Tenía una condena de ejecución condicional y volvió a ser sentenciado por dos robos
En un reciente debate, el TOC 1 resolvió condenar a Gonzalo Nahuel Zavaleta, a la pena única de cinco años y seis meses de prisión, ya que anteriormente había sido sentenciado a tres años de prisión condicional por otro suceso delictivo, y reincidió.
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A más precisiones, se dio por acreditado que el 1 de febrero de 2018, aproximadamente a las 17.30, dos hombres, uno de ellos Zavaleta, previo cortar el alambre tejido perimetral de la vivienda ubicada en calle Thomas 386 y posteriormente violentar la puerta de acceso a la altura de la cerradura, dañando la madera de la misma, ingresaron al domicilio en circunstancias que se encontraban su moradora junto a su pequeña hija y la empleada, y se apoderaron ilegítimamente de una tablet para luego huir del lugar con el elemento sustraído.
En su testimonio, la damnificada propietaria de la vivienda refirió sobre el suceso padecido que se encontraba en el interior de la casa, más precisamente en el dormitorio ubicado en la planta superior, cuando escucha un fuerte ruido que provenía del frente de la finca para luego escuchar gritos que decían “…callate hija de pu…”, y de inmediato se dirigió hacia el living donde vio que dos sujetos de sexo masculino salían de la cocina donde se encontraban su hija menor de edad y la empleada doméstica, quienes al notar su presencia se dieron a la fuga apoderándose de una tablet. En la huida, la víctima pudo reconocer a uno de los ladrones, ya que era vecino del barrio.
Como referencia al ahora condenado, también se dio por acreditada su participación directa en el suceso delictivo ocurrido el 11 de septiembre de 2017, alrededor de la 1, en la calle Fortineros, entre Uspallata y Del Libertador, donde Zavaleta asaltó a una remisera.
Más precisamente se referenció que el acusado había abordado en la estación de servicio de Espora y Colectora como pasajero del vehículo remís de la empresa Remís Tandil, conducido por Silvina Andrea Rodríguez, y colocándose en el asiento trasero señaló como destino del viaje calle De los Granaderos 71, para luego en proximidades corregir diciendo que su domicilio era a la altura del numeral 371, antes de llegar al mismo ordenó girar por calle Fortineros. Encontrándose sobre ésta entre sus iguales de Uspallata y del Libertador tomó desde atrás por el cuello a la conductora del vehículo y como medio intimidante le apoyó un elemento a la vez que le exigía “dame la plata y el celular”, apoderándose de 2.500 pesos y el teléfono celular
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