Violento asalto en una panadería de Villa Laza
Un violento hecho de inseguridad se registró el pasado domingo a las 2 de la madrugada cuando tres delincuentes ingresaron armados, con guantes y las caras tapadas a una panadería ubicada en Juan B. Justo 620 y, luego de maniatar y golpear a la propietaria y a un panadero, robaron dinero, un celular y un auto.
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Sonia Ezcurra, la dueña del negocio, se encontraba trabajando aquella noche junto a Luis Quiroga cuando fue sorprendida por tres malvivientes que ingresaron por un portón lateral en busca de dólares.
La hermana de Sonia, quien también trabaja en la panadería, dialogó con El Eco de Tandil y contó que aquella puerta por la que entraron siempre estuvo abierta pero que “ahora vamos a tener que cerrarla”.
“Se metieron tres personas armadas y comenzaron a amenazarlos diciéndoles que les dieran la plata del bolso floreado. Y específicamente eso se lo repitieron varias veces”, narró con cierta extrañeza.
Agregó que les pedían agresivamente los dólares pero que “no tenemos, porque vivimos al día”. Incluso, indicó que debieron acordar el pago de la harina con el proveedor ya que la plata que les llevaron era la que tenían destinada para ello.
La modalidad del robo fue similar a la utilizada días atrás en Francia al 2200, donde dos hombres se apersonaron con la cara cubierta y guantes. La diferencia fue que en esta oportunidad los vándalos fueron más violentos y agredieron a la mujer, incluso cuando la habían maniatado. De hecho, a Quiroga le apuntaron con la pistola y le gatillaron en la cabeza, pero afortunadamente el disparo no salió. “Lo más triste es que le estaban pegando a una mujer atada y le estaban apuntando. Ahí te das cuenta qué clase de gente es”, clamó su hermana.
Encapuchados y a punta de pistola amenazaron y asaltaron a una pareja de adultos mayores
Los violentos rompieron una cámara de vigilancia y se llevaron el CPU donde quedaban registradas las imágenes. Además, se llevaron dinero, el auto Volkswagen Senda de Quiroga –apareció tiempo después en Las Tunitas- y el teléfono de Ezcurra. Hasta intentaron robar un perro, pero no tuvieron éxito.
“Gracias a Dios no estaba mi nieta”
“Y gracias a Dios no estaba mi nieta. Porque mi hija falleció hace unos meses, entonces yo dos por tres la traigo a que se quede con Sonia, porque le encanta”, contó.
Por suerte, aquella noche se la llevó su abuelo y la niña de tan solo seis años, que hace cinco meses perdió a su madre, no debió atravesar por una nueva traumática situación.
“Porque no sabés si estas personas, con tanta ansiedad que tenían por esa plata, no le ponían en revólver en la cabeza”, expuso. En cuanto al estado de los asaltantes, Sonia evaluó que no estaban bajo los efectos de algún estupefaciente pero un ex policía le confió a su hermana que, debido al nivel de excitación que presentaban, lo más probable era que sí lo estuvieran.