Denunciaron un nuevo ataque de “Los playeritas”, en pleno centro de Tandil
Indignados por el accionar de una banda de vándalos que se hacen llamar “Los playeritas”, Vilma Torres y su pareja Gabriel Gómez, se acercaron hasta la Redacción de El Eco de Tandil para contar lo que le tocó vivir a un hijo de Torres de 13 años y a sus primos.
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Aprovechando que aún no tienen edad para ser detenidos e inmersos en una postura desafiante, un numeroso grupo, sin límite alguno, intentó concretar un atraco sobre tres chicos para quitarles algunas pertenencias, objetivo que no pudieron cristalizar.
Tras haber radicado la denuncia en la comisaría Primera, la mamá y tía de las víctimas contaron que “lo que sucedió es que mandé a mi hijo de 13 años junto con sus dos primos, que vinieron de vacaciones desde La Plata, a buscar unos libros a Librería Alfa. En el camino y en pleno centro aparece un grupo numeroso de los que se autodenominan ‘playeritos’, quienes los atacaron”.
Con mucha bronca, agregó que “les querían sacar las zapatillas y el celular, momento en que apareció la dueña de la librería, Alicia Laco, y los auxilió. Una vez dentro del comercio, les resultaba imposible poder salir porque este grupo los estaba esperando para poder robarles las cosas”.
Avisaron
a la policía
Ante la locura generalizada de alrededor de 20 menores que se creen los dueños de la zona céntrica, Laco decidió convocar a la policía para que actuara ante el desorden generalizado que se había producido.
La presencia de los uniformados, en vez de calmarlos y dispersarlos, fue el motor para desafiar a la ley, amparados en que, como son menores, su paso por una dependencia policial es efímero.
“Con la llegada de la policía fue un lío más grande. Mi hijo y mis sobrinos pasaron a ser los delincuentes, poniéndolos contra una pared para palparlos en Pinto y 9 de Julio. En la calle, la ‘banda’ hacía lo que quería, incluso agredió a un policía y hasta uno de ellos se sacó la remera y le gritaba al efectivo: ‘Vení pegame, así te denuncio’. Esta situación pasó en la tarde de hoy (por ayer) en el centro de la ciudad”.
Al ser consultada sobre la reacción policial, dijo que “primero y gracias a Laco, dejaron de tratar como delincuentes a los chicos ya que la señora les dijo que no tenían nada que ver, que iban a comprar a su comercio”.
Sin embargo, señaló que “después, no pueden hacer absolutamente nada porque son menores, cosa que te desespera porque ellos pueden golpear a quienes se les ocurra, pero no se los puede tocar, cuando todos saben lo que viven haciendo”.
Quejas
El accionar de este grupo ha generado críticas y un pedido a las autoridades municipales para que intervengan ya que además de los ataques “pirañas” (N.d.R.: todos encierran a uno para sacarle sus pertenencias), también han sufrido robos personas que salen del supermercado que funciona en 9 de Julio entre San Martín y Pinto.
“Gente que salió del supermercado y se acercó, nos dijo que estaban cansados de los robos, que se adueñen del centro queriendo sembrar miedo”, explicó la mujer.
Agregó que “lamentablemente, la policía nos dijo una y otra vez que no pueden hacer nada porque son menores y que si llaman a los padres, estos no se presentan. Uno de ellos tenía una especie de navaja, en un momento se alejaron y a los pocos minutos regresaron todos. Es increíble que nadie tome cartas en el asunto y más ahora que los políticos buscan votos, bien podrían hacer algo para que todos estemos tranquilos”.
Golpes
La señora Torres contó que “llegamos el martes desde La Plata, era la primera vez que mando solo a mi hijo junto con sus primos al centro, por lo que les recomendé que se portaran bien, lo que toda persona adulta les puede decir a los chicos para que tomen todos los recaudos posibles y principalmente que no les pase nada. En el momento que los sacaron de la librería y los acompañaban a la esquina, fue cuando volvieron y les pegaron una trompada a mis sobrinos”.
Gabriel Gómez, masticando bronca, dijo que “resulta que nadie puede hacer nada y que le dejan el camino libre para que esta banda pegue, robe y haga lo que quiera, ya que son menores. Si los voy a buscar y los agarro, termino preso. Está todo al revés”, concluyó.
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