Política
El hito urbano para el bicentenario y la educación marcaron el ritmo de la discusión en el Concejo
En una nueva sesión, oficialismo y oposición protagonizaron varios cruces al abordar el tratamiento de tres puntos del orden del día, que finalmente fueron votados por unanimidad. El Frente de Todos insistió con las inquietudes vinculadas al proyecto que impulsa el Ejecutivo para construir un monumento que simbolice el bicentenario de la ciudad y el PRO reclamó anticipación el Ejecutivo. Luego, los pedidos a la Provincia por obras en dos escuelas llevaron a un amplio debate sobre educación.
La propuesta para construir un hito urbano que simbolizará el bicentenario de Tandil, a conmemorarse el 4 de abril de 2023, y dos proyectos de resolución para la construcción de dos edificios en escuelas de la ciudad marcaron el pulso de la sesión ordinaria que celebró ayer el Concejo Deliberante.
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En un encuentro que se extendió por poco más de tres horas, oficialismo y oposición cruzaron miradas sobre iniciativas vinculadas a tres puntos incluidos en el orden del día, los cuales fueron acompañados por el voto unánime del cuerpo, pese a los posicionamientos y reclamos expuestos en el recinto.
El encuentro legislativo comenzó minutos después de las 10 con la presentación de dos propuestas a través de la Banca 21. En representación de la Asociación de Marcapasos, José Ignacio Gilabert, compartió desde la Banca XXI pidió la reglamentación de las leyes 27.159 y 14.794 relacionadas al tratamiento adecuado de los paros cardiorespiratorios extrahospitalarios y al uso del desfibrilador externo automático. Luego, Ángel Orbea volvió a reclamar por la actividad del Tiro Federal y los trastornos que genera entre los vecinos.
Luego, la propuesta para construir un hito urbano que simbolizará el bicentenario de Tandil, a conmemorarse el 4 de abril de 2023, en relación al convenio firmado por el Gobierno comunal reeditó las inquietudes de la oposición, mientras que el PRO reclamó mayor anticipación a la administración comunal para que los integrantes del cuerpo deliberativo puedan tratar con tiempo los expedientes. “No son tubos de oxígeno en el medio de la pandemia para justificar los apuros”, achacó Juan Manazzoni.
Por su parte, el bloque Juntos defendió la decisión adoptada por el Ejecutivo para llevar adelante la construcción del hito urbano.
Más tarde, la demanda de obras de infraestructura escolar a la Provincia desató un extenso debate sobre educación.
El hito urbano
El expediente elevado por la Secretaría de Planeamiento Urbano Ambiental, Obras y Viviendas del Municipio con el convenio rubricado en enero con el Colegio de Arquitectos, marcó la primera parte del encuentro.
El debate lo abrió la concejal del Frente de Todos, Guadalupe Gárriz. En su exposición, se refirió al proceso que siguió el expediente, alertó sobre las desprolijidades y volvió sobre las inquietudes planteadas por la bancada con miras a lograr un monumento “representativo” de la identidad tandilense.
En definitiva, consideró que se trató de una oportunidad para que el hito implicara “la expresión de una mirada contemporánea integral, con visión histórica, estética, artística y arquitectónica”.
“Nos hubiese interesado poder trabajarlas en un momento en el que tenga sentido”, objetó y concluyó que el accionar generó una “incomodidad y sentimiento de ninguneo” al rol que desempeñan como integrantes del cuerpo legislativo.
La primera alerta fue en relación a la fecha en que tomaron contacto con el convenio, que coincidió con el día en que se abrió la convocatoria al concurso que convocó el Colegio de Arquitecto.
Con un reclamo que se reitera, remarcó que “le estamos dando tratamiento a algo que ya está transcurriendo”, circunstancia que “nos deja en una posición incómoda”.
Y apuntó a una de las críticas más recurrentes: “El Concejo Deliberante no tiene que funcionar como una escribanía”, y reclamó un trabajo “un poco más serio de todos los concejales”.
Entre las objeciones, demandó información sobre la procedencia de los fondos que se invertirán para la ejecución de la obra, que ronda los 20 millones de pesos, y planteó inquietudes acerca del perfil profesional de las personas habilitadas a participar del concurso y del jurado.
Según el reglamento del concurso, el capítulo 1, apartado 1.4.2., refiere a quiénes pueden participar del mismo. Describe que deben ser arquitectos con título expedido o revalidado por universidad nacional o universidad privada debidamente reconocida, estar matriculado en el Colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires (Capba) y poseer domicilio en la provincia de Buenos Aires.
Al tratarse de una propuesta que se enmarca en los festejos del bicentenario de la ciudad, Gárriz consideró que sería oportuno que la convocatoria para el diseño del proyecto “también contemple la participación de otras disciplinas”.
En cuanto a la composición del jurado, se respaldó en lo que indica el apartado 1.7 e indicó que será integrado por “dos representantes del Poder Ejecutivo; un representante del Concejo Deliberante; un representante de Capba Distrito VIII; un representante de la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (Fadea); y un representante del Colegio de Arquitectos”.
Ante lo expuesto, alertó: “¿Cómo se garantiza la idoneidad del jurado para los casos del Ejecutivo municipal y del Concejo Deliberante?”, aspecto que, para la concejal, tiene un carácter “decisorio”, por lo que resulta “importante que esté ocupado por personas calificadas” dada la tarea que se llevará adelante.
También aseguró que resulta “aún más preocupante” que en el convenio tampoco figuran detalle de los lineamientos para conocer “cómo se realizará el fallo y la elección de la terna finalista; tampoco sabemos quién termina eligiendo el proyecto a realizar”.
Al continuar con el planteo, aclarando que son cuestiones que “deberíamos haber podido trabajar en comisión”, apuntó al objeto del concurso, el cual será “seleccionar ideas para la construcción de un hito urbano, representativo de la identidad y el patrimonio cultural de los tandilenses, que se convierta en un ícono referencial de la ciudad, como así también sea una bienvenida al visitante, en conmemoración a los 200 años de la fundación de Tandil”.
En función de ese aspecto, “entendemos que debe especificarse ese enunciado general para saber ¿cuáles son los ejes sobre los que se trabajará? ¿Qué contenidos identitarios y de significación se pretenden subrayar mediante la propuesta del hito? ¿Teniendo en cuenta qué elementos de la historia local? ¿Los orígenes, el porvenir de la ciudad, su naturaleza?”.
También se enfocó en el área de intervención, Espora y Primera Junta y Franklin, y planteó si se realizaron estudios de impacto ambiental, si se contemplaron modificaciones de la vía pública y cómo dialogarán con los otros monumentos del espacio, la Inmaculada Concepción, la Denominación de Origen Tandil, al automovilismo tandilense y al Rotary Club Tandil.
El PRO cuestionó la falta de anticipación del Gobierno
A su turno, Manazzoni compartió algunas consideraciones en torno a la elevación del convenio con la propuesta, alertando a la administración comunal que contaba con tiempo para anticiparse, preparar la propuesta y elevarla con los plazos acordes.
Tras anticipar el voto a favor del convenio en discusión, deslizó que “si hablamos de fortalecer las instrucciones, tenemos que realizarlo de verdad”, en clara referencia al rol del Concejo Deliberante en la convalidación de los acuerdo, y comparó que “no son tubos de oxígeno en el medio de la pandemia para justificar los apuros”.
Para Civalleri, el camino emprendido por el Ejecutivo es el razonable
El presidente del bloque de Juntos, Mario Civalleri, ensayó la respuesta para explicar las razones por las cuales “los gobiernos” apelan a realizar concursos, en este caso, a través del Colegio de Arquitectos, le bajó el tono a los cuestionamientos y defendió la decisión adoptada por el Ejecutivo para llevar adelante la construcción del hito urbano.
Primero, contextualizó que “el juzgamiento de una obra siempre tiene una cuota de subjetividad que hay que reducir al mínimo”, y, en esa línea, en función de experiencias anteriores, la institución lleva adelante un mecanismo que está bastante aceitado, en el que “los integrantes del jurado se involucran en una metodología de análisis para dar resguardo” a esta situación.
Por otro lado, también haciendo referencia a los antecedentes de trabajo con los que el Gobierno tuvo “buenos resultados”, los que presentan propuestas suelen hacerlo a través de “equipos interdisciplinarios”, sabiendo que “contempla cuestiones históricas y sentimentales” de la comunidad.
Por ende, “normalmente se integran equipos” y el triunfo tiene relación con interpretar estas cuestiones que “los jurados normalmente valoran”.
En definitiva, Civalleri expuso que no se trata de una referencia arquitectónica en el término de construir una obra, sino que “quienes se presenten al concurso van a valorar esto que decía la concejal Gárriz porque es lo que normalmente se hace”.
En cuanto a los tiempos, le respondió a Manazzoni al indicar que “si bien hace años sabemos que en 2023 vamos a cumplir 200 años, también es verdad que estas cuestiones se aceleran en el tratamiento cuando se está en vísperas”, aunque concedió que “quizás podríamos haber tenido un poco más de tiempo para el análisis”.
Rechazó los planteos de “ninguneo”, destacó la posibilidad de elegir un representante del Deliberativo para integrar el jurado, y defendió que el camino elegido por el Ejecutivo es el “razonable”, a la vez que valoró la importancia que de que Tandil “tenga un hito que recuerde el bicentenario”.