Mediante el cuento del tío, un delincuente le robó el dinero de la jubilación a un matrimonio
Un matrimonio mayor fue víctima del accionar de un delincuente que bajo la modalidad del “cuento del tío” les robó alrededor de 10 mil pesos.
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Las víctimas fueron Isabel Díaz, de 86 años, y su marido Julio Díazde 88 años, de su domicilio ubicado en Pujol al 600.
María Díaz, su hija (prefirió resguardar su imagen como la de sus padres), contó a El Eco de Tandil lo sucedido para alertar a la comunidad y que no vuelva a suceder algo así.
El hecho ocurrió el miércoles alrededor de las 16.15 cuando Isabel Díaz iba caminando por Quintana y Pasteur, y de pronto se le acercó un hombre que conducía un auto de color negro.
“Señora, qué suerte que la encuentro, usted no se acuerda de mí, pero me conoce de chiquito, tengo un dinero para su hija”, le dijo.
La mujer le manifestó que no lo conocía, o que no se acordaba de él.
“Entonces, él le dijo que tenía que darle este dinero a su hija `urgente’. El desconocido iba con una nena de 13, 14 años en el auto. Hablando con mamá le han sacado mi nombre. Ella le pidió que le diera el dinero entonces, pero él le dijo que era mucho dinero así que le pidió que lo llevara su casa para guardarlo en un lugar seguro”, relató.
El robo
“Le dijo: ‘Suba al auto que yo la llevo’. Ella subió, la nena se sentó atrás, mamá fue adelante. Le preguntó la dirección y ella se la dio. Yo vivo al lado en un departamento, pero estaba trabajando”, explicó.
Cuando llegaron, el marido de Isabel Díaz estaba en la puerta y el ladrón se bajó del auto y lo saludó “como si lo conociera de toda la vida”.
“No se acuerda de mí, yo era chiquito, usted me agarraba del cachete”, le expresó el delincuente.
Julio Díaz le manifestó no recordarlo, pero le creyó cuando le dijo que tenía que entrar a su casa para guardar un dinero para su hija.
“Siempre les mostraba una billetera. Entró en confianza, ingresó a la casa, y les preguntó si tenían alguna caja de seguridad, algún lugar donde guardaran dinero para que él pudiera guardar la plata y que quedara segura”, contó.
Y agregó que “mi mamá entró a la habitación, le mostró dónde podía guardar el dinero, y no se dio cuenta en qué momento le robó la jubilación. Sacó el dinero que mi mamá tenía en una cajita”.
Más dinero
El ladrón le dijo que ese lugar tampoco era seguro, así que le pidió ir a la casa de su hija.
“Vamos a la casa de su hija para guardar el dinero”, dijo el ladrón.
“Lo trajo a mi casa, y el tipo le dijo ‘quédese tranquila, yo subo a la habitación, seguro su hija tiene un lugar donde guarda dinero, yo lo guardo ahí así que usted no se haga problema’. Subió, revolvió toda mi habitación buscando más dinero, y le dijo que ese lugar tampoco era seguro, que no se preocupara que él me iba a dar el dinero a mí”, expuso.
Mientras tanto, la menor se quedó en el auto charlando con Julio Díaz.
Ninguna sospecha
María Díaz aseguró que su madre “en ningún momento sospechó nada”.
En cuanto al dinero que les sustrajeron, detalló que de su casa robaron alrededor de 3 mil pesos que le quedaban del sueldo del mes y a sus padres les robaron todo lo que les quedaba de jubilación, entre 5 y 7 mil pesos.
“Ella le describió el delincuente a la policía, dice que si se lo muestran lo reconoce, como de 30 años, morocho, robusto, mucha espalda, la cara redonda, de pelo corto, remera negra, cree que tenía tatuajes en los brazos pero no está segura”, puntualizó.
Una vez que el robo fue consumado y el ladrón se fue, la mujer se fue a la casa de una amiga, sin tomar conocimiento de lo que había sucedido.
“Recién ahora ella está cayendo de la situación. Mi papá, que se quedó solo, entró a la habitación a mirar, como que desconfió a qué había entrado el hombre, y cuando va a ver la caja donde ellos tenían la jubilación, no había nada”, lamentó.
En ese momento, María Díaz llegó de trabajar y su padre le contó lo que había sucedido.
“No lo podía creer”
“Mi papá no lo podía creer, ellos por más que lo ven en la tele, confían. Cuando me dijo ‘entró a tu casa también’ fui a ver y me encontré en mi habitación con todos los cajones abiertos, toda la ropa dada vuelta, donde yo tenía guardado el dinero estaba abierto”, afirmó.
Y contó que la policía le habló de otro caso sucedido el mismo día con la misma modalidad y el mismo tipo de vehículo: un Clio negro.
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