El estudio de radio suele tener un ritmo frenético, pero este sábado, la atmósfera en Alto Día, emitido por El Eco Streaming, Eco TV y Tandil FM 104.1, cambió de frecuencia. El sonido ambiente se llenó de pequeños ruidos familiares: el crujido de la yerba al volcarse, el golpe suave de la mano contra la base del porongo y el inconfundible sorbo final de un mate bien cebado. Los responsables de esta pausa ritual fueron Andrés Godoy Correa y Sol Sorroche, propietarios de "Casa de la Yerba" en Tandil, quienes transformaron la entrevista en una verdadera ceremonia de aromas y saberes.

La visita no fue casual. Se dio en vísperas del Día Nacional del Mate, que se celebra cada 30 de noviembre en honor al nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, el caudillo guaraní que impulsó la producción y comercialización de la Ilex paraguariensis. "Me llamo Andrés y mi madre me dice Andresito también", bromeó Godoy Correa, conectando su nombre con el prócer yerbatero mientras, con una destreza casi hipnótica, preparaba "la montañita" en su mate personal.

Lo que hoy es un emprendimiento referente en la ciudad y un estilo de vida para la pareja, nació, curiosamente, de un problema de salud. "El local surgió porque a él le caían mal las yerbas industriales", relató Sol Sorroche. La acidez y el malestar estomacal, quejas comunes entre los materos modernos, los llevaron a investigar qué había detrás del paquete del supermercado.