rapidísimo junto con la ambulancia. Después, ni siquiera alcancé a ver mucho de lo que habían hecho porque estaba muy preocupado por ella porque la veía muy mal”, manifestó Drimoni.
Tras lo sucedido, confirmó que su señora debió ser trasladada en ambulancia al Hospital Municipal Ramón Santamarina por los golpes que había recibido, pero afortunadamente no sufrió heridas de gravedad y fue dada de alta en horas de la tarde.
“Esto es un desastre”
Por último, advirtió que ya le habían pateado la puerta dos veces, por lo que decidió colocar “cerrojos por todos lados y una traba con un aparato que hice”.
Reconoció que “da miedo vivir acá, hace ya doce años que estamos y yo me crié en el barrio, pero antes no era así”, por lo que pidió a las autoridades que se refuerce la seguridad en la zona.
“Ya hice la denuncia y le pregunté al comisario qué está pasando porque no veo pasar patrulleros ni a los de la Policía Local y me dijo que están complicados. En su caso, que no tiene móviles ni personal. No sé quién lo tendrá que solucionar a esto, pero es un desastre”, lamentó.
“Lo que más quiero -enfatizó- es que de una vez por todas hagan algo, tanto con esto como con lo que está pasando con los pibitos en las escuelas. Van a hacer algo el día que maten a alguien, ahí recién van a reaccionar. No sé qué están esperando”.
“Estoy con
mucho miedo”
Aún dolorida, María de los Angeles bajó de su cuarto y también se dispuso a conversar con este Diario. “Estoy con mucho miedo porque me dejó muy mal esto. Tengo hijos y pienso también en ellos. Me parece que no hay necesidad de tantos golpes. Nosotros somos gente normal, de trabajo, común y corriente”, expresó.
Contó que tiene un problema en la vista y agradeció a Dios porque, a pesar de las heridas que sufrió, no le pasó nada grave. “Lo mío es ceguera, tengo 97 por ciento de pérdida de visión en los dos ojos. Uso lentes de contacto, tengo muy complicada la retina por el mismo problema, no puedo hacer fuerza ni ejercicio. Tengo un grave problema y en ese sentido doy gracias a Dios que me ayudó, que a pesar de todos los golpes que tuve, sigo con ese poquito de vista que tengo”, manifestó.
“En todo momento me pegaron, hasta por la escalera me llevaron a la rastra. El que me agarró, siempre estuvo detrás de mío, lo único que le pude ver fue la parte de los brazos, que tenía un buzo oscuro y guantes. Y de la otra persona escuché la voz, que calculo tendría 16 o 17 años. El que me tenía, sí tendría unos 24 años”, estimó la mujer.
El botín
Por el grado de violencia de los asaltantes, calculó que “estaban drogados, para mí buscaban plata para drogas” porque detalló que estaban también los celulares de su hijo y no se los robaron. “Se llevaron plata, una cadenita de oro de mi marido con una cruz, la alianza de casados y un par de aros míos”, precisó.
Al igual que su esposo, reclamó que las autoridades tomen cartas en el asunto y refuercen la seguridad en la zona. “Acá no anda nadie, ahora desde que pasó esto, están pasando cada cinco minutos, pero no es cuestión de que pase algo para que actúen”, finalizó.
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