Las marcas ocultas de Tandil: las chapas centenarias que miden la altura de la ciudad
En las paredes de edificios antiguos, puentes y esquinas de Tandil, pequeñas placas de bronce resisten el paso del tiempo. Son los "puntos fijos", un sistema de medición de altitud instalado hace un siglo que fue clave para el desarrollo urbano y que hoy representa un tesoro histórico a la vista de todos, aunque pocos lo noten.
Tandil es una ciudad rica en historias, leyendas urbanas y secretos que a menudo se esconden a simple vista. Desde el origen de un nombre peculiar de una calle hasta la anécdota detrás de un monumento icónico, cada rincón guarda un relato esperando ser contado.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailCon el objetivo de sacar a la luz estas joyas ocultas, el programa Alto Día, que se emite todos los sábados de 11 a 13 por El Eco Streaming, Eco TV y Tandil FM 104.1, lanzó una nueva sección: "Sabías qué…".
En su primera temporada, serán ocho capítulos. El primero de ellos es sobre puntos fijos que se instalaron en viviendas de la ciudad hace ya cien años para nivelar la altura de la ciudad.
Episodio 1: puntos fijos
Es posible que al caminar por Tandil te hayas cruzado con ellas sin prestarles atención: unas pequeñas chapitas de bronce incrustadas en la base de un muro antiguo o junto al marco de una puerta. Lejos de ser un simple adorno, estas marcas son vestigios de un sofisticado sistema de nivelación que, mucho antes del GPS y los mapas satelitales, permitió medir con precisión milimétrica la altura de toda la ciudad sobre el nivel del mar.
Esta historia de ingeniería y planificación comenzó en 1924, cuando el Instituto Geográfico Militar (IGM) emprendió la tarea de establecer una red altimétrica en Tandil. El objetivo era crear un sistema de referencia exacto para guiar la construcción de edificios, el trazado de calles y el desarrollo de la infraestructura urbana.
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/10/puntos_fijos_4.jpg)
Sin embargo, ya existía un antecedente crucial. El Ferrocarril del Sud, al extender sus vías, había fijado las primeras cotas de altitud en cada una de sus estaciones. Gracias a ese trabajo pionero se sabe, por ejemplo, que la estación de Tandil se encuentra a 178,26 metros sobre el nivel del mar, mientras que la de Azucena es la más alta del partido con 224,84 metros y De la Canal, la más baja con 135,11 metros.
Sobre esa base ferroviaria, el IGM desplegó una red de 44 puntos fijos por todo el ejido urbano. Cada "punto fijo" consistía en una chapa de bronce numerada que indicaba su cota exacta. Para asegurar su permanencia, se instalaron en lugares considerados inamovibles: las paredes de edificios públicos, iglesias, puentes e incluso en pilares de hormigón construidos específicamente para albergarlos en los barrios más alejados.
Historias de supervivencia y pérdida
El paso de los años y el crecimiento de la ciudad han dictado la suerte de estas reliquias. El Punto Fijo (PF) número 1, que se encontraba en la pared del andén de la estación de trenes, fue arrancado con una maza y un cincel, dejando solo el hueco como testigo de su existencia.
Otros, sin embargo, han sobrevivido. El PF N° 2 todavía puede encontrarse en la base de un antiguo tanque de agua, cerca del cruce de las vías con la calle 11 de Septiembre. El destino del N° 3 fue distinto: se perdió cuando el edificio de la esquina de 11 de Septiembre y Pellegrini fue remodelado, aunque curiosamente, años más tarde, Obras Sanitarias instaló un nuevo punto de medición justo enfrente. Por su parte, el PF N° 4 permanece en el estribo del puente de 11 de Septiembre y Marconi, por donde antiguamente corría el arroyo del Fuerte, hoy entubado bajo el asfalto.
Un museo al aire libre
Hoy en día, varios de estos puntos fijos siguen cumpliendo su silenciosa función de custodiar la historia. Entre los más visibles se encuentran:
• El PF N° 34, ubicado en una de las paredes del Palacio Municipal.
• El PF N° 24, que se puede ver junto a la puerta de la Parroquia Santa Ana.
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/10/puntos_fijos_6.jpg)
La próxima vez que camines por la ciudad, prestá atención a las esquinas y los muros centenarios. Quizás te encuentres con una de estas chapas de bronce y puedas entender que no es solo metal viejo, sino un punto preciso que, hace un siglo, ayudó a medir y construir el mundo que hoy habitamos.
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/10/puntos_fijos_3.jpg)
Agradecemos a Marcelo Arcas por aportar el material para esta nota.